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Asoma Lio en Manchester

MESSI-1
MESSI-1
27 agosto de 2020

Por Nicolás Piñon

En la tierra de la ex reina Victoria, otro diez zurdo, futbolista argentino, petiso, endiablado e imparable, volverá a dar que hablar. Así es: como aquella epopeya vuelta mito de Diego Maradona en el Mundial de 1986 ante la selección de la rosa, todo indica que en 2020 es el turno de Lionel Messi de ser leyenda en Inglaterra. Más precisamente, en Manchester. La City donde llegaría Messi.

La bomba atómica de Lio estalló el lunes, cuando en plenas vacaciones, el aún jugador del Barcelona le comunicó a su club vía, burofax, que su ciclo en el club culé estaba cerrado. Los peores presagios vueltos realidad, sí. Si bien Lionel Messi hacía tiempo no estaba del todo feliz en Catalunya por desmanejos del club, al desencadenante final de la catastrófica y humillante eliminación de la Champions en manos del Bayern Múnich (8-2), a Messi le terminó de cerrar la idea cuando habló con Ronald Koeman, nuevo DT.

Tras la borratina que el holandés propició a su gran amigo y compañero de dupla Luis Suárez, aunque no sólo por ello, claro, Messi le comentó al mismo, sin tapujos, que se veía “más afuera que adentro” del club. Tras una vida en la entidad (16 años como jugador con 34 títulos), Lionel dijo basta, hasta acá llegué. Y claro, como un boxeador tambaleante, pero corajudo y herido en su orgullo, del otro lado rápidamente llegó la respuesta. Una respuesta que agrega, al menos, puntos suspensivos a la salida de Lionel.

La directiva del Barcelona asegura que la cláusula en la que se ampara Messi para terminar su ciclo (que sostiene que un futbolista puede alejarse del club siempre que avise antes de la culminación de la temporada) juega a su favor ya que el rosarino hizo el anuncio una vez culminada ésta. Pero desde el círculo íntimo del propio Messi confían en que la FIFA actuará a su favor y le dará el transfer para que pueda elegir libremente su porvenir, a un año de que finalice su contrato.  A favor de Messi, vale tener en cuenta que a raíz del largo parate por coronavirus, la temporada en el Viejo Continente se prolongó tanto que aún queda por jugarse la Supercopa Europea entre el Bayern Munich y el Sevilla, campeones de la Champions y Europa League, respectivamente. Viento de popa.

Por lo pronto, y mientras pasa sus vacaciones en familia tras una temporada virgen de títulos (la segunda en su carrera), Messi habría mantenido contactos con Pep Guardiola, técnico del mejor Barcelona de todos los tiempos y donde Messi más rindió como jugador, hoy en Manchester City. Y al parecer, la amistad que alguna vez forjaron en Barcelona sumada al ambicioso y millonario proyecto que el City propone año a año en la Premier League, han sido suficientes para que la familia Messi vire la brújula hacia el norte y ancle en la fría pero futbolera Manchester.

Lejos del sol de Barcelona, en Manchester la locura por el fútbol, la música y el arte se debaten por igual, pero si Messi elige ese lugar es porque allí jugará en la liga más competitiva del planeta: la Premier. Una Premier que el City ha ganado desde y gracias a la llegada del magnate emiratí Sheikh Mansour en varias ocasiones, pero cuya debilidad sigue siéndole esquiva: la Champions League.

Por tal razón, la decisión de Messi de elegir Manchester cuaja perfecto con que al equipo lo dirija Guardiola: es que la Pulga y Pep fueron dinamita juntos en el Barca logrando dos orejonas y separados no obtuvieron los mismos logros, un guiño que acerca al dúo a un nuevo reencuentro. Y una elección mejor condimentada aún por la posibilidad de Messi de compartir equipo con Sergio Agüero, su gran amigo de la Selección y goleador histórico del City.

Un tridente para generar el renacer de una ilusión desgastada y últimamente perdida en Barcelona para Messi. Un club donde ganó todo lo que podría haber logrado y un club al que le dio todo lo que podría haberle dado. Donde Messi es y seguirá siendo Dios. Pero Messi quiere más. Y su idea de redoblar la apuesta vaya si tiene bases estables. Justo, las que Barcelona dejó de ofrecerle hace rato. Por mayúsculo que sea el cimbronazo que acaba de producir, asoman tiempos de más gloria deportiva para Lio. Al lado de un viejo gran maestro y con la mitad celeste de Manchester como destino, en una elección con muy buen tino.

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