El dólar está hoy en su nivel más bajo contra una canasta de monedas desde mayo de 2018. A partir de abril de ese año empezó un ciclo ascendente que duró hasta mediados de mayo de 2020. Desde entonces, está declinando y muchos analistas consideran que esa tendencia continuará. El fortalecimiento del dólar en los últimos años había sido consecuencia de una tasa de interés más atractiva que la de la zona euro y un desempeño económico muy superior al de otros países desarrollados. Esos dos factores virtualmente desparecieron desde la irrupción de la pandemia. A eso se sumó la fuerte emisión monetaria de la Reserva Federal y el desequilibrio fiscal que también afectó el valor del dólar.
Pero el comportamiento del dólar no fue homogéneo, porque así como cayó frente a las monedas de los países ricos, subió contra las de los emergentes. El real brasileño se devaluó más de 27% este año, la lira turca alrededor del 20% y el peso mexicano 15%. Los analistas entienden que esas monedas no se van a recuperar hasta tanto no se dinamice el comercio internacional y que suba el valor de las commodities que exportan.
La mejora de las cotizaciones de las materias primas que se produce cuando el dólar se debilita sería una buena noticia para Argentina, pero es preocupante es la devaluación que sufrió el real por ser Brasil un socio comercial relevante. Un dato positivo es, que según las proyecciones los analistas del mercado en Brasil, el real tendría una apreciación nominal hasta fin de año.
