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Argentina no extendería el plazo y crece la tensión con los acreedores

Fernandez
Fernandez
03 agosto de 2020

Mañana vence el plazo que el ministro de Economía, Martín Guzmán, le dio a los acreedores privados de la deuda bajo ley extranjera para que confirmen su adhesión a la oferta oficial. A pesar de las cercanías entre las puntas, el nivel de adhesión al canje aún se encuentra en niveles muy bajos: sólo el 35% de los tenedores de bonos argentinos confirmó su adhesión, según trascendió el viernes pasado, lo cual es considerado en el mercado como un fracaso.

Por lo tanto, para poder llegar a un acuerdo exitoso, el Gobierno debería seguir negociando con los bonistas, sobre todo teniendo en cuenta la poca diferencia que hay entre ambas propuestas, tanto en términos legales como económicos (el Gobierno ofrece US$ 53,5 y los bonistas piden US$ 56,6). En ese sentido, durante los últimos días se preveía que, al no lograr mañana la aceptación de los principales acreedores, Guzmán anunciaría la extensión del plazo hasta finales de agosto.

De hecho, en eventos y entrevistas concedidas a la prensa durante los últimos días Guzmán insinuaba que podría tomar esa decisión. El titular del Palacio de Hacienda afirmaba que el Gobierno estaba evaluando “todas las opciones” respecto a la posibilidad de postergar el plazo. Incluso, así lo indicó en una nota periodística que fue publicada ayer, en la que indicó además que si no hay acuerdo con los bonistas, retomarán la negociación de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, la decisión podría ser otra respecto a la prórroga. Fuentes del Gobierno le confirmaron ayer a El Economista que “por ahora, la decisión es no extender” el plazo del canje. No obstante, aclararon que tal vez dicha decisión sea analizada nuevamente hoy por parte de las autoridades de la cartera económica.

“Seguir extendiendo en un diálogo de sordos no tiene sentido. Argentina jugó a ver si conseguía un buen número el 4 de agosto, y no fue el caso. Queda debilitada, pero no quiere ceder terreno. Entonces, una forma de no salir tan herida de este nuevo fracaso es golpear sobre la mesa de esta manera: no extendiendo el plazo”, señaló Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, en diálogo con El Economista.

De esta manera, de acuerdo con el especialista, Guzmán busca “volver a nivelar la discusión luego de haber perdido algunos casilleros con la movida del 4 de agosto”. “Esperemos que esta decisión sea para tensar y terminar arreglando con los bonistas y no para elegir el camino del default permanente”, resaltó.

La decisión de no volver a extender la negociación, según consignó Infobae, fue del presidente Alberto Fernández, que le instruyó a Guzmán que no extienda más el plazo del canje. De acuerdo con el portal informativo, el ministro ya tenía redactado el comunicado de prensa en el cual anunciaba la prórroga, la cual fue frenada por una orden del Jefe de Estado, por lo que la negociación quedaría interrumpida.

De seguir con esta misma postura y no extender el plazo del canje que vence mañana para continuar negociando con los acreedores, fracasaría la idea de un canje exitoso, teniendo en cuenta la amplia distancia existente entre la adhesión lograda hasta ahora (inferior al 40%) y las mayorías necesarias. Para ello, se requiere el 66% de aceptación en los bonos de 2016 y el 85% en el caso de los bonos de 2005.

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