Desde su primera impresión en diciembre del 2017, el billete de $ 1.000 pasó de valer US$ 57,37, a apenas US$ 8,44 en mayo del 2020, tomando en cuenta el Contado Con Liquidación, según un informe de la fundación Libertad y Progreso.
La nueva incorporación en la familia de billetes “refleja la constante depreciación de peso”. De hecho, según LyP, “el billete que circuló en medios de comunicación la semana pasada con la imagen de los médicos Cecilia Grierson y Ramón Carrillo, nacería con un valor de US$ 42,21”.
El nuevo billete de $5.000 estaría tercero entre aquellos de mayor valor en dólares. En primer lugar se ubica el billete de S/.200 nuevos soles de Perú que entró en circulación en 1991 (ya se olvidaron de la inflación) y equivale a algo más de US$ 50. El segundo, el de $2.000 de los vecinos uruguayos. En tercer lugar, aparecería el billete argentino de $ 5.000. ¿Con o sin Carrillo?
“Los beneficios de tener una moneda sana pueden parecernos lejanos a los argentinos dado que convivimos con una alta inflación la mayoría de nuestras vidas. Sin embargo, para encauzar un crecimiento sostenido que nos saque de la constante decadencia que padecemos es condición necesaria tener una moneda que cumpla con las tres funciones de todo dinero: unidad de cuenta, medio de circulación y reserva de valor”, sostuvo desde LyP.
