En China se conocieron ayer una serie de indicadores económicos que dejaron en evidencia que la situación sigue mejorando, pero que lo hace a un ritmo lento lo cual es una señal que deben tener en cuenta por los demás países. Además, la posibilidad de un rebrote del coronavirus en algunas regiones del país, agrega incertidumbre.
En mayo, la producción industrial tuvo un incremento interanual de 4,4%, las ventas minoristas registraron una caída de 2,8% contra el mismo mes del año pasado mientras que en abril el retroceso había sido de 7,5% en tanto que la inversión en activos fijos registró un baja de 6,3% en los primeros cinco meses de 2020. También hubo una mejora sustancial en el mercado inmobiliario. La clave estará en el comportamiento que tengan los consumidores en los próximos meses para sostener la demanda frente a una mayor oferta que vendrá de la mano de la reapertura de muchas actividades.
Esos indicadores llevaron a que mejoraran algunos pronósticos. En Oxford Economics ahora estiman que el PIB crecerá entre 2% y 2,5% este año, mientras que su pronóstico anterior era de una suba de 0,8%.
De todas maneras, como las exportaciones tienen un papel relevante en la economía de China, su recuperación también dependerá que la demanda externa se sostenga.
Para apuntalar el nivel de actividad, el Banco Central de China decidió inyectar US$ 28.240 millones de liquidez el sistema financiero.
