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Abril fue inolvidable para el mundo de las inversiones

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Luis Varela 04 mayo de 2020

Por Luis Varela

Con pocos antecedentes similares a lo largo de la historia, el mes de abril se convirtió para las inversiones de aquí, allá y todas partes en uno de los períodos más controvertidos de todos los tiempos.

A lo largo de cada rueda se fueron observando cotizaciones que iban del cielo al infierno en minutos, atadas a una volatilidad extrema, con volúmenes de operaciones extinguidos durante días y olas de dinero entrando o saliendo en los días siguientes.

Las causas principales de estos frenos, aceleraciones y gran desconcierto fueron bien diferentes en los que en general se consideran como países “normales” del mundo y naciones un tanto más volátiles o “irracionales”, escalón en el que lamentablemente se ubica Argentina de estos tiempos.

Lo que pasó en el exterior a lo largo de todo abril es bien conocido por todos: el planeta, sobre todo Europa y Estados Unidos, y en los últimos días América latina, está cruzado por el corona virus, con una creciente cantidad de contagiados detectados y por una sucesión de muertes que tiene a toda la población sumergida en un gran desconcierto.

La velocidad e indefensión que generó el problema hizo que las principales economías del mundo entraran en pánico, se generaran cuarentenas masivas para evitar los contagios y con eso se pegó un frenazo casi sin precedente en las economías, achicando los consumos de casi todo.

Y por eso, también en el exterior, se generó el segundo problema que convirtió a abril en un mes absolutamente loco para las inversiones: la guerra del petróleo hizo que el barril de crudo cayera de los casi US$ 60 que mantuvo durante casi todo 2019 a cifras mínimas, por momento insólitamente negativas, y con un cierre de mes que ubicó a la variante West Texas Intermediate en la zona de los US$ 19 y al Brent un poco más arriba, en US$ 26.

Y a nivel interno, lo sabemos, todo este caos global nos agarró con un intento de reestructuración de la deuda, sin reservas, sin crédito y con el Gobierno de

cidido a emitir pesos como única salida, generando un gran descalabro en los precios internos, frenando el tipo de cambio oficial y las tarifas públicas de manera artificial.

Por esa razón, el resultado que tuvo Argentina en abril a nivel inversiones fue ciertamente desconcertante. El año había empezado con varios centros de análisis económico planteando una inflación de todo el 2020 en la zona del 39% anual, bastante por debajo del 52% que dejo la administración Macri. Pero, debido a los últimos acontecimientos, algunos analistas plantean una inflación en torno al 60%.

Lo primero que movió la cabeza de los inversores en abril fue el movimiento del dólar, tanto a nivel interno, como internacional. Con la Reserva Federal de Estados Unidos emitiendo dólares hasta el techo, en abril, punta contra punta, el dólar subió 5,3% en Brasil, 2,1% en México, 0,7% contra el euro y 0,4% contra el franco suizo, pero bajó 0,3% contra el yuan, 0,5% contra el yen,1,4% contra la libra esterlina y 2,2% contra el peso chileno.

Y hacemos hincapié en el 41% de suba del dólar blue en abril, porque frente a esa diferencia, la tasa de los plazos fijos se ubicó en el 1,65% mensual para el dinero chico y el 1,75% mensual para el dinero grande, lo cual convierte a este tipo de colocación en una inversión absolutamente negativa y no recomendable. Y los plazos fijos UVA, que marchan con el CER, equivalente con el IPC del Indec, tampoco parece ser un gran premio.

A su vez, los precios de las commodities suben porque la súper emisión de la Fed está deteriorando el precio del dólar. Sólo estuvieron en baja el aluminio (-2%) y el petróleo (-9,3%).

E increíblemente, de manera también negativa para Argentina, abril tampoco fue un buen mes para los granos. En Chicago la soja cayó 4% en el mes. Y en Rosario el grano promedio cedió 3,5% en dólares, con un mix muy diferente según el tipo de semilla: el girasol subió 3,4% y el sorgo mejoró 1,4%, pero el trigo bajó 5,4%, la soja declinó 6,8% y el maíz se desplomó 12,5%.

Todos estos componentes determinaron que las bolsas del mundo tuvieran variaciones increíbles.

De mayor a menor, la Bolsa de Buenos Aires mostró una verdadera ilusión, ya que su índice Merval medido en pesos pegó un salto mensual del 34,3%, pero su variación de abril calculada en dólares blue sufrió una caída real de nada menos que el 5%. Y en el exterior, infladas por los dólares de la Fed y los euros del BCE, el Nasdaq de la Bolsa de Nueva York trepó en el mes 15,4%, la Bolsa de Chile mejoró 14,1%, el Dow Jones de New York sumó 11,1%, la Bolsa de San Pablo trepó 10,3% en reales, la de Frankfurt avanzó 9,3% en euros, la de Tokio creció 6,7% en yenes, la de México mejoró 5,5% en pesos mexicanos y la de Madrid sumó 2% en euros.

La situación de los bonos argentinos merece también una mención aparte. Debido a que finalmente se hizo una propuesta de reestructuración, que supuestamente vence el viernes próximo, los títulos públicos mejoraron en abril un 5%, pero en esto hay que hacer una aclaración, porque el riesgo país navegaba en la zona de los 4.000 puntos, pero ese índice acaba de tener un cambio de parámetro técnico, ya que se eliminó del cálculo un bono con precio muy bajo el Global 21, y por eso bajó artificialmente hasta 3.500 puntos.

A partir de todos esos números, los inversores que cuentan los porotos ponen como base cero a la evolución del dólar blue. Lo que subió por encima del dólar blue, dio ganancia, y lo que subió menos que el blue, dio pérdida. Y en abril el blue subió 41% y hubo una sucesión de acciones que tuvieron subas de precio muy superiores a eso, como por ejemplo Morixe, la estrella del mes, que trepó 204%, Semino avanzó 146% y luego hubo subas del 50% al 120% en papeles como Molinos, Longvie, Introductora, Phoenix, Aluar, Holcim, Comercial del Plata, Mirgor, Garovaglio, Gas Natural, Casado, Agrometal, Siderar, San Miguel, Ledesma y Rigolleau.

Y notablemente, con un ministro que quiere favorecer la inversión en pesos, se destacaron cuatro bonos que treparon más que el dólar blue: el TC21 ganó 53,2% en el mes, el PARY avanzó 52,7%, el TJ20 sumó 49,7% y el PARA mejoró 43,3%.

Ahora bien, si se toma como base cero la variación del dólar blue, en los cuatro primeros meses del año sólo tres acciones y cuatro bonos lograron estar por arriba del billete verde. En enero-abril, con el blue trepando 50%, Morixe ganó 262%, Semino trepó 104% y Molinos sumó 96%. Y en bonos los destacados, con subas del 53% al 70% fueron los títulos TC21, TO26, TO21 y PR13. Y a lo largo de los últimos doce meses ningún bono estuvo arriba del blue, que subió 156% en ese período. Esa variación solo fue superada por Morixe, Molinos, Semino y Bodegas Esmeralda.

Ahora vienen días decisivos. El ministro Guzmán, como en una mesa de póquer, amenaza diciendo que eso que presentó es todo lo que puede ofrecer como reestructuración de la deuda. Los bonistas no le creen. No aceptan eso, y esperan más. Si no aparece una zanahoria, la mayoría irá a las cortes de Nueva York.

Frente a eso, la revista británica The Economist, elaboró un ranking de 66 países basado en cuatro indicadores: deuda pública total, deuda en moneda extranjera, costo del crédito y cobertura de reservas. ¿Cómo estamos en esa lista? Lamentablemente, según esa publicación la Argentina está junto a Venezuela, Zambia y Angola entre los mercados emergentes más riesgosos del mundo.

En un ranking de 66 países ubica a la Argentina como el décimo de mayor riesgo, sólo superado en nivel de riesgo por Venezuela (al fondo de la tabla), Líbano (que ya entró en default por el no pago de un Eurobono), Bahrein, Angola, Sierra Leona, Túnez, Mongolia y Omán. Inmediatamente después del “riesgo argentino” aparecen Jamaica, El Salvador, Ecuador, Ucrania y Gabón.

De los países sudamericanos, además de Perú, que aparece en el cuarto lugar del ranking de mercados seguros, los países considerados de menor riesgo son Paraguay y Bolivia, que aventajan por varios cuerpos al lote siguiente, integrado por México, Colombia, Brasil, Chile y, un poco más atrás, Uruguay. Y los mercados emergentes más seguros son Botswana, Taiwán, Corea del Sur, Perú y Rusia. ¿Qué podrá pasar en mayo? Veremos qué sucede con la negociación de la deuda. Sin dudas, será decisiva.

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