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El canje sería exitoso, pero los números dicen otra cosa

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Luis Varela 28 agosto de 2020

Por Luis Varela

La hora de la verdad ha llegado. Pero, ¿será la hora de la verdad, o acaso será otro movimiento en falso? Hoy, o a lo largo de todo el fin de semana se sabrá si se lograron los máximos requeridos en las cláusulas de acción colectiva para poder realizar el canje de bonos ley New York.

Casi sin fisuras, el grueso de los operadores consultados salieron a decir a boca llena que es altamente probable que se logre el 60% de aceptación requerido para canjear los bonos emitidos bajo la administración Macri. Y también hay expectativa positiva, aunque no tan segura, de que se logrará el 75% de aceptación de los bonos K, surgidos de los canjes de 2005 y 2010.

El resultado será sin dudas decisivo para la suerte económica que tendrá Alberto Fernández y su gobierno en las próximas semanas. Aunque, como una movida que ya caracteriza al Presidente, no sería de extrañar que si no se llega a esos números se fije una nueva fecha, y que de ese modo la novela de la deuda se siga ampliando.

Pero, más allá de lo que dicen los operadores (en base a la aceptación de palabra que dieron los bonistas más duros), hay una verdad ciertamente contundente: las cifras que dieron los mercados desde el lunes de la semana pasada a esta parte parece decir otra cosa: los operadores dicen que el canje será exitoso, pero los números de los negocios dicen lo contrario.

Es cierto que ayer volvió a registrarse otro día tranquilo en el mercado cambiario. Pero esa tranquilidad obedeció a que los dólares financieros libres (que se operan a través de transacciones con bonos) tuvieron una cotización casi teórica, por el parking extendido y obligatorio que fijó la CNV.

Por eso ayer se vio una nueva descompresión en los precios de los dólares MEP y contado con liquidación, pero el dólar blue se mantuvo firme, los dólares oficiales aceleraron apenas el crawling peg que vienen manteniendo desde principios de enero.

Ayer, con una inflación que sube, a pesar de que el Gobierno mandó a casa a los mayoristas de alimentos, indicándoles que se seguirá con precios máximos y cuidados inmóviles al menos hasta fines de septiembre, el BCRA mantuvo inalteradas las tasas de interés, sin siquiera ver lo que está ocurriendo con la inflación. Así, las tasas siguen congeladas: Leliq a 38% anual (45% ef.) y plazos fijos al 33% anual (38% ef.).

Con eso como fondo, los dólares oficiales siguen escalando. El dólar turista subió 23 centavos hasta $101,57, el oficial subió 18 centavos hasta $78,13 y el blue subió $1 hasta $138. El dólar mayorista subió 7 centavos hasta $73,93, el dólar MEP cayó $3, hasta $122,29 y el contado con liquidación bajó $2,92 hasta $125,57. Y hubo una brecha del 76,6% entre el dólar oficial y el blue y una del 69,8% entre el CCL y el mayorista.

Ayer en el exterior el dólar subió 0,8% en México, 0,6% contra el yen, 0,1% contra el euro y la libra, sin cambios en Chile y bajó 0,7% en Brasil. Por lo que, medidos en pesos, el real subió 10 centavos hasta 13,26, la libra subió 6 centavos hasta 97,55 y el euro no cambió en 87,32.

Pero atención, este virtual corsé cambiario logrado en Argentina se dio con una nueva y fuerte caída de reservas en el BCRA: ayer perdió otros US$ 65 millones y le quedan US$ 42.897 millones de dólares. Pero lo más sintomático del caso es que mientras el Gobierno mantiene a la fuerza un dólar sostenido con una rienda, la cotización de los títulos argentinos, tanto bonos como acciones sigue retrocediendo, y el riesgo país no se mueve, continúa en 2.145 puntos básicos, siete veces más que los principales países de la región y a mitad de camino de un demencial riesgo como el venezolano.

Eso sí, debe tenerse en cuenta que estamos en días casi teóricos, ya que los inversores están más atentos al canje que a las operaciones en sí mismas. Ocurre que si los trueques por los papeles nuevos se hacen ahora, se tendrán bonos performing, que estén cotizando. Y en el caso de los bonos ley Argentina, si el canje se hace antes del miércoles, habrá un pago extra de intereses por hacer un canje temprano, en algo que funcionará como una especie de anzuelo para adelantar decisiones.

¿Se alcanzarán los números requeridos por las cláusulas de acción colectiva? Ayer hubo una caída de más del 1% en los bonos argentinos con un comportamiento ultra selectivo, con papeles que anotaron subas inesperadas y otros que llegaron a caer casi 10%, como el bono Centenario que emitió Luis Caputo en tiempos de Macri

Y donde tampoco se vio una buena película fue en la negociación con acciones. En realidad hubo un clima pesimista en las bolsas europeas. Y la Bolsa de Nueva York parecía sostenerse, pero terminó con el Nasdaq pidiendo la hora. Y, atención, hay papeles que empiezan a evidenciar lo que puede sobrevenir cuando las vacunas ya empiecen a actuar en la nueva realidad.

En una conversación con uno de los consejeros de inversión más escuchados de Manhattan, un cliente se quedó congelado. ¿Qué puede pasar de aquí en más? Y la respuesta fue: ¿Vio lo que pasó con el laboratorio Novavax, que se comía los chicos crudos, por sacar una vacuna antes que nadie? El precio de su acción subió de US$ 18 a US$ 179 dólares, era una fiesta. Pero ayer cotizó a US$ 107. O sea, el que compró hace un año todavía festeja, pero el que se sumó hace pocas semanas sufre pérdidas tremendas.

En línea con eso, muchos analistas están haciendo advertencias con las representantes máximas del Nasdaq, que llevaron a ese índice a las alturas. Hay compañías que valen lo que no pueden valer. Encima, están enfrentando empresas nuevas, competidoras, en algunos casos más refinados. Y sus cotizaciones realizarán un dibujo muy parecido al de Novavax, salvo, claro, que como dijo JP Morgan, sigan innovando permanentemente, inventando cosas nuevas, para mantenerse flotando en la cima de la burbuja.

Con un cúmulo de contagios, en el principio del pico del Covid-19, mientras Wall Street operó mixto, con el Dow algo arriba y el Nasdaq en negativo, las Bolsas latinoamericanas estuvieron apenas abajo. Y la Bolsa de Buenos Aires resbaló otra vez. Con $1.382 millones operados, el índice S&P Merval cayó ayer otro 3,4%. Y desde que Guzmán anunció que había un acuerdo de palabra con los bonistas duros, el indicador en dólares de la Bolsa porteña acumula una tremenda caída del 18%, en moneda dura.

Si alguien tiene alguna duda sobre esta tendencia, puede darse un botón de muestra: el día que Guzmán anunció que Black Rock aceptaba, el ADR de YPF cotizaba en Nueva York a US$ 7,05 dólares y ayer cerró a US$ 5,38, lo cual significa en apenas tres semanas un desplome del 23,7%, cuando en ese lapso el petróleo se sostuvo y casi todas las petroleras del mundo tuvieron alguna mejora.

Detrás de toda esa escena, las commodities siguen danzando al compás de la música que viene de las vacunas y, obviamente, con la mirada también puesta en la elección presidencial de Estados Unidos que se definirá en apenas 10 semanas. Con todo eso, ayer el petróleo cedió apenas. Los metales preciosos y las criptomonedas siguieron retrocediendo. Los metales básicos estuvieron mixtos. Y lo mejor para Argentina: los granos volvieron a subir, tanto en Chicago como en Rosario, a su mejor precio en 26 meses. Lo malo es que la cosecha no será tan buena, porque la Niña está llegando con una sequía importante.

Veremos hoy los resultados del canje Ley New York. Si quedan muchos holdouts será una muy mala noticia. Si las cláusulas de acción colectiva son alcanzadas, si le dará impulso al canje de bonos ley Argentina, que correrá durante toda la próxima semana. Recién a partir del 7 de septiembre, con los inversores ya desensillados, veremos hasta qué nivel suben todos los dólares. La verdad empezará a verse.

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