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Las tensiones entre Estados Unidos y China alcanzan un nuevo máximo peligroso

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22 marzo de 2020

La crisis del coronavirus también está provocando que las relaciones entre Estados Unidos y China caigan en espiral, lo que alarma a los analistas que dicen que los dos países están en su punto más peligroso en décadas.

En lugar de trabajar juntos para luchar contra la pandemia mundial, las dos economías más grandes del mundo se están involucrando en una escalada de riesgo.

Un juego de culpas de alto nivel entre Washington y Beijing ha traído a la superficie hostilidades y desconfianza.

Buscando desviar la culpa de una pandemia que se originó dentro de sus fronteras, algunos funcionarios y medios de propaganda chinos están impulsando una teoría de conspiración de que el ejército estadounidense plantó el virus en Wuhan, una estrategia de desinformación que no se había visto desde esta intensidad desde los primeros días de la Guerra Fría.

Algunos funcionarios estadounidenses, incluido el presidente Donald Trump, respondieron al llamar al coronavirus como un virus "chino", que va en contra de las convenciones de nombres de la Organización Mundial de la Salud.

Una escalada de ojo por ojo en las expulsiones de los medios y periodistas con dos medidas históricamente sin precedentes: Estados Unidos expulsó efectivamente a unos 60 trabajadores de los medios estatales chinos, y esta semana, Beijing anunció que los periodistas estadounidenses en tres publicaciones emblemáticas de Estados Unidos tendrían que irse.

Tal deterioro de las relaciones bilaterales puede haber sido provocado por la pandemia, pero sus raíces están en tendencias a más largo plazo.

China ahora tiene el poder y la confianza para desafiar a Estados Unidos, y a las instituciones y valores occidentales en general, en muchos frentes.

Bajo el mando del secretario del Partido Comunista, Xi Jinping, China dio un duro giro hacia el dogma y el autoritarismo. Bajo Trump, la diplomacia estadounidense, que de otro modo podría ayudar a detener la caída libre bilateral, fue en gran medida marginada y reemplazada por declaraciones corrosivas directas de la Casa Blanca.

El gobierno chino ahora está enviando equipos médicos y de asesoramiento a países de todo el mundo, Argentina incluída. Estados Unidos, por otro lado, hizo pocos intentos de liderar una respuesta global. Si la tendencia continúa, podría marcar una gran victoria en la apuesta de China para ser visto como un verdadero líder global.

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