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¿Qué cosas aprendimos sobre trabajo remoto?

INternet
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30 abril de 2020

Por Sebastián Steizel Profesor de la Escuala de Negocios de la Universidad de San Andrés

Los aprendizajes sobre el trabajo remoto que han desarrollado las organizaciones para sostener su operación han abierto muchos interrogantes acerca del “nuevo normal” que emergerá como forma de trabajo.

Algunas empresas y trabajadores han roto varios tabúes que existían acerca del trabajo desde casa. Existían mitos acerca de la falta de productividad, efectividad, y hasta de factibilidad sobre el trabajo a distancia, pero lentamente están comenzando a darse de cuenta de que no era algo imposible, y hasta que funciona mejor en algunos casos. Más allá de las complicaciones que tiene hoy esta forma de trabajo, personas y organizaciones han aprendido a organizarse medianamente bien para sostener niveles razonables de operatividad.

Cuando la cuarentena termine y haya que volver a las oficinas, seguramente muchos cambios ocurrirán. Por un lado, se comenta que habrá que respetar un distanciamiento social que llevará a tener que reorganizar los espacios de trabajo. Por otro lado, probablemente habrá demandas de más personas que querrán modalidades de home-office, luego de esta experiencia no tan desilusionante. Esto seguramente generará una nueva forma de trabajo que combinará personas trabajando en la oficina mientras otras trabajan desde sus casas. Es lo que muchos autores han dado en llamar equipos híbridos, en donde parte del equipo trabaja presencialmente y otra parte virtualmente. Para gestionar este tipo de equipos se requiere una libreto bastante diferente del que hemos utilizado durante la cuarentena.

Cuando toda la gente se encuentra trabajando virtualmente, los líderes son conscientes de esta dispersión y generan reuniones, espacios colaborativos, herramientas y hasta momentos de encuentro en el espacio virtual, que encuentra a todos en la misma situación. En los equipos híbridos, en cambio, se da una dinámica muy diferente en donde parte de las interacciones sociales, los espacios de socialización y hasta las decisiones se dan por cercanía física, dejando a los trabajadores remotos marginados de muchos espacios organizacionales. La gestión del conocimiento emerge como otro de los temas centrales. ¿Cómo hacer que todos sepan lo que está sucediendo, cuando mucha información circula en espacios presenciales, o en charlas informales, y otras en espacios virtuales? Se genera una notable asimetría entre aquellos que están, y aquellos que no. Estudios muestran que mientras menos “equilibrada” sea esta distribución geográfica, el potencial de conflicto y la dificultad de generar confianza es más grande.

El desafío para los líderes es inmensamente mayor que el que están experimentando en estos momentos. Hay que gestionar muy bien la comunicación, generar espacios de encuentro presencial de todo el equipo, distribuir responsabilidades claramente en función de los lugares de trabajo, y asegurar un cronograma de asistencia a la oficina adecuado para que los equipos puedan interactuar, entre otras cosas.

Lo importante en esta instancia es entender que haber aprendido a gestionar a un equipo de manera remota no implica estar preparado para lo que viene. Para esa “nueva normalidad”, habrá que seguir aprendiendo.

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