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100 días de aislamiento

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27 junio de 2020

Por Marcelo Capello Ieral de la Fundación Mediterránea

Tras la aceleración de los contagios y al superar los 50.000 casos, se anunció una vuelta atrás en la flexibilización del aislamiento obligatorio, especialmente para el AMBA. Esto ocurre tras 100 días de confinamiento, y cuando en los últimos 3 días Argentina registró un récord de casos en cada jornada: al 26 de junio existen 52.457 infectados y 1.167 fallecidos.

Por supuesto, las mayores restricciones recrudecen el debate sobre economía y salud, sobre la búsqueda de alternativas que encuentren escenarios de convivencia entre ambos conceptos, para lo cual conviene tomar lo mejor de las experiencias entre países.

Con ese objetivo, y analizando conjuntamente la caída en la producción industrial en abril de 2020 y la cantidad de decesos por millón de habitantes que acumulan los países, se pueden armar cuatro grupos. El primero corresponde a aquellos países que tuvieron una fuerte disminución en la actividad industrial (mayor al 25% interanual) pero que a la par tuvieron gran cantidad de decesos (mayor a 150 por millón de habitantes), siendo este el peor cuadrante. Allí podrían ubicarse países europeos como España, Italia, Reino Unido y Francia, que parecen haber pasado la peor parte de la pandemia, pero con un gran costo humano y económico. Asimismo, pueden ubicarse allí países Latinoamericanos como Perú, Brasil, Ecuador y México que, a diferencia de los anteriores, aún se hallan en una situación epidemiológica crítica. Mal en economía y en salud.

Puede observarse un segundo grupo, que también presenta niveles altos de defunciones, pero que sufrieron menos el impacto sobre la actividad económica, como es el caso de Suecia, Estados Unidos y Chile. Se trata de países que aplicaron menores restricciones, para no afectar tanto la economía, pero que muestran una elevada cantidad relativa de decesos. No tan mal en economía, pero mal en salud.

Un tercer grupo lo conforman países que tuvieron menor impacto en defunciones, pero con graves caídas en la actividad económica, en el cual se encuentra Argentina, junto a países como India y Alemania. Sin embargo, debe aclararse que Alemania tiene a esta altura un escenario epidemiológico mucho más controlado que en los otros dos casos. Mal en economía y bien en salud, al menos hasta el momento.

Por último, se tiene un grupo con países que exhiben la mejor situación en términos relativos, con pocos decesos por millón de habitantes, a la vez con menor impacto sobre la economía. Allí se ubican China, Corea del Sur, Japón, Dinamarca y Uruguay. Bien en economía y en salud.

Variación % interanual del índice de producción industrial en abril (2020) y decesos acumulados por millón de habitantes

Países seleccionados

Claramente el desafío de Argentina está en pasar del tercer al cuarto grupo, es decir, mantener los buenos resultados en salud, pero mejorar en economía. Algunos países lo lograron, como Uruguay, Japón, Corea del Sur, Dinamarca, entre otros.

Las experiencias internacionales acumuladas hasta el momento demostraron que la estrategia del “martillo y la danza” (esquema de Tomás Pueyo) es la más prometedora en la lucha contra el Covid-19. Las estrategias de “no hacer nada” o solo de “mitigación” con débiles medidas de aislamiento social con el objetivo de lograr la inmunidad de rebaño, rápidamente fueron desestimadas, a luz de los resultados que trajo consigo en países que intentaron seguirlas, como Reino Unido, Estados Unidos e incluso actualmente por Brasil.

A pesar de estas dudas iniciales y con el virus ya extendido, los países europeos no tuvieron más alternativa que acudir a fuertes restricciones en la movilidad de personas. En países como España, Italia y Francia quedó en evidencia que la demora en aplicar el “martillo” tuvo como consecuencia un importante costo en vidas, aunque en la actualidad hayan logrado dar grandes pasos en el control de la pandemia y poder ubicarse en la etapa de la “danza”.

Nueva Zelanda fue uno de los países que resultan de ejemplo en cuanto a los resultados que logró al aplicar esta estrategia de manera efectiva. Fue uno de los países que implementó las medidas de aislamiento más estrictas y de manera más temprana, lo que les permitió controlar rápidamente la pandemia. Así, hoy por hoy, es uno de los países que más flexibilizó sus medidas de aislamiento social, que le dio la posibilidad de dar grandes pasos hacia la nueva normalidad.

Otro país ejemplar en el combate contra el Covid-19 ha sido Corea del Sur, que incluso nunca necesitó aplicar el “martillo”, a pesar de que luego de China fue uno de los primeros epicentros de la pandemia. Logró combatir al virus con un sistema muy eficiente de testeo, aislamiento y rastreo de contactos, probablemente el mejor del mundo, sin que se dispararan los contagios a cifras inmanejables. Es importante mencionar que este país cuenta con experiencias recientes de otras pandemias que azotaron al país, lo cual hizo que acumulen un gran aprendizaje en cómo abordar este problema, heredando leyes específicas para combatir pandemias y una población que respeta las medidas de distanciamiento social e higiene a luz de las experiencias pasadas.

La clave está en el lograr mantener el nivel de contagios en cifras razonables a través de un eficiente esquema de testeo, aislamiento y rastreo de contactos, y evitar volver a recurrir a las medidas más drásticas de la etapa del “martillo”.

Luego de 100 días de restricciones, es probable que Argentina no haya sido eficiente en alcanzar la etapa de testeo masivo, aislamiento y rastreo eficiente de contactos, de modo que, ante la suba en el número de contagios, deba volver ahora a una etapa de “martillo”, al menos en el AMBA. Ahora, tenemos una nueva oportunidad para desarrollar en forma eficiente la estrategia de la “danza”, de lo contrario la pura cuarentena se convierte en un instrumento económicamente muy caro para lograr los objetivos sanitarios.

El escenario actual en Argentina luce preocupante si se la analiza a la luz de la comentada “estrategia óptima”. Si bien el gobierno aplicó una cuarentena muy estricta de manera temprana, la etapa del “martillo” ya lleva más de tres meses, alejándose de lo óptimo. Se logró contener el avance en muchas regiones, no así en AMBA y Chaco, en que actualmente los casos diarios aumentan a una velocidad preocupante. Estos focos latentes de circulación viral ponen en riesgo los resultados alentadores logrados en muchas de las provincias, principalmente considerando que el AMBA es el gran centro urbano del país y que concentra la mayor parte de la actividad económica.

La actual decisión de retroceder las fases de aislamiento social en el AMBA, aumentando las restricciones a la movilidad de personas, resulta inevitable, ante el fuerte aumento en los casos de Covid-19 ocurrido en los últimos días. Pero resulta de imperiosa necesidad que esta vez se terminen de desarrollar los instrumentos de testeo/rastreo/aislamiento que se requieren para posteriormente volver a flexibilizar el aislamiento, poniendo en marcha la economía, sin poner en riesgo la salud de la población. De lo contrario podemos terminar en el grupo de los países que van mal en economía y también en salud.

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