En Estados Unidos se sabe que al menos 85.996 personas fueron infectadas con el nuevo coronavirus, incluidas más de 1.300 muertes, más casos que China, Italia o cualquier otro país, según datos recopilados por la John Hopkins University. China tiene 81.782 positivos, mientras que Italia alcanza 80.590.
Con 330 millones de residentes, EE.UU. es la tercera nación más poblada del mundo, lo que significa que proporciona un vasto grupo de personas que potencialmente pueden contraer Covid-19, la enfermedad causada por el virus.
Y a esto se suma que se trata de una democracia en expansión donde los estados establecen sus propias políticas y el presidente Donald Trump no paró de enviar mensajes contradictorios sobre la magnitud del peligro y cómo combatirlo, asegurando que no haya una respuesta coherente y unificada a una grave amenaza para la salud pública.
Aunque el sistema médico estadounidense y su sistema de salud pública tienen la reputación de ser de los mejores del mundo, una serie de errores y oportunidades perdidas puede catapultarlo.
Desde el gobierno de Trump nunca tomaron a la pandemia en serio, incluso cuando sacudió a China, con problemas para proporcionar pruebas amplias para el virus que dejó al país ciego en la avance de la crisis, y una grave escasez de máscaras y equipos de protección para proteger médicos y enfermeras que están en la primera línea, así como respiradores para mantener vivos a los enfermos críticos.
En cambio, el gobierno de China actuó con feroz intensidad después de un comienzo tardío. Al mismo tiempo, Singapur, Taiwán, Corea del Sur y Japón rápidamente comenzaron a prepararse para lo peor.
En ese entonces, Estados Unidos seguía preocupado por los negocios como de costumbre, el proceso de destitución de Harvey Weinstein, el Brexit y los Oscar.
Solo unos pocos virólogos reconocieron la amenaza por lo que era. El virus no era influenza, aunque tenía las características de la gripe española: letalidad relativamente baja, pero implacablemente transmisible.
Ahora al menos 160 millones de estadounidenses recibieron la orden de quedarse en sus casas en estados desde California hasta Nueva York, el más complicado.
Las escuelas están cerradas, junto con bares, restaurantes y muchas otras empresas. Los hospitales están lidiando con un gran número de pacientes en la ciudad de Nueva York, incluso a medida que disminuyen los suministros de equipos de protección esenciales.
El mundo será un lugar diferente cuando termine la pandemia. India puede superar a Estados Unidos como el país con más muertes. Al igual que EE.UU., también es una vasta democracia con profundas divisiones internas. Pero su población, 1.300 millones, es mucho mayor, y su gente está aún más concentrada en megaciudades.
A todo esto, China aún podría tropezar con una nueva ronda de contagios a medida que se reinicia su economía y verse obligada a pararlo todo de nuevo.
