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El acuerdo entre China e Irán prevé inversiones masivas de Beijing

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14 julio de 2020

China e Irán negociaron un acuerdo que permitiría la llegada de inversiones chinas de forma masiva en Irán, el flujo de petróleo y el aumento de la colaboración en defensa e inteligencia.

Si las propuestas se vuelven realidad, el efectivo chino, la infraestructura de telecomunicaciones, los ferrocarriles y los puertos podrían ofrecer una nueva vida a la economía de Irán, que está aplastada por las sanciones, o, según temen los críticos, dejarla inevitablemente en deuda con Beijing.

El acuerdo aún no se ha finalizado, pero ambas partes reconocen que está en proceso (aunque China ha sido más circunspecto).

Un borrador filtrado prevé "aeropuertos, ferrocarriles y trenes subterráneos de alta velocidad" construidos en China, así como también "zonas de libre comercio" en regiones de Irán, según el NYT .

El acuerdo se extiende al ciberespacio, con China ofreciendo "un mayor control sobre lo que circula", así como a la defensa.

Los proyectos suman un total de US$ 400.000 millones durante 25 años.

Ambas partes tienen incentivos claros aquí. China logra un suministro de petróleo barato y profundiza sus vínculos estratégicos en el Medio Oriente, mientras que Irán, que prácticamente no tiene otro lugar al que recurrir para la inversión extranjera, obtiene beneficios económicos y una gran señal intermitente que no está tan aislado como afirma Estados Unidos.

Pero una apuesta tan fuerte de Beijing sería una sorpresa. Históricamente tuvo cuidado de equilibrar sus relaciones en Medio Oriente, incluso con Arabia Saudita, y puede ser un déjà vu incómodo con Venezuela, que no puede bombear suficiente petróleo para cubrir sus deudas con China.

Los críticos nacionales ya están haciendo sonar la alarma en Irán, con el ex presidente Mahmoud Ahmadinejad acusando al gobierno de entregar el "bolso de Irán a otros países sin informar a la nación".

El ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif, defendió el acuerdo, al tiempo que negó que Irán ofrezca petróleo con descuento o venda la isla de Kish, como afirmaron algunos críticos.

Incluso si solo una fracción de lo que se ha propuesto llega a buen término, este es un claro desafío a la campaña de "máxima presión" de Washington hacia Irán, y otra señal de la alineación de los enemigos geopolíticos de Estados Unidos.

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