Los mercados financieros siempre buscan anticiparse y apuestan a que lo peor en materia de actividad quedó atrás, que las principales economías del mundo comenzarán a recuperarse y actúan con su propia lógica. Si bien los indicadores más negativos serán los de este segundo trimestre, se observa un cambio de tendencia en las comparaciones intermensuales, junio será mejor que mayo, que a su vez presentó caídas meno significativas que abril. Esa tendencia se observó claramente en los índices PIM sobre la actividad manufacturera publicados el lunes.
Al mismo tiempo, quedó casi totalmente descartada la posibilidad de una recuperación en V y la Oficina de Presupuesto del Congreso advierte que llevará mucho años volver al nivel previo a la pandemia. Opiniones como las del gurú Mark Mobius, que apuesta una recuperación rápida, son minoritarias.
El valor de los activos se está moviendo en línea con la visión de que la caída de la actividad comienza a moderarse. Eso lleva a que continúe el ciclo alcista de las acciones y que los valores que son considerados refugios en los momentos de crisis pierdan valor como el dólar, los bonos del Tesoro estadounidense y el oro.
El retroceso de la moneda estadounidense, que está en su punto más bajo desde principios de marzo, ayuda a la recuperación del precio de las commodities
Más allá de los indicadores de la coyuntura, en los mercados confían en el impacto positivo que tendrán algunas iniciativas. Hoy, el Banco Central Europeo
