A cuatro días de que venza el plazo para que los acreedores acepten la propuesta de reestructuración de la deuda que presentó el Gobierno, el Presidente Alberto Fernández se reunirá esta tarde con los principales representantes de las cámaras empresariales y con sectores del gremio en busca de apoyo.
El encuentro tendrá lugar en la residencia de Olivos a las 17 horas y, según trascendió, la charla será sobre la negociación de la deuda y no sobre la prórroga del aislamiento social obligatorio, que vence este 10 de mayo.
A la espera de la “respuesta de los bonistas a la oferta de renegociación de la deuda pública formulada por el Estado argentino”, asistirán los titulares de la Unión Industrial Argentina, de la Cámara de Comercio, la Cámara de Construcción, la CGT, la Asociación de Bancos de la República Argentina, la Sociedad Rural y la Bolsa de Comercio. Además, estará presente el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Ayer casi todos los gobernadores del país (a excepción de Alberto Rodríguez Saá), junto con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hicieron explícito su apoyo a la propuesta de deuda a través de un comunicado.
"Las fuerzas políticas en su conjunto tenemos que hacer el mayor esfuerzo posible y dar todo el apoyo para que Argentina pueda redefinir sus compromisos de forma sostenible de modo de poder cumplir con sus obligaciones y evitar la cesación de pagos o default", manifestaron.
Sin embargo, esta mañana los tres principales grupos de bonistas tenedores de deuda argentina publicaron una declaración en conjunta asegurando que vuelven a rechazar la oferta de canje de la deuda del Gobierno argentino, aunque añadieron estar dispuestos a seguir negociando.
“El Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos de Canje de Argentina representan colectivamente un amplio y diverso espectro de tenedores de bonos soberanos de Argentina. Cada grupo ya ha rechazado públicamente los términos comerciales propuestos por Argentina para la reestructuración de su deuda externa”, señalaron.
En ese sentido, Guzmán advirtió que “no tenemos cómo poder pagar más” y que de hacerlo “no solo sería desastroso en términos económicos, sino también inaceptable política y moralmente y, en última instancia, insostenible”.
