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El financiamiento en pesos al sector privado cae desde hace 21 meses

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04 marzo de 2020

Los depósitos privados en pesos crecieron 6,1% mensual en febrero, 3,5% por encima de la inflación estimada para el mes. “Se trata del tercer mes consecutivo con crecimiento mensual real”, dijeron desde LCG. En la comparación anual los depósitos arrastran un incremento del 46% anual (3% por debajo de la inflación).

“El crecimiento de febrero fue parejo entre depósitos a la vista y a plazo (3,3% y 3,1% mensual real, respectivamente). Pero dentro de estos últimos, la tracción vino principalmente por el incremento de las colocaciones mayoristas (+5% mensual real) ya que las minoristas se mantuvieron prácticamente estancadas (+0,2% mensual real)”, agregaron desde LCG.

El desplome de las tasas de interés de los plazos fijos desmotivó las colocaciones minoristas en el segundo mes del año, informó LCG. Al cierre de febrero, la tasa de plazos fijos a 30 días promediaba 30,5% contra una inflación esperada de 2,5-2,6% mensual que, en términos anualizados, equivale a 34%. “El rendimiento es negativo expost”, dijeron.

Sin demasiadas opciones de inversión a raíz de la implementación del llamado “cepo hard” y el proceso de reestructuración de la deuda pública, las colocaciones mayoristas a plazo parecen ser el destino de los excedentes de liquidez de las empresas. “La variante de plazo fijo ajustable por UVA + 1,5% a 90 días luce más atractiva: sumó casi un tercio de las nuevas colocaciones”, agregaron.

Los préstamos al sector privado crecieron 0,4% mensual en febrero, lo que representa una caída del 2,2% mensual medida en términos reales. “En la comparación anual, la caída llega al 20% real”, dijeron desde LCG.

El financiamiento al sector privado suma 21 meses consecutivos en caída, con una baja acumulada del 40%. “La dinámica de los últimos cinco meses hace pensar que la contracción del financiamiento estaría tocando piso”, dicen desde LCG.

El financiamiento con garantía real sigue siendo el más castigado (-3,3% mensual real en febrero y -37% real en el último año).

Los préstamos al consumo promediaron una caída del 1,8% mensual real. Eso esconde una baja del 2% en préstamos personales y una caída del 1,6% en las financiaciones con tarjeta de crédito, después de cuatro meses consecutivos con crecimiento por encima de los precios.

“La reactivación del programa Ahora 12/18 representa un impulso a la financiación con tarjetas de crédito. Sin embargo, las tasas activas lucen elevadas para cambiar decisiones de ahorro por consumo, y es esperable que el BCRA continúe con la reducción de la tasa de referencia”, agregaron. Sobre eso se suma la disposición del BCRA de un tope máximo de 55% anual a la tasa de refinanciamiento de los saldos de las tarjetas de crédito. “Los préstamos a las empresas ajustaron 2,4% mensual real en febrero y 9,4% en el último año. En este caso, la dinámica de adelantos en cuenta corriente durante 2019 explica la menor caída relativa respecto a las demás líneas de financiamiento”, agregaron. El aumento de depósitos en pesos muy por encima del crecimiento de los préstamos incrementó la liquidez excedente del sistema: representa del 60% de los depósitos. Se trata de un nivel inferior al que promedió entre mediados 2016 y 2018 (78% de los depósitos), pero 20 puntos superior al de 2013 y 2015 (39%).

“En diciembre y enero conformaron un período conjunto para la integración de efectivo mínimo. La sobreintegración de encajes en diciembre pudo ser compensada en enero con menores saldos en la cuenta corriente del BCRA, volcándose así una mayor porción de la liquidez excedente a activos remunerados (Leliq o pases)”, expresaron desde LCG.

“Los depósitos en pesos siguen por ahora cautivos del cepo y del proceso de reestructuración de la deuda que limita las colocaciones en títulos públicos. No obstante, una tasa de interés con rendimientos reales esperados cada vez más negativos podría torcer esa decisión, volcando los saldos al consumo de bienes lo que podría presionar sobre los precios. Incluso podría retomar el apetito por el dólar, traduciéndose en un incremento de la brecha cambiaria”, señalaron, a modo de proyección, desde LCG.

El carácter incierto de política de tasas bajas respecto al efecto que pueda tener sobre la absorción interna, los precios y el tipo de cambio impiden que se avance con mayor intensidad en esa dirección. “A pesar de ello, creemos que aún hay margen para que el BCRA impulse una reducción de tasas en el corto plazo”, añadieron.

En el mismo sentido, la acelerada baja de tasas que dispuso el BCRA durante el último mes apunta a mejorar las condiciones de financiamiento del sistema para empresas y familias. “Es posible que en los próximos meses se vean repuntes del crédito dirigido a la producción y al consumo”, señalaron sobre el gran objetivo de la autoridad monetaria.

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