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¿Es cierto que no estamos como Brasil gracias a la cuarentena?

BOLSOVIRUS
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05 junio de 2020

Por Iván Stambulsky

Ayer el presidente anunció que la cuarentena continúa casi sin modificaciones en el AMBA tras ochenta días. Cuando se plantea una crítica, una de las respuestas preferidas del manual oficial dice algo así: "No hay que ser injusto con el gobierno. Gracias a esta cuarentena no estamos como Brasil". Olvidemos por un segundo que entre la política de Brasil y la de Argentina había un amplio abanico de variantes. Concentrémonos en algo más modesto. ¿Qué mérito tiene la idea de que sin esta cuarentena estaríamos como Brasil?

De forma algo más extendida, el argumento y sus pruebas se estructuran más o menos así: "Argentina hizo cuarentena estricta y temprana. Brasil tuvo una respuesta más tardía y errática. Si uno compara la cantidad de muertos per cápita entre Argentina y Brasil (ver gráfico 1) aparece una conclusión casi incuestionable: la respuesta de nuestras autoridades nos salvó del desastre sanitario”.

El argumento parece tener su lógica. El gráfico se ve bastante convincente también; Brasil tiene unas nueve veces más muertos per cápita que Argentina. Además, como somos países vecinos, la comparación resulta bastante natural, a diferencia de aquellas que se hacen a veces con países lejanos de Europa o Asia. Por todo esto, entonces, tiene bastante sentido decir que si no fuera por la celeridad y rigurosidad de nuestra cuarentena estaríamos en una situación similar a la de Brasil, ¿no?

Bueno, tal vez no.

Si nos lo ponemos a pensar, este argumento tiene un punto flojo obvio: que un país esté pegado al nuestro no quiere decir que compararnos estrechamente con ese país sea un ejercicio mental adecuado. Así como en Austria las condiciones para hacer aislamiento en el hogar son más favorables que en Argentina, es posible que en Argentina sean más favorables que en Brasil. Además, los sistemas de salud, las condiciones de acceso al agua y un conjunto extenso de variables relevantes también difieren. Un indicador que puede ayudarnos a aproximar estas diferencias con números es el PIBper cápita. Austria es más rica que Argentina. Y Argentina es más rica que Brasil. Un 56% más rica, según el Banco Mundial. Si nos guiamos por el índice de desarrollo humano ajustado por desigualdad, para complementar esta comparación, las diferencias son todavía más impactantes. Mientras que Argentina ocupa el puesto 52 cerca de países como Croacia o Portugal, Brasil ocupa el puesto 103, cerca de países como Irak o Indonesia.

Por supuesto que esta objeción en el aire no aporta demasiado: todos los países son distintos y sin embargo las comparaciones, con los matices correspondientes, son muy útiles para hacer análisis. Por eso para mostrar que esta objeción es relevante para mi punto, quiero complementarla con un ejemplo concreto. Perú y Brasil tienen un PIB per cápita parecido. El de Brasil es 15% más alto que el de Perú, pero en el índice de desarrollo humano ajustado por desigualdad Perú está algo mejor posicionado que Brasil. Veamos qué tiene para enseñarnos esta comparación acaso más razonable que la de Argentina contra Brasil.

Perú, a diferencia de Brasil, no tuvo una política de cuarentena tardía y errática. Su política fue muy similar a la argentina. El 15 de marzo, sin todavía ninguna muerte por coronavirus, Perú empezó una estricta cuarentena generalizada que sigue vigente hasta el día de hoy. En el gráfico 2 podemos ver una comparación siguiendo el Government Response Stringency Index de la universidad de Oxford, que mide cuán restrictivas son en los papeles las medidas de cada gobierno para reducir la movilidad de la población. Se ve nítidamente que la cuarentena peruana fue y es muy similar a la nuestra.

Pero este índice cuenta solo la parte formal de la historia: si el gobierno no controla que los locales cierren y que la gente no vaya a trabajar, la cuarentena sirve para poco y nada. Por eso podemos mirar también el índice de movilidad de Google, que analiza cuánto se mueve la gente en la práctica a sus trabajos y en los negocios de esparcimiento como bares o restaurantes. Y el mensaje se mantiene. A este nivel, la cuarentena peruana es igual o más estricta que la de Argentina (ver gráfico 3).

Con esto en mente y con la seguridad que nos daba aquel mantra oficial que presentamos al principio, podríamos intentar predecir cómo se verán los datos de muertes aún antes de conocerlos: a Perú seguramente le está yendo mejor que a Brasil. La cuarentena estricta y temprana te salva de lo peor y Perú la hizo. Por eso Perú debería tener muchas menos muertes como proporción de su población que Brasil.

¿Es acertada esta predicción? No. En el gráfico 4 podemos ver que Perú tiene la misma cantidad de muertos por millón de habitantes que Brasil.

Evidentemente hay otros factores estructurales tanto o más relevantes que la cuarentena para determinar cuán grave será el impacto del coronavirus en un país. Y en estos factores estructurales (como pobreza, vivienda o infraestructura sanitaria y de salud) Argentina está mejor parada que Brasil.

Se pueden hacer muchos argumentos sobre si conviene o no seguir con la cuarentena tal y como está, sobre si la respuesta local fue mejor que la de otros países, y sobre si la respuesta local fue igual o peor que la mejor alternativa a la que podíamos aspirar teniendo en cuenta nuestras posibilidades reales. Pero habría que ir archivando la extralimitada idea de que no estamos como Brasil gracias a la cuarentena. Hay muchas cosas que nos separan de Brasil, además de esa.

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