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El dinero nacional sobre blockchain es una realidad

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Por Gonzalo Martínez Mosquera (h) 

El 22 de noviembre del 2019 escribí en El Economista: “¿Un CriptoPeso para Argentina?”. En ese artículo señalaba las ventajas que tendría emitir el dinero nacional sobre la tecnología de las criptomonedas para países como Argentina, con alta inflación y baja confianza en su moneda. La plataforma blockchain que sugería era la de algorand.

El 2 de marzo, pocos días atrás, Islas Marshall anunció que va a lanzar su moneda, el SOV (sovereign), con un funcionamiento muy similar al propuesto en el artículo y sobre la misma plataforma mencionada.

https://twitter.com/PinedoFederico/status/1234540200698744834

Como introducción, Islas Marshall es un país muy chico, de apenas 50.000 habitantes distribuidos en más de 1.000 islas que queda en el medio del Pacífico. Logró su independencia recién en 1979.

¿Por qué sobre blockchain?

Como expliqué en otro artículo del 26 de febrero pasado (“¿Son dinero las criptomonedas?”), las blockchain no son otra cosa que archivos descentralizados que no maneja nadie en particular y por lo tanto no pueden ser alterados a piacere por un ente central como por ejemplo un gobierno.

Para economías con poca confianza en su moneda como Argentina, emitir su dinero sobre esa tecnología (la misma de las criptomonedas) puede ser una buena idea ya que le permitiría mantener su soberanía monetaria eliminado el principal incentivo del Gobierno a emitir dinero: el señoreaje.

¿Cómo funcionará en I. Marshall?

La idea de Islas Marshall es que la cantidad de dinero (base monetaria) crezca al 4% anual distribuyendo diariamente el 75% de esa emisión en forma proporcional a los tenedores de moneda. El 25% restante se usará para pagar el mantenimiento del sistema (validadores de la red Algorand y entes supervisores, etcétera).

Esa emisión del 4% y la distribución proporcional del 75% a los tenedores de esa moneda estará codificada en el “Smart Contract” que lance esta nueva moneda y por lo tanto no podrá ser modificado por un ente central. Esta es la propiedad de las blockchain que le da sentido a su uso y que generaría confianza en los tenedores de esa moneda.

Milton Friedman

El hecho de que la emisión suba 4% anual está basado en la famosa propuesta de Milton Friedman que decía: “La emisión de dinero es muy importante como para dejársela a los bancos centrales” (cito de memoria). Ese 4% es, según Islas Marshall, el crecimiento del PIB mundial promedio estimado para los próximos años.

La idea de Friedman era que si la cantidad de dinero no se ajustaba de alguna manera a su demanda eso generaría una volatilidad que lo volvería un mal dinero, pensemos por ejemplo en una deuda en oro que puede subir o bajar de precio vs el resto de los bienes. Por otra parte si se dejaba la velocidad de emisión al libre albedrío del gobierno, este tendría la tentación de emitir demás, generando inflación (según decía Friedman, “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”). Su idea en definitiva era que, como el crecimiento del PIB sería un buen proxy del crecimiento de la demanda nominal de dinero, podría fijarse de antemano un aumento de su cantidad en base al aumento del PIB estimado para el mediano plazo.

Una crítica al “diseño Friedman” de Islas Marshall

Más allá de si es buena o no la propuesta de Friedman, cuando uno emite dinero sobre una blockchain, deja de tener sentido definir una velocidad de emisión de antemano.

Pensemos que en la época de Friedman, el aumento de la base monetaria equivalía al señoreaje (toda emisión neta de dinero en algún momento era déficit fiscal) y, por lo tanto, podría ser tentador para el gobierno aumentar la emisión a pesar de generar inflación. Setear previamente la velocidad de emisión protegería a los tenedores de moneda generando la deseada confianza (y demanda) en la misma.

Algorand usa la tecnología “Pure Proof of Stake” diseñada por Silvio Micali, premio Turing (equivalente al Nobel de informática). A diferencia de Bitcoin o Ethereum, que usan la tecnología “Proof of Work”.

Pero con la tecnología blockchain ya deja existir aquella restricción. El sólo hecho de que la distribución de la emisión se haga proporcional a la tenencia de dinero de cada usuario (y no tenga que ser emitida vía déficit fiscal), y que esa propiedad no pueda ser modificada hace que desaparezca el incentivo del gobierno para emitir por encima de la demanda. Si lo hiciera, todos los tenedores de esa moneda verían compensada la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación con una mayor cantidad de ese dinero.

Como propuse en el artículo del 22 de noviembre, lo más eficiente sería modificar la cantidad de dinero en base a los datos de inflación para evitar volatilidad de precios. Esta posibilidad es una de las razones por las que varios países están analizando las CBDC (Central Bank Digital Currency) o moneda digital del banco central.

¿Por qué Algorand?

Para servir como dinero transaccional es imprescindible la posibilidad de pagar un café de manera rápida, segura y con bajo costo, como hoy lo hacemos por ejemplo con una tarjeta de crédito.

Algorand usa la tecnología “Pure Proof of Stake” diseñada por Silvio Micali, premio Turing (equivalente al Nobel de informática). A diferencia de Bitcoin o Ethereum, que usan la tecnología “Proof of Work”, Algorand habilita el acceso de los pagos sobre criptomonedas a las microtransacciones. Como mencione en el artículo del 26 de febrero pasado: “De acuerdo con la revista Coindesk (probablemente la más importante a nivel mundial en lo que a criptomonedas se refiere), Algorand le va a permitir a Tether ingresar en el mundo de los micropagos: 'Los usuarios de Tether ganaran tiempos de confirmación veloces (debajo de los cuatro segundos) y bajas comisiones, lo que permitirá la realización de micropagos'”.

Esta iniciativa de Islas Marshall podría ser el comienzo de una realidad cada vez más común para países con poca confianza en su moneda. Veremos si funciona correctamente. En caso de que tenga buen resultado, creo que debería ser considerado por nuestro país para emitir su propio “CriptoPeso”.

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