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Puntas se miran, pero no se tocan: se definiría en el suplementario

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Alejandro Radonjic 20 mayo de 2020

Por Alejandro Radonjic

“Estar cerca es muy bueno”, decía Canal 13 algunos años atrás. “Juntos es mejor”, chicaneaba el rival Telefé. Ayer, el mercado de renta fija criollo se dio cuenta de esa diferencia y el rally se cortó en seco, con caídas reducidas de US$ 1. ¿Será que quienes venían pagando y pagando se dieron cuenta que estar cerca es muy bueno, pero eso no implica estar juntos (que es mejor)? En definitiva, las puntas, medidas por Valor Presente Neto (VPN) están cerca (una diferencia de US$ 10, tras haber arrancado en el triple), pero parecen inmóviles y todavía no se tocan.

Los bonos recuperaron hasta 40% en los últimos tiempos, aunque seguían (y siguen) en una zona complicada y las valuaciones reflejaban un acercamiento (financiero, gestual y discursivo) entre la República y los acreedores, pero no un “deal” aún. ¿Pasó algo puntual ayer? Las fuentes consultadas por El Economista dicen que fue un respiro y que el escenario base se mantiene: un “soft default”. No hubo trascendidos de nuevos acercamientos y, como faltan pocos días, el mercado dudó un poco.

Argentina y sus acreedores no llegarían a los umbrales de las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) el viernes 22 y, como (en teoría) no se pagarían los US$ 503 millones de los Globales (aunque la plata está), el soberano entraría en default selectivo. La parte “soft” o suave es que no sería a la 2001 con estruendosos aplausos en el Congreso sino con la promesa de seguir negociando y llegar, más temprano que tarde, a un arreglo voluntario.

“No sé si lo calificaría como 'soft'. Si no llegas a activar las CAC, no importa cuántos hayan dicho que sí y te quedaron mínimo 25% de holdouts, y de los más duros. Es un default. De magnitud acotado pero default igual. Con riesgo de que se judicialice”, dice una hombre del mercado ante El Economista. Ese será un tema clave. ¿Qué postura tendrán los “duros”? Tienen herramientas a su alcance para embarrar la cancha, ¿pero las usarán? ¿Habrá “acceleration” o armisticio?

Ayer, Martín Guzmán insinuó que un acuerdo antes del 22-M parece difícil, pero lo desdramatizó. En un nuevo webinar (esta vez, de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos y el U.S. Argentina Business Council), no descartó que el plazo legal del próximo viernes para alcanzar un acuerdo con los acreedores pueda extenderse. “Hay una gran chance de que el deadline sea extendido. El 22 de mayo es una fecha anecdótica. Estamos en medio de una negociación y las dos partes están trabajando para alcanzar un acuerdo”, insistió. Obviamente, no dijo nada sobre los Globales.

“Lo más importante es que las conversaciones avanzan constructivamente y la distancia entre las posiciones está lejos de ser irreconciliable”, dijeron, por la positiva, desde el Grupo SBS, sugiriendo que al acuerdo se acerca y enfatizando que Argentina puede endulzar la propuesta un poco más sin poner en riesgo la “sostenibilidad” de su perfil de deuda.

“Si la mejora en la propuesta del Gobierno se acerca pero no supera los US$ 50, entonces Argentina se enfrentaría a una mayor adhesión a su propuesta de canje de deuda pero no evitaría el default ya que estimamos que no se alcanzarían las cifras necesarias para activar las CAC. Si la oferta se aproxima a los US$ 55, entonces podría lograrse el anhelado consenso con acreedores y, por ende, llegar al mejor puerto posible. ¿Se busca un arreglo definitivo del tema o sólo una adhesión parcial que deje en evidencia al resto de los fondos 'buitres'? Creemos que de los supuestos US$ 10 de diferencia actual, la mayor parte tendrá que ser puesta por el Gobierno. Entonces la pregunta es si existe la voluntad política para mejorar la propuesta hasta dicho nivel y evitar el default. De nada sirve un canje con 50% de adhesión, ya que de todas maneras caerías en default. Por lo tanto, las puntas están muy cerca, pero todavía lejos. Los últimos US$ 10 de diferencia van a requerir una negociación del más alto nivel. A su vez, las puntas están tan cerca que parece ridículo un default por una diferencia económica de esa magnitud. Pero la mayor parte la tendrá que poner Argentina, lo que obliga a una decisión política del más alto nivel. En este marco, los bonos siguen elevando la probabilidad de arreglo basados en señales claras al respecto”, fue la visión de Delphos.

Todo parece encaminado al suplementario, como en 2014. Esperemos que Guzmán tenga más puntería que Rodrigo Palacio.

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