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Dólar más caro con bonos en baja y riesgo país subiendo

Finanzas-Merval
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Luis Varela 22 abril de 2020

Por Luis Varela

Mientras el coronavirus sigue provocando estragos, con 8.500 nuevas muertes en todo el mundo en las últimas 24 horas, y con la aparición de muchos contagios confirmados en Ciudad y Gran Buenos Aires, la parálisis económica global y local siguen generando complicaciones que parecen cada vez más difíciles de resolver.

Como detallamos en la nota de ayer, el estropicio que se sumó en las últimas horas fue un colapso en el almacenamiento del petróleo, con una oferta que fue reducida, pero con un consumo tan pequeño que las capacidades de almacenamiento no dan para más, provocando cotizaciones irrisorias en las dos cotizaciones más típicas, el WTI y el Brent, que ayer cerraron con grandes oscilaciones en las zonas de los US$ 13 y US$ 18 dólares, y con gran incertidumbre en los valores a futuro.

Las bajas facturaciones en todas partes y este derrumbe del petróleo están provocando efectos secundarios, como por ejemplo la advertencia china, que deberá empezar a reducir la compra de granos, ya que sus plantas industriales de procesamiento de alimentos están empezando a detenerse de manera gradual.

Con esos movimientos como patrón, las commodities tuvieron ayer variaciones significativas. El petróleo tuvo precios ciertamente enloquecidos: el WTI recuperó valor hasta terreno positivo, pero arrastró el Brent a la baja. Los metales preciosos siguieron débiles (el oro bajó 0,7% y la onza de plata cayó 2,5%), a pesar de que varios centros de análisis lo ven bien arriba de los US$ 2.000 dentro de poco tiempo. Los metales básicos volvieron a bajar: el aluminio achicó 0,9%, el níquel cedió 2,5% y el cobre bajó 2,8%. En Chicago, la soja subió 0,5%, el trigo cedió 0,3% y el maíz bajó 1,2%. En Rosario hubo una baja del 1,6% para el girasol, descenso del 2,3% para el trigo y caída del 3,4% para el maíz. Y se anotó un mínimo repunte para el bitcoin, con leves mejoras para el resto de las criptomonedas.

Con todos esos elementos como base, las bolsas del mundo anotaron una rueda claramente bajista, con descensos de hasta el 5%, sobre todo en Europa. Con caídas del 2,6% al 3,5% en los índices de la Bolsa de Nueva York mientras que se anotó un cierre sin cambios en la Bolsa de San Pablo, pero un descenso del 1,7% en la de México.

En Buenos Aires, mientras tanto, se sigue dando una tendencia de ilusión: los precios se mueven poco en pesos, pero bajan fuerte en dólares. En la Bolsa porteña, el 80% de lo operado en acciones se transó en ocho papeles: Comercial del Plata se llevó el grueso, seguida por el Grupo Valores y Galicia. Con $ 1.222 millones operados, el índice Merval bajó 1%. En los extremos hubo alzas del 3% al 8% para Morixe, Comercial del Plata, Longnvie, Valores, Telecom, Holcim y ByMA. Con bajas del 3% al 6% para Capex, Cablevisión, YPF, Francés, Ausol, Macro, Phoenix, Galicia y Juramento. Mientras que en los ADR argentinos que cotizan en New York se vio una suba del 2,5% para Ternium y bajas de entre el 1% y el 12% para IRSA P, YPF, Bunge, Macro, Galicia, IRSA I, Globant, Edenor, Pampa E, Cresud, Tenaris y TGS.

Pero más allá de todos esos números, los inversores locales estuvieron con los ojos puestos en otra parte. Miraron con atención los planteos de los bonistas, el no rotundo de Martín Guzmán, la suba permanente del dólar, la creciente sensación de default. Luego de la aparición de numerosos empresarios aislados que le dicen a Alberto Fernández por todos los canales posibles que no vaya a un default, la propia CGT y miembros de la UIA le pidieron al Gobierno que cree un comité de crisis. Todos ven que Guzmán se está recostando en el ala más dura del kirchnerismo y entienden que con default terminaremos sin crédito, aislando a las empresas, con financiamiento únicamente por emisión, más inflación, precio del dólar más alto y complicaciones cada vez mayores.

Y, evidentemente, mientras Guzmán anunciaba que no se moverá de esa oferta, el Tesoro le empezó a pedir al Banco Central que le entregue parte de las reservas a cambio de letras intransferibles, además de otros préstamos que siguen corriendo.

Así, el mercado local terminó en otro día clásico para los últimos tiempos: bonos claramente en baja, riesgo país en alza y dólares libres muy para arriba, con una diferencia: los dólares oficiales también aplicaron una escalera más vertical para el crawling peg.

Así, el dólar turista subió 49 centavos hasta $ 88,40. El oficial subió 37 centavos hasta $ 68,34 y el blue saltó $ 2 pesos hasta $ 104. El dólar mayorista trepó 92 centavos hasta $ 66,90. El Banco Central continuó con el drenaje de reservas: le quedan US$ 43.787 millones. Al tiempo que el dólar mep saltó $ 5,47 hasta $ 107,51.Y el contado con liquidación trepó $ 4,96 hasta $ 109,17. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue saltó hasta el 56,6% y la brecha entre ccl y mayorista llegó a un récord del 63,1%.

Todo esto sucedió mientras en el exterior los inversores no buscan refugio en el oro, a pesar de las recomendaciones, sino que la mayoría sigue volando hacia el dólar. En los mercados externos el dólar subió ayer 1,5% en México, 1,2% contra la libra y 0,1% contra el yen y el chileno, y no cambió contra el euro y el real.

Esta dolarización inquieta a los inversores locales, que se presentaron en los bancos para retirar sus tenencias, y se encontraron con una sorpresa. En varias entidades les contestaron que solo entregan por ventanilla cantidades grandes, de más de US$ 200.000 dólares. “Por sumas menores deben hacerlo por cajero”, cuando los cajeros entregan sumas muy reducidas, y retirar todo el dinero demandaría muchos días y mucha exposición al virus. Eso sí, para evitar que el dólar vuele tanto, el BCRA presionó y hubo un rebote para las tasas de los plazos fijos: pagaron 26% por plata chica y 27% por plata grande. Esto fue posible luego de que el BCRA les adjudicara a las entidades $ 78.954 millones en licitaciones de Leliq, con una tasa a 38%.

Y, por supuesto, los que peor quedaron en el día fueron los bonistas locales. El Presidente acusa a los bonistas de acreedores externos despiadados, cuando más del 80% de los bonos argentinos está en manos de inversores locales. Ayer debió pagarse el bono AA37, y el Gobierno siquiera anunció qué hará, lo desconoció por completo. Y hoy es el día D para pagar tres bonos de ley NY, y ya adelantaron que tampoco los pagarán, por lo que en la práctica empiezan a correr los 30 días finales para el default definitivo.

Con ese escenario, mientras hubo en el exterior una fuerte baja para los bonos de Grecia e Italia, con los de Estdos Unidos, Canadá y Hong Kong firmes, los papeles argentinos volvieron a retroceder, el riesgo país subió 236 unidades, hasta 3.696 puntos, y el 80% de lo operado en bonos se transó en cinco papeles: AY24 27%, TO21X 24%, AY24X 20%, TC21X 5% y TC20 5%. De ese modo, con volumen récord, en los extremos se vieron subas del 2% al 6% para los bonos TJ20, A2E2C, CCO26 y TC20X. Y un derrumbe para los bonos DIY0D y TO21Z, con caídas del 7% al 17% para los bonos TO21Y, TC21Z, A2E2D, DICAC, DICAD y CO26D.

¿Serán estos treinta días los finales? El Gobierno especula con que si no cierra ahora podrá hacerlo en el resto del año, cuando el corona virus se aplaque. La propuesta que hizo Guzmán por el 24% de la deuda argentina, que son los títulos ley New York que se quieren reestructurar, pasaron a tener según lo que se presentó un valor de US$ 33 a US$ 38 dólares. Y parecería haber gran distancia como para que haya un entendimiento.

Por eso, de los 16 bonos que están puestos en juego, es posible que se logre acuerdo con algunos, y que otros deban tener una pulseada más extendida. Veremos: por ahora lo cierto es que el dólar se dispara, los centros mayoristas empiezan a tener escasez de productos y la inflación sigue mordiendo cada vez más el bolsillo de los argentinos.

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