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¿Precio o pánico?

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30 abril de 2020

Por Federico Filgueira Socio de MAg Finanzas

Desde hace un tiempo vemos a diario noticias negativas relacionadas a la economía y la Bolsa de Valores, las que solo pudieron ser desplazadas por el gran temor de estos últimos meses: el Covid-19.

Ahora bien, en estas situaciones de gran tensión financiera podemos decir que “el horno no está para bollos”. ¿Quiénes son los bollos en este caso? Los inversores que han colocado sus ahorros en activos que exceden el riesgo tolerable por ellos mismos, lo que deriva en un gran estrés y la necesidad imperiosa de retirarse, argumentando que “quiero dejar de perder dinero” o “no quiero estar más pendiente de la Bolsa”. Cuando las emociones le ganan a la razón, aparecen los cazadores de esta selva tan particular, aprovechándose de las presas fáciles que corren desesperadas, movilizadas por las emociones en lugar de la razón.

Dicho de otra manera, hay que separar los precios del pánico. Los precios son un reflejo de las expectativas objetivas del mercado. Por el contrario, el pánico refleja cifras que solo buscan hacer un torniquete al sufrimiento de los inversores que quieren huir a toda costa de la situación, cómo en una película de terror.

Tomando otro dicho popular, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Es claro que estos momentos son más riesgosos pero, a su vez, presentan oportunidades que en condiciones normales serían difíciles de detectar. Es decir, no siempre podemos encontrar actores del mercado corriendo desesperados atrás de noticias negativas, queriendo deshacerse de los tiranos de esta película de terror: los activos que tienen en su portfolio de inversión.

Adicionalmente, para poder capitalizar ganancias en este contexto, es importante redefinir el perfil del inversor, obtener liquidez y seleccionar aquellos activos susceptibles de un “repricing” agresivo ya que, si vamos a ingresar al mercado en este momento, será para obtener tasas de rentabilidad en línea con el riesgo asumido.

Para aquellos inversores que buscan valor a mediano y largo plazo (maratonistas, según nuestra definición), es importante que le dediquen suficiente tiempo a evaluar la oferta de títulos y/o asesorarse con especialistas para incrementar la probabilidad de éxito.

Hoy tenemos en el mercado diferentes títulos muy subvalorados que pueden entregar una ganancia de capital importante para quienes puedan mantener la inversión por un plazo mayor a un año. El caso de YPF es muy interesante para analizar, ya que la empresa, al día de hoy, se encuentra en mínimos históricos que son difíciles de explicar a través de su fundamentals.

Cómo puede observarse en el gráfico, la acción está en mínimos históricos, lo que refleja, junto a sus drivers de negocio, que los precios actuales en torno a US$ 4 son demasiados pesimistas. Cabe preguntar, entonces, ¿es precio o pánico?

Si analizamos la empresa en términos de comparables, vemos que la acción de YPF está rezagada utilizando ratios que son propios de la industria como EV/ Producción y EV/Reservas.

Otro análisis que es ilustrativo de la situación es la evolución de los promedios anuales históricos, los cuales reflejan claramente la fuerte caída del papel en cuestión.

Mientras en el 2001 y 2002, la acción cotizó (en promedio) a US$ 7,7 y US$ 4,9 respectivamente, en la actualidad el precio se ubica por debajo de US$ 4. Por otro lado, este papel llegó a alcanzar los US$ 47 a comienzos del año 2011 (año en que el valor promedio del papel se situó en los US4$ 37, 10 veces lo que vale en el día de hoy).

Dicho esto, la pregunta adicional que el inversor interesado debe hacerse es si es el momento “óptimo” para ingresar o no. Para ello, podrá utilizar herramientas de análisis técnico que ayuden a detectar el incremento de la demanda de este papel con el objetivo de invertir lo más cerca del piso (en términos de precio) y del quiebre (en términos de tiempo) posible.

En resumen, dentro de este mar de pesimismo que azota las economías del mundo, deje un espacio para analizar la realidad, tome los precios y elimine el pánico. De esa manera podrá asegurarse leer correctamente el menú de opciones de inversión en lugar de ser parte del menú, cómo dice aquella frase tan conocida en la industria.

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