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El desafío del emprendedor en el boom del e-commerce

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03 junio de 2020

Por Nathalie Szlafsztein Emprendedora y cofounder de Digital Brand

El Ministerio de Producción registra más de un millón de pymes en Argentina. De estas empresas, una gran proporción corresponde a locales a la calle o centros comerciales, que con la llegada de la pandemia se vieron obligadas a migrar sus ventas físicas a un formato online. El insólito crecimiento que mostró el comercio electrónico en nuestro país da fe de ello: según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), en abril, el e-commerce facturó 84% más en comparación a un mes promedio del primer trimestre del 2020.

Por otro lado, las pequeñas, medianas y grandes agencias que desarrollan plataformas de comercio electrónico, recibieron el siguiente tipo de preguntas. ¿Cómo vender online? ¿Cómo aumento mis ventas? ¿Cómo controlar el stock de lo que vendo? ¿Cómo actualizo mis productos. El coronavirus y el e-commerce tomaron por sorpresa a muchos, y debieron reinventar su negocio para subsistir.

Hoy más que nunca se aplica el concepto de “adaptarse para sobrevivir”. Los negocios que triunfen en esta etapa son aquellos que aprendan a migrar su modelo de negocios físico al online.

Aprender a repensar su embudo de ventas en Internet es el desafío, que podríamos resumir en las siguientes etapas.

Primero deberán crearse una página desde la cual puedan vender online, lo que conocemos como un sitio de e-commerce.

En segundo lugar, deberán ser capaces de desarrollar un sistema de control del stock para efectivamente vender lo que físicamente tienen, ni más ni menos.

 Como tercer paso, deberán analizar y adaptarse a los medios de pagos que utilizarán, lo que también significa investigar qué formas de pago

están utilizando sus competidores y cuáles prefieren los clientes hoy en día, dado que el dinero físico ya no es una opción.

Por último, deberán reorganizar la forma en la cual los productos le llegarán a sus clientes ya que, probablemente, sus clientes no posean la misma movilidad que antes.

Como cualquier cambio, migrar un negocio físico a un formato digital puede generar strés, miedo o incertidumbre. Esto seguramente se acentúe en quienes tienen décadas de experiencia en las actividades que desempeñen. Por ejemplo, por falta de familiaridad con las nuevas tecnologías, como la compra y venta online. Por este motivo, con el objetivo de que nadie se quede afuera de esta revolución tecnológica, es de suma importancia educar, capacitar e informar acerca de las nuevas modalidades de negocio.

Hoy ser emprendedor es saber preguntarse, investigar y animarse a dar un salto a esta nueva era tecnológica. La clave está en capacitarse y, de ser necesario, recurrir a agencias, consultoras o especialistas que nos acerquen a este mundo por conocer. Pero probar solos y aprender a autogestionarnos para que nuestro negocio pueda prosperar nos hará cada vez más independientes.

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