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Infodemia e infoxicación: la pandemia de la comunicación

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09 abril de 2020

Por Paola Lattuada  Directora de COMLat Comunicaciones

El concepto de infoxicación refiere a la llamada enfermedad digital del Siglo XXI. Surgió hace una década propuesto por Alfons Cornella, para darle nombre al exceso de información que sufrimos a diario a partir de la expansión de Internet, primero y las redes sociales, después.

Para 2020, las estimaciones ubican en más de 4,5 billones las personas que usan Internet en el mundo, más de 3,8 billones los usuarios de redes sociales y cerca del 60% de la población global es la que está online, según We Are Social. La proyección es que la humanidad dedicara en el 2020 un total de 1,25 mil millones de años traducidos en horas de uso de Internet, una cifra que, me atrevo a afirmar, ya se superó.

Desplegada la pandemia del Covid-19 -la primera del mundo globalizado-, se suma otro concepto: el de infodemia, que articula la idea de pandemia e información.

Recientemente, la OMS alertó acerca de la indispensable necesidad de consultar solamente fuentes de instituciones de autoridad en el tema, mundiales y locales, para seguir el progreso del Covid-19. Todas han puesto a disposición las últimas tendencias en canales de comunicación para el “call to action” del día a día de la pandemia. En canales digitales en tiempo real, como WhatsApp Messenger o chats online, incluso podcast con cápsulas de información. O en canales tradicionales -irremplazables en el mundo offline- como los clásicos carteles de los postes en la vía pública o los mensajes grabados que se emiten regularmente por altoparlante en los municipios.

A la vez, todas las organizaciones internacionales y locales, referentes en comunicación, comparten directrices para la comunicación de gestión de crisis en el marco del Covid-19.

Empresas e instituciones hacen lo propio en el sendero que les toca atravesar esta realidad. Las marcas se humanizaron y las compañías destinan sus espacios de comunicación para visibilizar el único mensaje posible hoy en el contexto del mundo actual: tomar recaudos para estar a resguardo. Mientras, los medios de comunicación cumplen con la misión de informar de la mano de concientizar, con la agenda de los múltiples formatos: digital, radio, televisión y medios gráficos. Cada uno, desde su ángulo editorial.

¿Qué podemos hacer nosotros, como individuos, desde nuestro lugar? Colaborar, desestimando definitivamente acciones que contribuyan a engrosar cualquiera de los males de hoy: infodemia e infoxicación.

Realmente, ¿hago un aporte con lo que voy a compartir en redes sociales? ¿O solo es de interés para familia y amigos? Así, puedo evitar la infoxicación, excepto que el fin específico sea contribuir a viralizar un mensaje o posición. Y haríamos un bien la humanidad para no incrementar el sin fin de NNs que enamorados de los 5 minutos de pantalla, postean con verborragia cuanto impulso les viene, sin someterlo a un mínimo discernimiento.

Y la fuente, ¿es realmente válida? ¿A quién escuchamos o leemos? ¿Quién dice qué? ¿Cómo chequeo que no estoy compartiendo fake news? Miles de audios reenviados por WhastApp obligan a periodistas a dedicar su tiempo -y a programas a destinar sus preciados minutos de aire- en aclarar que no son veraces. También en esto podemos concretamente colaborar.

Ahora sí, los invito a tomar parte con un examen de conciencia exprés, preposteo. ¿Qué voy a comunicar? ¿Qué mensaje ayudo a amplificar?  #SeamosResponsables  y colaboremos con la #CuarentenaDeLaComunicación.

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