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Wall Street aguantó, pero aquí el mercado sigue complicado

Finanzas-Merval
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Luis Varela 15 julio de 2020

Por Luis Varela

Con el mismo ritmo que se baila desde mediados de marzo, y a contramano de lo que ocurrió este lunes, los negocios financieros abrieron la rueda de ayer claramente en baja, pero con el correr de las horas, la asistencia de los bancos centrales y la aparición de balances menos malos que los esperados, los precios se dieron vuelta y cerraron en los máximos del día, y con los mayores volúmenes operándose a última hora.

El patrón del mercado faro, Wall Street, fue marcado por los balances de los bancos: todos esperaban un desguace de números, y no fueron buenos, pero la situación los muestra con vida. Wells Fargo perdió US$ 2.400 millones en el trimestre y decidió recortar un 80% sus dividendos. Citigroup tuvo una caída del 73% en su ganancia neta. Y la utilidad de JP Morgan se deshizo 51%. La Fed les avisa que los asistirá con dólares hasta el infinito, y con eso los precios se sostienen.

Con eso, los índices de la Bolsa de Nueva York volvieron a mostrar buena salud, con subas del 0,9% al 2,1%, esta vez con el Dow Jones Industrial actuando como locomotora. Y dentro del espectro se vio a las farmacéuticas y a Vale con subas, pero se anotaron bajas consistentes en Wells Fargo, Citigroup y Delta Airlines. Y, a la sombra de NY, hubo una suba del 1,8% en la Bolsa de San Pablo y una baja del 0,6% en la de México.

En el resto de las bolsas mundiales, en cambio, sin la potencia de ayuda de la Fed, en general hubo números bursátiles mucho más mediocres, incluso en rojo. Aunque muchos observadores están siguiendo al minuto los avances en las vacunas contra el Covid-19, ya que cuando empiecen a aplicarse de manera masiva, y vuelva la actividad, va a haber un alivio mundial generalizado.

Por eso, el petróleo volvió a apuntar para arriba ayer, pero ese sostén no fue seguido por los metales básicos, ni por los granos. Y la intranquilidad de los inversores se ve claramente al observarse que están creciendo las cotizaciones contado de casi todos los bonos estatales, con algunos tibios repuntes en criptomonedas y con los metales preciosos todavía firmes. Y con un detalle: el oro sigue sostenido, en zona récord de nueve años, pero la que viene por sus fueros en la onza de plata, un refugio olvidado, que ayer anotó una suba potente, y fue a su mejor precio de cuatro años.

Observando la cantidad de contagios y muertes, y los avances y retrocesos en las cuarentenas, y sobre todo las expectativas de mejoras en determinados commodities, las monedas de los países siguen bailando, con el dólar cediendo internacionalmente peldaño tras peldaño, pero con muchas diferencias en cada mercado. Ayer, por ejemplo en el exterior, el dólar subió 0,8% en Brasil, 0,6% contra la libra y 0,3% contra el yen, pero bajó 0,3% en México, cedió 0,7% en Chile y descendió 0,9% contra el euro.

El caso argentino mostró números bien disímiles. Esencialmente, el foco de la cuestión está encerrado en tres elementos: la reestructuración de la deuda, la inflación y el sostén político está sosteniendo en su difícil posición al presidente Alberto Fernández. Tres frentes diferentes que son contenidos hasta ahora, pero la realidad está empezando a mostrar su cara.

En cuanto a la reestructuración de la deuda, ya pasaron ocho días desde que el ministro Guzmán presentó por quinta vez la última oferta de su vida, y los bonistas duros dicen que está muy bien, pero que quieren más.

Detrás de eso, la calificadora de riesgo Standard & Poors's bajó la nota de dos bonos argentinos de 2028 y 2028 desde CC a D. Esto significa que ya los pone en situación de default concreto. Y esa nota ya hace que empresas argentinas ya queden descalificadas para conseguir crédito voluntario en una serie de bancos internacionales.

Esta bajada de pulgar hizo que los bonos perdieran ayer otro 1%, alejándose del buen momento de cinco meses que tuvieron el lunes pasado, cuando Guzmán presentó la oferta. Y con eso, el riesgo país de la Argentina trepó 59 unidades, hasta 2.380 puntos básicos.

“Este nivel de riesgo, cuando el resto de los países de la región tienen riesgos de entre 180 y 300 puntos, salvo Venezuela por supuesto, indica a las claras que el mercado está leyendo que la reestructuración va a ser un claro fracaso. Es posible que Guzmán no llegue ni al 50% de aprobación, y con esta nota de S&P, lo más probable es que a partir de agosto se inicien los juicios que terminarán en condenas como las que acaba de hacer la jueza Preska”, entendieron algunos operadores.

Pero el tema deuda bajo ley NY es apenas un emergente. Primero, queda el otro 80% de la deuda que Argentina bajo ley local que el Gobierno debe serguir negociando. Y con un ministro Guzmán que sigue intentando reperfilar, tomando por ahora de manera voluntaria bonos en dólares para canjearlos por bonos ajustados por CER, virtual inflación.

Y aquí llega el segundo gran tema: la suba real de los precios. El cepo cambiario se puso para evitar que los argentinos siguieran huyendo del peso de manera masiva.

Pero ese cepo cambiario tiene cada vez más dificultades. Puede cuidar las estrechas reservas netas que le quedan al Banco Central, pero hace que los productos importados empiecen a escasear y que muchas industrias locales que utilizan insumos importados se vean imposibilitadas para seguir. De ahí que en los últimos diez días se conoció el cierre de otras diez autopartistas, con Toyota haciéndole una dura advertencia al Gobierno, por dificultades para seguir sin esas provisiones.

Las intrincadas situaciones del cepo, además, hizo que el BCRA le enviara a los bancos a la UIF, por notar un cúmulo de compras de a US$ 200, con pases de divisas de una cuenta a otra, como que algunos prestanombres están comprando divisas para otros. Eso hizo que se bloquearan cuentas en dólares privadas, generando gran intranquilidad en los inversores.

El efecto secundario de todo este movimiento, mientras el dólar baja a nivel internacional desde hace un mes, volvió a poner al mercado cambiario argentino en tensión, con todos los dólares firmes, salvo el blue, que se mantiene estacionado, debido al temor de los inversores a contagiarse con el Covid-19. Pero los otros dólares volvieron a subir. El dólar turista subió 13 centavos hasta $97,62.

El dólar oficial subió 10 centavos hasta $75,09 y el blue no se movió, continuó a $127. El dólar mayorista subió 6 centavos hasta $71,30, con suba de US$ 34 millones en las reservas del BCRA, que de esa manera llegaron hasta US$ 43.311 millones. Al tiempo que el dólar MEP saltó $1,26, hasta $110,99. Y el contado con liquidación saltó $1,22 hasta $112,95. Por lo que la brecha entre dólar oficial y blue fue del 69% y la brecha entre el CCL y el mayorista el 58,4%.

Y atención, que el dólar no es la moneda que más sube. Ayer mismo, medidas en pesos, la libra subió $1,06 hasta $89,45, el euro subió 39 centavos hasta $81,16 y el real subió 10 centavos hasta $13,27.

Con ese marco, las tasas de interés siguen clavadas (Leliq al 38% nominal 45% efectivo y plazos fijos a 30% nominal 34% efectivo), pero estos tipos de interés no podrán durar mucho tiempo más, sobre todo observando que los balances de los bancos se siguen deteriorando.

Con ese marco, los bonos argentinos perdieron así 1%, pero las acciones, todavía esperanzadas con que Guzmán mejore la oferta y logre avanzar con el canje, pudieron tener una rueda positiva: hubo negocios por $1.117 millones y el Merval subió 1,8%, a pesar de que los ADR argentinos en Nueva York estuvieron partidas al medio, con los bancos mal.

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