El Economista - 70 años
Versión digital

mie 24 Abr

BUE 15°C

El BCRA investigará la “puerta giratoria” de la deuda macrista

01-03-2020_buenos_aires_el_presidente_alberto-1
01-03-2020_buenos_aires_el_presidente_alberto-1
02 marzo de 2020

“La deuda pública que heredamos es, sin lugar a dudas, el mayor escollo que enfrentamos”, dijo el Alberto Fernández en el primer tramo de su discurso ante la Asamblea Legislativa. La novedad no fue esa, obviamente, sino que el BCRA analizará el crecimiento de la deuda pública.

“El BCRA se encuentra analizando de modo pormenorizado la manera en que nuestro país recibió divisas en concepto de préstamos y el destino que los mismos merecieron. Todos hemos visto impávidos como los dólares que deberían haber financiado el desarrollo productivo, acabaron fugándose del sistema financiero, llevándose los recursos y dejándonose la carga de la deuda”, dijo el Presidente, una frase que debió haber generado algún temor en exfuncionarios.

Fernández insistió: “Debemos saber lo que pasó, quienes permitieron que ello suceda y quienes se beneficiaron con esas prácticas. Necesitamos no hacernos los distraídos ante lo ocurrido porque el riesgo que acarrea tal distracción es la concreción de un daño inmenso que deberían soportar varias generaciones de argentinos”. A la vez, ratificó el saludable mantra que incorporó el oficialismo en sus últimas semanas: “Nunca más a un endeudamiento insostenible”.

“Nunca más a decisiones que se toman con ínfulas tecnocráticas de la noche a la mañana, a espaldas del pueblo. Nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el endeudamiento y se fugan dejando tierra arrasada a su paso”, agregó Fernández sobre el pasado reciente.

“Más allá de analizar lo ocurrido, hemos iniciado las negociaciones para reestructurar la deuda pública”, dijo. También agradeció, con mención especial al papa Francisco, a los apoyos recibidos en el plano internacional. “El propio FMI ha señalado que la deuda argentina no es sostenible. De ese modo, nos ha dado la razón en lo que hemos venido planteando con persistencia durante todo este tiempo”, agregó el Jefe de Estado.

“En el tema de la deuda hay muchos intereses en juego. Hay gente con intereses distintos a los del país, que no duda en jugar fuerte. Esta es la hora de definir de qué lado va a estar cada uno”, dijo y ratificó que no proseguirá una política de austeridad fiscal. Algo que quedó claro con los números fiscales de enero: el gasto avanzó 50,6% interanual.

“Algunos nos critican y nos piden más ajuste. No perdamos de vista que no hay peor alternativa que la austeridad fiscal en las recesiones. Más ajuste lleva a más recesión, a menos oportunidades, más pobreza, más desigualdad, más exclusión. No vamos a pagar la deuda a costa del hambre y la destrucción de sueños de los argentinos y las argentinas. Nosotros vamos a cuidar a nuestra Patria”, agregó el Presidente y saludó el “el creciente entendimiento mutuo” con el FMI. Precisamente, hoy llega una nueva misión del organismo a Buenos Aires.

“Preferimos una resolución ordenada a la crisis de la deuda y estamos caminando en esa dirección. Pero lo más importante es que el acuerdo al que lleguemos con los acreedores sea sostenible. Necesitamos un acuerdo que le permita a Argentina ponerse de pie y no volver a caer. Eso es innegociable”, señaló.

También avaló la propuesta que, ante ese mismo escenario, planteó su ministro de Economía, Martín Guzmán, días atrás. “Si queremos superar para siempre los ciclos de sobreendeudamiento, debemos tomar compromisos que sí se puedan cumplir, en lugar de hacer promesas sobre la base de escenarios maravillosos que nunca llegan y que nos terminan dejando en una situación peor. Esa premisa será la base de la oferta que le haremos a los acreedores en las próximas semanas. Este proceso lo vamos a realizar con responsabilidad y con firmeza”, dijo.

Por último, el Presidente expresó que acordar con los acreedores no será la panacea última. “Ningún acuerdo sostenible con nuestros acreedores externos será mágico ni milagroso. Por más virtuoso que pueda resultar en la defensa de nuestros intereses nacionales, no nos eximirá a nosotros, los argentinos, del desafío de concertar el futuro con responsabilidad, solidaridad y sostenibilidad. La soberanía comienza por nuestra propia capacidad de concertar prioridades estratégicas, en el marco de un nuevo contrato de ciudadanía social. Necesitamos un programa de desarrollo integral para la próxima década que tenga bien presente los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”, describió.

Hacia adelante, quedará el desafío de superar la restricción externa (“eterna”, decía Aldo Ferrer). “Argentina tiene que reconstruir su sistema productivo para evitar las crisis macroeconómicas que provienen del sector externo. La política industrial del Siglo XXI va a tener como ejes a las universidades y centros tecnológicos calificados. La política productiva debe tener una fuerte orientación a impulsar las exportaciones. Tenemos que salir del extractivismo y generar una industrialización de base nacional, pyme y tecnológica, que permita desarrollar una cadena de proveedores en torno a los recursos naturales y otras actividades”, concluyó.

Por cierto, la clave será equilibrar las cuentas públicas. Ayer lo planteó acertadamente Pablo Quirno en Twitter: “El endeudamiento es producto del déficit fiscal. Para que haya NUNCA MÁS endeudamiento, tiene que haber un NUNCA MÁS de déficit fiscal”. Allí está el desafío.

En esta nota

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés