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Díaz- Canel: “No podemos seguir haciendo lo mismo”

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21 julio de 2020

“Cuba se mueve”, dice el diario El País de España. El coronavirus está desplazando los libros de Karl Marx y trayendo a escena los de Adam Smith. En dosis moderadas, todavía, pero marcando una tendencia que, se esperanzan algunos, serán irreversibles.

“Los efectos de la pandemia de coronavirus, que ha agravado dramáticamente la profunda crisis que atraviesa la isla debido a la ineficiencia del sistema productivo estatal y el recrudecimiento del embargo por el Gobierno de Donald Trump, han obligado al Gobierno cubano a reaccionar con un plan de reformas estructurales que amplía considerablemente los márgenes de acción del sector privado, junto a una serie de medidas de urgencia, como la eliminación del gravamen al dólar, con el objetivo de aliviar la extrema falta de liquidez”, sostiene el periodista Mauricio Vicent desde La Habana. Con la debacle de Venezuela y la pandemia, Cuba se quedó sin dólares y no puede importar más: el comercio exterior es 100% estatal.

En medio de un desabastecimiento brutal, con el turismo descalabrado y la certidumbre de que el año próximo el país dispondrá de muy poco dinero para importar, cuenta Vicent, La Habana por fin parece marchar en la dirección de abrir su economía y liberar unas fuerzas productivas hasta ahora sometidas al rígido corsé estatal y a la burocracia.

“No podemos seguir haciendo lo mismo en el ámbito de la economía, porque de esa manera no se obtienen los resultados que necesitamos”, dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al presentar el plan.

El programa da un importante espaldarazo a la iniciativa privada, dice Vicent. Se promete reconocer y dar personalidad jurídica a las pequeñas y medianas empresas privadas, superando el restringido marco del cuentapropismo ?autorizado durante otra crisis, la del periodo especial de los años '90, pero con muchas limitaciones?; las pymes podrán hacer negocios y asociaciones tanto con empresas públicas como extranjeras y tendrán capacidad legal para importar y exportar.

Se crearán mercados mayoristas para abastecer a estos actores económicos, una vieja demanda del sector privado y se pondrá fin al “experimento” realizado con las cooperativas no agropecuarias, apostando ahora por impulsarlas de verdad. Además, se otorgará mayor flexibilidad para el trabajo por cuenta propia para potenciar y “redimensionar el sector no estatal”.

Ante la situación crítica del desabastecimiento de víveres, la producción de alimentos se convierte en una tarea de seguridad nacional y para ello se pondrá en marcha un plan específico para incentivarla.

Quizás la medida más impactante es que, ante la falta de moneda dura, se elimina el gravamen de 10% con el que hasta ahora estaba penalizado el dólar y en algunos comercios oficiales se podrá pagar? en dólares. Clink caja para el Estado. ¿Qué diría Fidel?

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