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Perspectivas para la pospandemia

La realidad, por ahora no muestra una catástrofe, pero todavía no es claro cómo se revertirá la caída en picada del empleo y de la actividad de abril.

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Héctor Rubini 16 junio de 2020

Por Héctor Rubini Economista de la USAL

El Covid-19 ha precipitado lo que se ya es sin dudas la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión. Las opiniones ante la prensa y en sitios online de los economistas más conocidos del mundo coinciden en admitir que la gravedad y persistencia de sus daños tendrán un alcance y profundidad todavía desconocidos. De las celebridades de la profesión el único “desmarcado” ha sido Edward C. Prescott quien en marzo afirmó enfáticamente en la reunión del Consejo Académico de la Barcelona Graduate School of Economics que “hay cero probabilidades de recesión en EE.UU.”

La realidad, por ahora no muestra una catástrofe, pero todavía no es claro cómo se revertirá la caída en picada del empleo y de la actividad de abril. Los datos de mayo del mercado laboral sugieren que no habría un escenario apocalíptico, pero las opiniones mayoritarias de la profesión no auguran una salida fácil ni inmediata. La mayor parte de matices y diferencias emergen respecto de las políticas públicas para enfrentarlas de los últimos tres meses. Algunos de los testimonios más destacados son los siguientes.

Jean Tirole: “Esta crisis tendrá mayor es consecuencias económicas que la de 2008, y tal vez incluso que la de 1929. La buena noticia es que estamos mejor equipados que en 1929, donde la regulación macroeconómica y el Estado eran débiles y la evidencia embrionaria o inexistente.

Kenneth Roggoff: “El gobierno federal (de EE.UU.) puede y debe financiar otro gran paquete de alivio económico e incluir al menos U$S 1 billón (trillion, en inglés) en financiamiento flexible para los gobiernos de los  estados y municipales”.

Michael Spence: “No creo que el coronavirus sea por sí solo una amenaza para la economía de mercado, para el capitalismo; aunque sí podría favorecer el nacionalismo en algunos países, de la mano de algunos políticos oportunistas que podrían hasta culpar a los inmigrantes por lo que se está viviendo.

Daron Acemoglu: “El mercado global no volverá a ser exactamente como era. Y creo que puede dañar a la economía china en los próximos años. La economía (mundial) se recuperará. Pero no será en V, todavía queda al menos un año y medio? Así que diría que será en U,”

Angus Deaton: sobre la recuperación pospandemia: “Seguro que no en V; espero que en U y lo más probable, en L”.

Philippe Aghion: “Yo soy un optimista, pero un 'optimista de combate'. Tenemos que luchar todos para que sea una U”.

Nouriel Roubini: “Aún a fines de 2021 la economía estará bajo el nivel de principios de 2020?y la tasa de desempleo se estabilizará al 16% o 17%. Durante la crisis financiera (de 2008) fue de sólo 10%”.

Xavier Sala-I-Martin: “La capacidad de predicción de los economistas es,  en general, escasa, pero ahora es nula. Los gobiernos deberían lanzar dinero con un helicóptero para ayudar ciudadanos y empresas y mantener viva la economía”.

Robert Lucas Jr.: “Los estadounidenses tenemos que estar orgullosos de la Fed. No miren a los datos trimestrales. Si ocurre una crisis sabemos cómo  salir de ella”.

Lawrence Summers: “Las políticas fiscales van a ser más importantes para sostener la expansión económica, y con un mayor rol para las políticas pro inversión pública. Para los que tengan una agenda sobre infraestructura hay una gran oportunidad en este momento”.

Carmen Reinhart: “Este no es solamente un enorme shock a la demanda agregada, sino también un shock a la oferta, y esto puede llevar, que es lo que yo espero, a otra era de desglobalización”.

La opinión mayoritaria no es diferente de la prevaleciente en organismos internacionales y en los mercados financieros. Palabras más o menos se da por sentado que el daño sobre la actividad, comercio y el empleo es por este año casi irreversible. Prácticamente no habrá país del mundo que no sufra una fuerte caída de la tasa de crecimien to del PBI, y empleo. Las  estimaciones para 2020 de la OCDE de la semana pasada son básicamente dos escenarios recesivos: uno sin rebrote de la pandemia y otro con una nueva ola de contagios y cuarentenas. En el caso de que no hay una nuevaola de contagio,s la OCDE ha estimado una caída de PIB de 6,6% para Alemania, 6,8% en Japón, 7,3% en EE.UU., 8% en Canadá, 9,1% para la eurozona, 11,3% en Italia, 11,4% en Francia y 11,5% en Reino Unido.

Para esa alternativa, el PIB mundial tendría un rebote sostenido a partir del 3er trimestre de este año, dibujando una suerte de “V” bastante abierta, casi como una “L”. El PIB mundial a fin de 2021 estaría apenas por debajo del de fin de 2019.

En caso de una segunda ola de infecciones, al rebote del próximo trimestre seguiría otra caída en el último del año, iniciándose una recuperación sostenida, pero más lenta a partir de 2021. La gráfica de ese sendero es la tan temida “W” que dejaría al PIB mundial a fin de 2021 a un nivel inferior al del escenario sin rebrote de la enfermedad, en torno del 96% del PIB de fin de 2019.

Para el PIB mundial, la OCDE estima para 2020 una caída de 6% en el escenario base, y 7,6% en caso de un rebrote. Los números actualizados por el Banco Mundial para 2020 no son muy diferentes: caída del PIB mundial de 5,2% en el escenario base, con derrumbe del comercio mundial  de bienes y servicios de 13,4%, y caída de 4,2% en caso de un  “aflojamiento” de la pandemia en el segundo semestre del año.

Según el Banco Mundial, el mundo retornaría en 2021 a un crecimiento positivo en torno de 4,2%. Para la OCDE, la nueva velocidad de crucero sería bastante más baja: 2,8%. En suma, escenarios que no se apartan de la opinión mayoritaria: 2020 es un año perdido y las estimaciones para el año próximo son por demás inciertas.

Habrá que ver si la transición hasta el hallazgo de una vacuna o tratamiento para el Covid-19 forzará a nuevos confinamientos y cuarentenas en buena parte del mundo, pero ahora con millones de personas menos dispuestas a aceptar restricciones a sus actividades

En caso de nuevos rebrotes, lasrestricciones a la movilidad personal y comercial impactará negativamente no sólo en las expectativas, sino también en la capacidad y velocidad para iniciar una “nuevo estado normal” y recuperar los ingresos y riqueza destruidos en lo que va de este año.

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