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Relanzamiento de Libra: la cripto de Facebook

Los cambios propuestos para Libra la acercan más a ser una realidad, tanto desde los incentivos como desde el cumplimiento con las regulaciones. Por otro lado, deja de ser una nueva moneda para convertirse en una plataforma de pagos (con un alcance fenomenal).

LIBRA-Facebook
LIBRA-Facebook

Por Gonzalo Martínez Mosquera Embajador de Algorand

Facebook y el resto de compañías detrás del proyecto “Libra” (la Asociación) acaban de sacar el “whitepaper” de Libra 2.0 donde describen una nueva versión de cómo va a funcionar su criptomoneda cuando sea lanzada.

El cambio más importante es que en vez de ser una sola Libra respaldada por una canasta de monedas ahora vamos a tener varias Libras, una por moneda, además de la Libra original.

En el “whitepaper” mencionan una Libra en dólares estadounidense, una en euros, una en libras esterlinas y una en dólares de Singapur. Esta lista no es definitiva y sólo las mencionan a modo de ejemplo.

El cambio de una Libra “canasta de moneda” a una Libra por moneda, es fundamental para “forzar” a los países a apoyar el proyecto, especialmente Estados Unidos. Imaginemos que si el Congreso de Estados Unidos no impulsa la Libra en dólares y Facebook lanzara la “Libra euro”, por ejemplo, eso podría significar una amenaza al dólar como unidad de cuenta y reserva de valor internacional. Esto implicaría una baja en la demanda por esa moneda, lo que obligaría a Estados Unidos a ajustar su déficit fiscal.

Claramente, el proyecto es una amenaza muy fuerte para aquellas monedas que no sean elegidas. Si los ciudadanos del país no elegido decidieran pasar parte de sus ahorros a Libra, eso podría implicar también la necesidad de ajustar el déficit fiscal para evitar la inflación. En Argentina, ya estamos curados de ese riesgo porque a nadie se le ocurre ahorrar en pesos.

¿Cuál es el negocio?

Más allá de las sospechas respecto a la privacidad de datos financieros que surge con esta iniciativa de Facebook, el proyecto va a financiarse con la renta de los activos financieros que respalden a Libra.

La idea de Libra es lanzar una criptomoneda que va a estar 100% respaldada por la moneda respectiva. Según indica el paper, el 80% de los fondos estará invertido en activos financieros de muy corto plazo (no más de 3 meses) y alta calificación crediticia. El resto estará respaldado directamente por depósitos bancarios a la vista.

En caso de que las tasas estuvieran en terreno negativo como pasa hoy, el paper menciona la posibilidad de cobrar una comisión por transacción.

Un respaldo adicional posible es el de las CBDC. Recordemos que las CBDC son el equivalente digital del efectivo donde el usuario tendría su “cuenta bancaria” directamente en el banco central. Varios países están analizando la posibilidad de lanzarlas, con China a la cabeza.

A propósito, el lanzamiento chino de su CBDC, que aparentemente está a la vuelta de la esquina, podría generar presión para apoyar el proyecto en los países occidentales.

Una plataforma de pago

Los cambios mencionados respecto al a versión anterior muestran claramente que Libra está cambiando el foco. En vez de pretender ser una nueva moneda con su propia unidad de cuenta, ahora su foco es el de convertirse en una plataforma de pago y transferencias internacionales.

Pensemos que con los billones de usuarios de Facebook, Instagram y WhatsApp tiene todas las fortalezas para lograrlo. La pretensión de convertirse en una

nueva moneda no tenía mucho sentido, especialmente con el lanzamiento de las CBDC.

Los grandes amenazados dejan de ser los gobiernos y pasan a ser los bancos y especialmente el sistema Swift (un monopolio que no pareciera tener mucho sentido a partir del mundo cripto).

La Asociación (grupo de empresas que manejara el proyecto y en la cual Facebook supuestamente es uno más) anunció que está tramitando licencia como sistema de pagos en varios países.

¿Y los depósitos bancarios?

Los depositantes podrían decidir mantener sus ahorros en forma digital a través de Libra. Algo parecido a lo que podría ocurrir con las CBDC. Mejor que los expertos en política monetaria empiecen a pensar cómo funcionará un mundo sin depósitos en los bancos comerciales porque pareciera que es lo que viene.

Por otro lado, los bancos tienen un desafío adicional. De golpe podrían tener que competir para atraer al gigante. Pensemos en todos los esfuerzos que los bancos hacen para que cobres el sueldo en su entidad (programas de millas, puntos, descuentos y demás). Ahora, el que tuviera de cliente a

Libra se aseguraría una bolsa gigante de depositantes indirectos.

Relación con los usuarios finales

El paper claramente indica que la Asociación no va a tener una relación legal con los usuarios de Libra. La Asociación va a elegir intermediarios que serán los encargados de manejar todos los aspectos con los tenedores de la criptomoneda. Algo similar a la función que cumplen hoy los bancos comerciales como intermediarios entre el banco central y los depositantes.

Otro punto importante es que los usuarios finales no van a participar de las ganancias que reporten los activos financieros antes mencionados. Libra no va a pagar intereses a sus “depositantes”.

Incluso, como comenté antes, en el caso de que las tasas pasaran a terreno negativo como ocurre hoy en día en varias partes del mundo, la Asociación se reserva el derecho de cobrar por las transacciones que se hicieran en Libras.

En el caso extremo de que existiera una “corrida” contra Libra, en la cual los tenedores quisieran cambiar la cripto por moneda fiduciaria, la Asociación se reserva el derecho de suspender la redención por un tiempo.

Según dice Libra, su objetivo es llegar a los 1.700 millones de personas que no están bancarizadas en el mundo. Muchos de estos no tienen forma de acreditar su identidad. Un desafío enorme es como llegar a ellos, que serían usuarios anónimos, sin darle una plataforma ideal a aquellos que quieran financiar terrorismo o hacer lavado de dinero.

La “solución” que encontró la asociación es el de hacer, como estándar, KYC (“conozca a su cliente” por sus siglas en inglés) a todos los usuarios. De esta manera, todos los usuarios de Libra tendrán que registrar su billetera virtual con su propia identidad asociada. En caso de querer usar una cuenta anónima, existirá esa posibilidad pero con limitaciones en la cantidad de transacciones habilitadas. Por otra parte, la Asociación creará un ente especial encargado de investigar transacciones sospechosas y tendrá la potestad de bloquear o eliminar la cuenta de usuarios.

Esto da por finalizada definitivamente la pretensión original de convertirse en una plataforma descentralizada y no permisionada como la de Bitcoin, y claramente podría generar una enorme controversia por el poder que se estaría delegando en aquel ente centralizado.

Los cambios propuestos para Libra la acercan más a convertirse en una realidad, tanto desde el punto de los incentivos económicos como desde el cumplimiento con las regulaciones.

Por otro lado, cambia la esencia. Deja de ser una nueva moneda para convertirse, en definitiva, en una plataforma de pagos (con un alcance fenomenal, por cierto).

Pareciera que el dinero no estatal deja de ser lo que está en cuestión y que los verdaderos amenazados serán los bancos (como administradores del sistema de pagos) y, sobre todo, el sistema Swift. Bienvenido sea esto último. Pensemos en las enormes pérdidas que sufren aquellos que hacen remesas internacionales a sus familiares por las enormes comisiones que deben pagar para hacerlo. Ellos, son probablemente los mayores beneficiados de la incursión de las criptos en el sistema financiero internacional.

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