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La transición al teletrabajo en la industria argentina

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24 junio de 2020

Por Fernando Maillmann 

En el transcurso de los últimos años hemos visto como Internet se ha instaurado en el cotidiano de nuestra vida personal y profesional, acompañado por el desarrollo de proveedores de servicios, dispositivos y uso de herramientas de comunicación.

Es cierto que la llegada del Covid-19 representó un desafío en la reorganización del trabajo para las industrias argentinas respecto a la continuidad y adaptación de sus tareas operativas esenciales, pero también es sabido que muchas de ellas ya habían iniciado años atrás una transición al teletrabajo adoptando sus servidores, plataformas y softwares, con el fin de obtener ahorros en gastos de infraestructura para aquellas funciones que no requerían la presencia. La dificultad en este sentido se plantea a la hora de asegurar el seguimiento de las actividades y poder resolver los inconvenientes que pudiesen surgir de manera remota.

Un segundo factor que favoreció a una rápida adaptación, luego del confinamiento de marzo de este año, es que muchos de los trabajadores ya contaban con una infraestructura propia apta para continuar con sus tareas desde sus hogares, tal como una conexión a internet confiable, telefonía portátil y computadoras personales. De este modo, el nuevo paradigma no vino de la mano de un profundo cambio en la infraestructura, sino de la gestión del capital humano. En este sentido, en el transcurso de los últimos meses resuenan comentarios de los teletrabajadores respecto a sus horarios extendidos y dificultades para emular sus hogares al de un ambiente de oficina, para lograr adoptar los espacios físicos y compartir su jornada laboral con sus respectivas familias.

En términos de gestión de la información, las empresas argentinas se apoyaron en recursos propios, pero también dieron auge a plataformas de mensajería conocidas, tanto para el manejo de documentos administrativos como contables.

Respecto a los aspectos comerciales, la fuerza de venta y cobranzas fueron encauzadas en muchos casos por medio del teletrabajo. Este nuevo panorama favoreció las relaciones interpersonales con los clientes quienes, bajo este nuevo contexto, están más atentos a las comunicaciones vía telefónica, correo y mensajería instantánea. Los indicadores de seguimiento de estas actividades no han cambiado y siguen siendo evaluados de manera mensual, semanal y diaria por la cantidad de clientes visitados, recuperados, perdidos, cantidad de presupuestos elaborados, entre otros. Por otro lado, las transferencias y operaciones bancarias online sirvieron para concretar las ventas.

En el ámbito de las operaciones de planta, se identificaron aquellas actividades vitales para resguardar la productividad, asegurar la calidad y distribuir sus productos terminados, implementando en la medida de lo posible el teletrabajo por medio de uso de protocolos que aseguren la salud de sus colaboradores. En este sentido, los directivos se apoyaron para su monitoreo en los circuitos cerrados de cámaras que ya estaban en funcionamiento en sus instalaciones, en el envío de planillas y uso de reportes para el seguimiento de inventarios, horas productivas, materiales e insumos consumidos, paros de máquina e indicadores relacionados con la gestión de las operaciones. La planificación y programación de la producción también se ha logrado descentralizar y poder así ser comunicada por medios electrónicos a los supervisores y personal de línea.

Algunos sectores de las organizaciones en particular, tales como compras o soporte técnico IT, ya realizaban tareas remotas en cierta medida sin necesidad del desplazamiento del responsable, por lo que su adaptación se produjo de una manera más natural. Sin embargo, en ciertos casos sigue siendo necesaria la presencia al momento de reparar un hardware, por ejemplo, o movilizar un equipo, teniendo en cuenta que existe la posibilidad de su subcontratación.

En conclusión, el teletrabajo permite para la organización obtener beneficios derivados de ahorros en infraestructura y servicios asociados, principalmente relacionados con espacios físicos y de mantenimiento, una práctica que en algunos casos ya se encontraba desarrollada y favoreció a contar con una rápida adaptación. Por otro lado, este nuevo contexto representa un desafío a la hora de gestionar su personal y resultados.

Respecto a los trabajadores, cuando sus medios lo permitieron, se apoyaron en las herramientas tecnológicas disponibles en sus hogares. El hecho de trabajar de manera remota permitió un ahorro de dinero y tiempo en relación con traslados al lugar de trabajo. A su vez, esta modalidad representa un reto al compartir su espacio con la familia y al deber administrar de una manera equilibrada el tiempo personal y laboral.

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