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Salir del modo avión: repensar el modelo de negocio en las pymes

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11 marzo de 2020

Por Martín Yechua Director ejecutivo de Adiras (Asociación de Directorios Asociados)

El mundo cambió. Los bienes de producción no definen las ventajas competitivas. Por cierto, las empresas de comercio por Internet no tienen almacenes ni stocks, ni tampoco las que prevalecen en el sector turismo tienen autos ni hoteles.

Si bien turismo y comercio son dos sectores en los que la economía del conocimiento ha penetrado de forma más visible, el agro es otro sector que puede sentir su impacto. Hoy no podría disociarse la semilla de soja del nuevo paradigma, de hecho hay un vínculo estrecho ya que las semillas de soja son genéticamente modificadas y por ello requieren la contribución de científicos genetistas e ingenieros agrónomos (trabajadores de conocimiento). Cada año, las semillas se plantan utilizando maquinaria inteligente que contienen sensores capaces de capturar datos sobre la energía solar, la humedad del campo, la distancia y profundidad de los cultivos, lo cual implica el uso de capital tecnológico (Big Data y Internet de las Cosas, entre otros).

Es hora que en las pymes pensemos en como nos subimos a la economía del conocimiento y lo incorporamos como parte de nuestra propuesta de valor. No es necesario ser una empresa de tecnología para poder generar nuevos servicios o productos asociados a la nueva economía del conocimiento.

Según los cálculos elaborados por Accenture, la economía del conocimiento en Argentina involucra al 22% de su PIB. Es un valor bajo cuando se lo compara con países desarrollados como Estados Unidos (37%), Japón (32%) u Holanda (30%). Sólo por inercia, se calcula que Argentina podría subir al 25% en 2025 y podría llegar al 30% con políticas focalizadas en esta área. La empresa ADOX, firma de capitales 100% argentinos que forma parte de los Grupos DIRAS, invierte el 20% de sus ingresos en investigación y desarrollo. Esto le permitió modificar su modelo negocios y ofrecer propuestas de valor diferenciadas.

Un ejemplo es un proyecto desarrollado en conjunto con Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del INTI. El desarrollo de un producto innovador para el tratamiento del cáncer. Para esto incorporó y armó equipos multidisciplinarios que nunca imaginó de integrar como: investigadores de softwares, diseñadores industriales, técnicos, torneros e ingenieros y otros perfiles que por lo general no trabajan juntos.

Realizaron alianzas con científicos del Conicet y otras instituciones para crear y desarrollar productos y servicios en nichos de mercado que no estaban explorados.

Otro caso de una empresa industrial es Rasti que supo ampliar su gama de productos y servicios e ir más allá de la venta de sus clásicos bloques de plástico. Para ello desarrolló kits educativos y los ofrece a colegios. El proceso consistió en la incorporación de un soft libre basado en Scratch (desarrollado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts, o MIT) para usar con iOS, Android, Windows y/o Linux. Para este desarrollo realizó una inversión de más de $30 millones. Otro claro ejemplo como una empresa industrial pudo reconvertirse y aportar tecnología y valor agregado.

Podemos empezar en nuestras empresas pymes evaluando nuestro modelo de negocios actual y hacernos 7 preguntas que, sugeridas por Alex Osterwalder, creador del Modelo Canvas, permite evaluarnos del 1 al 10.

¿Cuán fidelizados están nuestros clientes? ¿Cada venta es un esfuerzo nuevo o dará como resultado casi garantizado nuevos ingresos y compras?

¿Percibes ingresos antes de incurrir en gastos? ¿Es tu estructura de costos notablemente diferente y/o mejor que la de tus competidores?

La siguiente pregunta para mí es la más importante y en la cual casi ningún dueño de pyme se detiene a analizar: ¿Tu modelo de negocio permite que los clientes o terceros agreguen valor gratis para vos? En relación a la escalabilidad la pregunta 6 es qué facilidad tienes de crecer sin chocarte con obstáculos (infraestructura, contratación de personal, atención al cliente) mientras que la última es cómo te protege de la competencia tu modelo de negocios. Todas del 1 al 10 nos darán rápidamente una visión actual de nuestra empresa. En un mundo donde las empresas no se distinguen más por los bienes de capital, sino por el conocimiento que detentan, es hora que podamos dedicar parte de nuestra agenda a repensar nuestro modelo de negocio y salir definitivamente del modo avión.

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