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El BM advirtió que las economías en desarrollo podría sufrir una recesión más grave de la esperada

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24 abril de 2020

Según el Banco Mundial, los países en vías de desarrollo podrían sufrir una recesión más grave de la esperada si el consumo y las inversiones no se reactivan en los próximos tres meses.

En un artículo escrito por Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de crecimiento equitativo, y Ayhan Kose, director del grupo de perspectivas de desarrollo, advirtieron que el crecimiento económico en los países en desarrollo podría retrotraerse entre 2 y 3% este año.

“Incluso antes del brote de COVID-19, la mayoría de los países en desarrollo ya estaban en una situación económica más inestable que en el período previo a la recesión mundial de 2009. Su crecimiento había caído a su nivel más bajo de la última década. Los excedentes fiscales y de cuenta corriente anteriores a 2009 se habían transformado en grandes déficits. La deuda externa alcanzó un máximo histórico”, explicaron.

En ese contexto, el informe apuntó que las economías eran presionadas para montar una respuesta efectiva, incluso ante una recesión mundial moderada. “En cambio, lo que obtuvieron fue una calamidad económica y de salud simultánea sin paralelo en los tiempos modernos”, resaltaron.

A pesar de que el Banco Mundial considera que en las próximas semanas el mundo volverá a su actividad normal y la economía comenzará nuevamente a crecer “incluso bajo estos supuestos, la economía global se vería en una profunda recesión en 2020”.

En el caso puntual de las economías en desarrollo, la entidad pronostica que se contraerá aproximadamente el 2% de su crecimiento. “Esto no solo marcaría la primera contracción en estas economías desde 1960, sino que también implicaría un resultado de crecimiento sorprendentemente débil en relación con su crecimiento promedio de 4.6% en los últimos sesenta años”, advirtieron.

Además, destacaron que los resultados de crecimiento podrían ser “considerablemente peores”  y reducirse hasta el 3% si los hogares, luego de la cuarentena, frenan su consumo y las empresas posponen las inversiones hasta que confíen en una recuperación sólida.

“Las fuertes contracciones económicas tienden a causar daños duraderos en las economías en desarrollo, reduciendo el crecimiento potencial durante un período prolongado después de la recesión, con un grave impacto en la pobreza y la desigualdad”, sentenciaron en el artículo.

A su vez, resaltaron que la mayoría de los países en desarrollo “no pueden hacer frente solos a la crisis porque son circunstancias son aún más difíciles”. En ese sentido resaltaron que las poblaciones suelen tener altas tasas de trabajo informal y que las pymes tienden a ser un pilar de la actividad económica, pero generalmente carecen de acceso al capital, “lo que significa que un problema de liquidez para estas empresas podría convertirse rápidamente en una crisis de solvencia”.

Pese a que el Banco Mundial recordó que junto con el FMI se comprometieron a desplegar “prácticamente toda su capacidad de préstamo” en los próximos 15 meses para ayudar a las economías en desarrollo, los directivos de la entidad aseguraron que “se necesita hacer mucho más”.

“Si el tamaño de la respuesta política no es acorde con la escala de la crisis actual, el daño requerirá una respuesta mucho mayor más adelante. Necesitamos cerrar filas en todo el mundo, no solo gobiernos e instituciones internacionales, sino también acreedores privados y empresas.Todavía está dentro del poder de la comunidad global evitar los posibles resultados más graves de la pandemia, pero ahora debemos actuar con decisión para contener el daño y sentar las bases para una recuperación sólida”, concluyeron.

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