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Los liberales quieren sumarse a la mesa en las legislativas del 2021

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Alejandro Radonjic 13 mayo de 2020

Por Alejandro Radonjic 

En el marco de una pandemia que nos puso los hábitos diarios patas para arriba, a la vera del default y con la economía de rodillas, nadie está pensando en las elecciones de 2021. Pocos, mejor dicho. Pero en algún momento llegarán. Antes, vendrá la campaña y todo el lindísimo ritual democrático que cada vez se asienta más.

El análisis electoral del 2019 alumbró un nuevo orden. El bifrentismo. Cambiemos (a la postre, Juntos por el Cambio) se consolidó: los amarillos y los correligionarios siguen en el mismo barco. Si es un matrimonio por conveniencia o si los une el espanto más que el amor es comidilla intelectual. Hay tensiones, es cierto. Los radicales quieren más espacio y demás, pero siguen juntos y parece que se entienden.

La gran novedad no fue esa sino el Frente de Todos. Con “Alberto y Cristina”, La Cámpora, Sergio Massa, los gobernadores. La ancha avenida panperonista con todos adentro. Hasta nuevo aviso.

Ese bifrentismo es convalidado por el análisis de la estadística electoral. La polarización. Unos y otros se llevaron casi todos los votos. Más allá de que en las legislativas se desinfla la polarización y la gente vota con otros estímulos, la puja de fuerzas mostrará a ambos monopolizando el mercado electoral. Si no pasa nada raro (un “big if” por estos días).

Vienen marchando?

Sin embargo, hay otro actor que se quiere sentar en la mesa, y no a “upa” de nadie. Son los bravos y ruidosos liberales que capitanea José Luis Espert. Quienes digan “pero sacó menos de 2% de los votos” demuestran tener buena memoria, pero no necesariamente capacidad de análisis a futuro. Motivos varios han confluido en un fortalecimiento reciente del ideario liberal, sobre todo entre los jóvenes. Hay una demanda y, en rigor, parte del impulso inicial de Mauricio Macri abrevó allí. Sin embargo, la gran mayoría no quedó satisfecha con el periodo 20152019. El desafío de Espert & Cía es atraer y ampliar esa demanda.

“Estamos muy muy animados”, dice José Luis Espert ante El Economista, y rescata “lo bien que nos fue en los debates el año pasado”. Sin embargo, eso no se replicó en las urnas. “La gente que votó dentro de la grieta lo hizo con mucho temor ante la vuelta del kirchnerismo”, dice Espert. “Pero ahora volvió el kirchnerismo y la elección que viene es legislativa”, dice y confirma: “Vamos a seguir”.

“Seguiremos con nuestra propuesta y participaremos de las elecciones con la construcción más grande posible con quienes quieran un cambio muy profundo en Argentina y compartan nuestra propuestas antisistémicas de leyes laborales benignas, apertura al comercio y un Estado razonable. Antisistémicas acá, porque en el mundo son las sistémicas. Nosotros estamos hablando con Cynthia Hotton, Ricardo López Murphy, el Partido Demócrata, con el Partido Autonomista Nacional (PAN). Cuando digo nosotros me refiero a la Ucedé y el Partido Libertario. Los que quieran competir, adentro y los que quieran sumarse, encantados”, resume el liberal. “Vamos a estar”, ratifica.

“Voy a tratar de que haya un frente en el 2021 para que hagamos una gran elección”. Quien habla ahora es Ricardo López Murphy. Lo dijo en un Zoom reciente. “No diría que tenemos que hacer un frente liberal sino con los liberales. Si hacemos un frente sectario, excluyente, minoritario y testimonial, no vamos a llegar a ningún lado”, dijo y luego explicó el paso hacia el 2023. “Va a haber que tragarse los sapos que sean necesarios porque no hay sapo más grande que siga el populismo”, agregó sobre el hipotético frente presidencial del 2023. “Voy a estar ahí y a ese trabajo estoy dedicado día y noche”, concluyó López Murphy.

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El economista, si bien lejos de las luces encandilantes de la política, siempre estuvo. Como latente. Su última gran incursión política fue en 2003, una elección que aun algunos lamentan. Casi 20 años atrás. Ahora parece decidido a estar en 2021, pero habrá que esperar para saber si llegará con la misma volunatd. ¿Cómo imagina la oposición en 2021? Eso fue lo que le preguntó Clarín el domingo. “Veo dos coaliciones opositoras. Una de Juntos por el Cambio, con una impronta como la de del Gobierno anterior y otra más de centroderecha que tomará muchas de las cuestiones que no hizo Macri y de los que no se sienten identificados tampoco con este Gobierno”, agregó.

En diálogo con El Economista, el consultor René Palacios aporta encuadre politológico.

Sobre Espert, dice: “Con una campaña a cuestas tiene más instalación que los demás aspirantes. Sin embargo, creo que su ventaja estratégica es que tiene un relato claro: es el hombre que viene a luchar contra los políticos. Te puede gustar o no, pero su coherencia en estos años con una línea de pensamiento le puede traer una ventaja frente a candidatos que son más volátiles en sus posicionamientos”.

¿Tiene “mercado electoral” el liberalismo? Dice Palacios: “Va a depender de tres cosas: 1) como salga parado Horacio Rodríguez Larreta luego de la pandemia; 2) acertar con los candidatos priorizando los grandes centros urbanos, y 3) el financiamiento. En esta última parte creo que el Frente de Todos puede tener un incentivo a apoyar un desmembramiento por derecha de Juntos para el Cambio”.

¿Y López Murphy? “Es un dirigente respetado en el mercado electoral del liberalismo. No creo que le pese su paso por la Alianza teniendo en cuenta que en 2003 estuvo muy cerca de entrar al balotaje. La clave para él está, al igual que Espert, en esperar como sale parado Juntos por el Cambio pospandemia, cómo estará la economía y la demanda electoral del momento de la elección. No necesariamente un estallido económico traerá una demanda de discursos de más Estado. En algunos sectores de clase media y clase media alta la profundización de la crisis puede generar una demanda que canalice un sentimiento de tipo más antipolítico y más tecnocrático y ahí puede tener una oportunidad en un distrito como la Ciudad de Buenos Aires”, agrega Palacios.

Hay muchos cabos sueltos en el mundo liberal, la gran mayoría no son expertos en política (vale recordar el “caso Asseff”, la infructuosa avivada pichettista, que casi sacó a Espert de carrera en 2019), faltan estructuras, capilaridad territorial y dinero. También, hay enconos, algo de “vedettismo” y no todos confluirán en el espacio porque hay otros que juegan en otros sectores. Pero, si hace las cosas bien, el liberalismo tendrá una chance de avanzar algunos casilleros en 2021.

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