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El anhelante canje de Martín Guzmán

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18 marzo de 2020

Por Guido Lorenzo Director Ejecutivo de LCG

En medio de una crisis sanitaria global que se llevó la atención del público y arrolló a los mercados internacionales, el ministro de Economía, Martín Guzmán, ofrecerá un canje por $ 600.000 millones de deuda en pesos que vence en 2020. Básicamente incluye a todas las letras emitidas por el Gobierno anterior (Lecap) y bonos a tasa fija y variable. Pero algo curioso es que también afecta a los títulos emitidos por este mismo Gobierno hace menos de un mes. Todos los bonos en pesos básicamente exceptuando los CER.

El canje de la deuda en pesos apunta a terminar de definir una estrategia común para abordar cada vencimiento puntual. La oferta se hace principalmente al sector privado que tiene más del 80% de estos títulos y de los cuales más de la mitad se calculan que están en manos de fondos del exterior.

El canje se haría por títulos atados a la inflación con elección de vencimiento desde el 2021 al 2024 más una prima que no supera el 1,5%. Por lo que garantiza básicamente un rendimiento casi nulo en términos reales.

Esta estrategia obedece al periplo que está atravesando Guzmán en cada vencimiento, algunos con mejores resultados que otros y luego de que en el último comunicado oficial no se entendiera aquello de que “se van a utilizar todas las herramientas legales” para quienes quieran cobrar en fecha de vencimiento. Para la Secretaría de Finanzas, eso es un intento de buscar rentas extraordinarias. En fin, la posibilidad y la amenaza de no pago o reperfilamiento perpetuo existen.

De hecho, este sería el único incentivo a ingresar a este canje ya que implica pérdidas del 25% al 30% en valor presente para bonos que vencen en moneda doméstica en el corto plazo. A cualquier gestor de fondos de inversión se le hará difícil justificar en su mandato de política de inversión la decisión de ingresar a este canje.

El Ministerio de Economía está abordando el problema de la deuda como un problema de liquidez más que de solvencia. Aun si hay éxito en una renegociación que estire los vencimientos, difícilmente las finanzas públicas puedan afrontar la magnitud de vencimientos en 2021. La urgencia de cada vencimiento tapó al problema de la solvencia.

A nivel de la deuda extranjera se ve algo similar. Por un lado un pedido de renegociar deuda por US$ 69.000 millones y, al mismo tiempo, un aviso de manejo de pasivos por tan solo US$ 29.000 millones, que hizo aparecer todo tipo de especulaciones.

La más sensata es pensar que primero se haría una oferta inicial a los tenedores de deuda extranjera que tengan bonos con vencimiento en el corto plazo. Al no haber informado una nueva emisión es esperable que se utilice una reapertura de los bonos PARY y DICY como oferta para canjear el tramo más corto de la curva, que es el apremiante.

Respecto al resto de la deuda, la parte larga es muy sensible a rebajas de cupones y la corta es muy sensible a quitas de capital. Así que es esperable una estrategia por etapas. Habrá que ver la relación de canje que planteé Argentina y la respuesta de los inversores en ambos canjes.

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