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Intelectuales lanzan manifiesto y piden "salir mejores"

INTELECTUALES-VARELA
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27 marzo de 2020

El grupo de intelectuales “Agenda Argentina” emitió ayer su primer comunicado con elogios al trabajo que en unidad llevan a cabo el oficialismo y la oposición para luchar contra la propagación del coronavirus en el país.

“En Argentina, el oficialismo y la oposición están teniendo un papel central en la configuración de las respuestas necesarias a la pandemia”, expresa el documento titulado “Salir Mejores”.

"Agenda Argentina" es una amalgama de referentes del ámbito académico, científico y cultural que está conformado por integrantes del Grupo Callao, el Espacio Atahualpa, el Grupo Fragata, el Centro de Formación y Pensamiento Génera, la Usina del Pensamiento Nacional y Popular y Comunes, entre otros.

En su primer documento, los intelectuales oficialistas elogian a los dirigentes políticos argentinos por haber tomado “decisiones que tienen que ver con el fortalecimiento del sistema sanitario, el apoyo al personal de atención a la salud, el Ingreso Familiar de Emergencia, la actuación democrática de las fuerzas de seguridad y el acceso a la salud de la población”.

“El Gobierno y la sociedad argentina están demostrando que el camino para salir de la pandemia es con salud, con derechos, con responsabilidad y, sobre todas las cosas, con más igualdad", sostienen.

"Esos son los valores que hoy se convierten en bandera y que queremos que sean los pilares de la sociedad que tenemos que construir”, añade.

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SALIR MEJORES

“Todo despertó, todo comenzó”.

-Paul Celan

La pandemia del Covid-19 está transformando a nuestro mundo en otro mundo. Por eso, entendemos necesario repensar su funcionamiento, en la economía, el Estado y en nuestras propias relaciones personales para que la salida de esta crisis sanitaria global sea con más igualdad, con más solidaridad y con más democracia.

Venimos hoy a manifestarnos a favor de ese futuro.

Atravesamos una coyuntura crítica, un momento de excepción y emergencia en el que múltiples fuerzas sociales, económicas y políticas deben confluir para encontrar una solución. Los interrogantes que circulan, desde cada hogar hasta los espacios de toma de decisiones, son centrales para la vida en común: ¿Todas las personas tienen la misma capacidad a la hora de acceder al sistema de salud? ¿La posibilidad de superar la enfermedad debe depender del lugar que cada una ocupa en el mercado? El presidente Alberto Fernández ha sido claro: la prioridad es la salud de las argentinas y los argentinos. Y ésto, también, es responsabilidad de cada uno.

En este sentido, la pandemia pone en cuestión la creencia de que el esfuerzo individual es la única respuesta posible a problemas que son sociales. Las experiencias de los países de Europa, de Asia e incluso Estados Unidos, muestran que el desmantelamiento o deterioro de los sistemas públicos y universales de salud ha dejado a millones de personas al borde del abandono y a sus Estados en una situación de gran inestabilidad. En los países emergentes, las precariedades laborales, sociales y habitacionales ponen a los trabajadores y trabajadoras formales e informales en una situación de extrema indefensión.

La respuesta a esta situación es política, porque es la política la que define la ecuación Estado-mercado-sociedad civil. En un plano más concreto, estas formas de resolver la ecuación son las que determinan los modos de intervención del Estado, y recortan distintas formas de subjetividad y de vínculo entre las personas y las distintas instancias del mundo social. Estos vínculos pueden ser democráticos o autoritarios; pueden ser individualistas o cooperativos, pero fundamentalmente se diferenciarán en si se pone por delante la necesidad de preservar la vida de las personas o si, en cambio, se priorizan las necesidades del capital para seguir reproduciéndose.

La única certeza con la que contamos hoy para preservar la salud es que tenemos que quedarnos en casa, interrumpir la circulación y producción de muchas mercancías, atender a los enfermos, cuidar a los adultos mayores y aprovechar este tiempo para preguntarnos si queremos seguir viviendo como lo hacíamos hasta el día en que estalló la pandemia. ¿Queremos seguir precarizados? ¿Queremos seguir endeudados? ¿Queremos seguir con la desigualdad de género? ¿Queremos que las mujeres carguen con todas las tareas domésticas y de cuidados?¿Queremos seguir contaminando el medio ambiente? ¿Queremos que la desigualdad sea la regla?

En Argentina, el oficialismo y la oposición están teniendo un papel central en la configuración de las respuestas necesarias a la pandemia. Se trata de decisiones que tienen que ver con el fortalecimiento del sistema sanitario, el apoyo al personal de atención a la salud, el Ingreso Familiar de Emergencia, la actuación democrática de las fuerzas de seguridad, el acceso a la salud de nuestra población como núcleo organizador de todas las decisiones.

La sociedad civil construye consensos sobre las responsabilidades que le tocan y muestra su mejor faceta cuando prioriza cuidar al otro. Empezar por los últimos, los que más necesitan, es el camino a seguir para superar esta crisis, pero también para construir un país más justo e igualitario. El cumplimiento de las políticas de aislamiento, de los aplausos a los y las trabajadores de la salud pública, el trabajo conjunto de las universidades, las escuelas, las fuerzas de seguridad, los movimientos sociales, los sindicatos, las pymes, los comedores comunitarios, los hospitales, las iglesias, entre otros actores y espacios, buscan contribuir a una salida responsable, solidaria y colectiva. Este consenso puede ser el primer paso para activar novedosos mecanismos de ciudadanía y a su vez revisar las prácticas y las desigualdades que nos trajeron hasta aquí.

En suma, el gobierno y la sociedad argentina están demostrando que el camino para salir de la pandemia es con salud, con derechos, con responsabilidad y, sobre todas las cosas, con más igualdad. Esos son los valores que hoy se convierten en bandera y que queremos que sean los pilares de la sociedad que tenemos que construir.

No es el pesimismo lo que nos convoca; mucho menos el escepticismo. Por el contrario, tenemos la convicción de que estamos ante una oportunidad única para abandonar la cultura hiperindividualista que nos impuso, durante demasiado tiempo, el neoliberalismo. Desde los diversos colectivos de pensamiento y activismo político tenemos el desafío de aportar con ideas, producciones y acciones para la construcción de una solidaridad social activa.

No podemos saber con certeza ni cómo ni cuándo va a concluir esta pandemia. Lo que sí sabemos es que tenemos la voluntad y la convicción de hacerlo con todas, todos y todes, asumiendo la responsabilidad particular y colectiva que nos corresponde para poder, así, salir mejores.

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