En China empezó el coronavirus y consecuentemente se convirtió en el primer país en presentar indicadores que muestran el tremendo impacto del coronavirus, y de las medidas adoptadas para limitar su propagación, sobre la actividad económica.
En otros países, la magnitud del deterioro económico tal vez será menor, pero China da una pauta de lo que puede ocurrir. La producción industrial en el bimestre enero-febrero cayó 13,5% con relación al mismo período del año anterior. A su vez, las ventas minoristas bajaron 20,5%, la inversión en activos fijos bajó 24,5% y la tasa de desempleo subió al 6,2% en febrero cuando buena parte de la economía se detuvo por el coronavirus.
De todas maneras, como China empezó a controlar la situación, los indicadores de marzo serían algo mejores y evitarían que el dato del PIB del primer trimestre sea una catástrofe, aunque sin lugar a dudas, será el peor cuarto del año.
Pero, como el coronavirus está impactando en otras economías, las exportaciones chinas sufrirán y eso hará más lenta la recuperación. La combinación de drásticas medidas sanitarias y de estímulos económicos posibilitó frenar la caída en relativamente poco tiempo.
Es probable que en otros países el desplome de los indicadores económicos no sea tan virulento como China, pero no podrá evitarse.
