Taiwán no informó nuevos casos de coronavirus, marcando la primera vez que las autoridades informaron cero nuevos casos en más de un mes. También es el último logro para un sistema de salud que actuó por primera vez para evitar la propagación de Covid-19 en diciembre.
Taiwán, con una población de alrededor de 23 millones, tiene solo 393 casos confirmados, y seis personas han muerto por la enfermedad.
La última vez que el Centro de Comando de Epidemia de Taiwán anunció que no había nuevos casos fue el 9 de marzo, hace 36 días.
Taiwán recibió elogios por mantener el coronavirus bajo control a pesar de sus estrechos vínculos con China. Millones de personas viajan entre la isla y el continente cada año, incluidos 2,7 millones de visitantes del continente el año pasado.
Debido a su respuesta agresiva y temprana al coronavirus, Taiwán, como Hong Kong y Corea del Sur , pudo evitar las medidas de cierre y mantener abiertas muchas escuelas, restaurantes y oficinas.
Un artículo académico publicado en el Journal of the American Medical Association el mes pasado acreditó al gobierno de Taiwán por tomar 124 acciones para identificar posibles casos del virus respiratorio emergente en ese momento.
Algunos de esas medidas, tomadas en enero, incluyeron limitar el precio de las mascarillas y prohibir su exportación. Para el 24 de enero, Taiwán estaba inaugurando instalaciones de prueba Covid-19 en el Centro federal de control de enfermedades y en ocho hospitales.
Taiwán activó un centro de comando de respuesta, envió un equipo de investigación a China, impuso rápidamente prohibiciones de viaje y cuarentenas.
El gobierno también tomó medidas de alta tecnología para rastrear a las personas que podrían estar infectadas o que entraron en contacto con alguien que lo estaba.
En un solo día, las agencias taiwanesas fusionaron el historial de viajes de los últimos 14 días de los pacientes con su información de seguro de salud pública, combinando datos de tarjetas de identificación de salud y de la agencia de inmigración.
La isla calificó a los viajeros según su riesgo de infección y el lugar donde habían estado. Según los investigadores, las personas con el riesgo más alto "fueron puestas en cuarentena en sus hogares y rastreadas a través de sus teléfonos móviles para asegurarse de que permanecieran en sus hogares durante el período de incubación".
