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Lo que dejó la saga del BP 21

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04 febrero de 2020

Por Guido Lorenzo  Director Ejecutivo de LCG

La negociación de Axel Kicillof para posponer el pago de la amortización del BP21 correspondiente al 26 de enero fue un fracaso a la luz del resultado obtenido. Al final del día, la provincia no logró posponer el pago pero quizás lo más grave fue que se rifó la credibilidad de cara a la reestructuración de la deuda de provincial que se inició ayer.

La historia comenzó con el gobernador diciendo que no había plata para pagar y, de repente, la plata apareció, y el 100%. Ni siquiera disimulado en un pago en cuotas. Por lo tanto, ¿qué estrategia puede seguir para los próximos vencimientos? Es cierto que las cuentas de la provincia no son holgadas, pero no es menos cierto que el flamante gobernador aprovechó la situación y prefirió hacer un acto de populismo en términos financieros y sumarse a una propuesta que implicaba un reperfilamiento.

Tampoco quedó muy claro de dónde surgieron los fondos con los que la provincia termina aceptando el pago. Algunas fuentes oficiales sugieren que una colocación (habitual) de letras del día viernes en el mercado doméstico le habría dado el aire a las finanzas, mientras que otros piensan que la plata siempre estuvo y ese será quizás el gran problema en materia de construcción de credibilidad a futuro.

La reestructuración de la provincia deberá ser más prolija para lo que resta de la deuda y mostrar voluntad de pago acorde a los recursos que tiene la provincia, y no simplemente mantenerse en la retórica de la tierra arrasada, argumento que ya no puede utilizarse, menos aun cuando el exministro de Economía provincial, Hernán Lacunza, salió a cuestionarle los números que heredó la actual gestión.

No se puede extrapolar el resultado de la negociación de la provincia con el que llevará adelante la Nación. En primer lugar, a nivel nacional los números van a estar más que claros. El propio ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que la negociación se hará sobre la base de lo que pueda pagar el Tesoro y eso se presentará en las próximas semanas. Sin embargo, ese miniexperimento advierte que ir a negociar en forma unilateral es complejo, más aún cuando las posiciones de los fondos que tienen los títulos a reestructurar o reperfilar representan un porcentaje bajo de las tenencias.

Es probable que el fondo Fidelity haya sido el causante del bloqueo de la propuesta, cuestión a la que Guzmán deberá prestar atención debido a que existen 8 títulos con un outstanding bajo (menor a US$ 2.500 millones). Por lo tanto, la posibilidad de bloqueo existe también para la Nación, que enfrentará también CACs para el canje de su deuda.

Guzmán deberá encarar la estrategia de la negociación de una manera diferente. Quizás asegurarse la buena voluntad de los fondos con mayor tenencia antes de realizar abiertamente una oferta y, por otro lado, hacer partícipe al FMI para que el país no entre en cesación de pagos.

La derrota que deja la negociación de Kicillof no es gratuita. No solo Buenos Aires necesita una reestructuración de su deuda sino también otras provincias, que ya con este antecedente tendrán más complicadas sus negociaciones. Por el tono de la conferencia incluso uno puede preguntarse si la provincia decidió pagar o si la hicieron pagar. Mientras tanto, avanza en el Congreso la creación de una mesa de trabajo para coordinar con Nación los problemas de deuda de las provincias.

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