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Coronavirus: China sigue en shock y el mundo también

Mientras se empieza a estimar el costo económico del coronavirus, el Gobierno está tratando de resucitar la demanda agregada con inyecciones monetarias y agresivas bajas de las tasas de interés, pero el efecto dependerá de la evolución de las cuarentenas.

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Héctor Rubini 20 febrero de 2020

Por Héctor Rubini Economista de la Universidad del Salvador (USAL)

La enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus sigue siendo difícil de controlar. Luego de las extendidas cuarentenas de las últimas dos semanas se observa una incipiente desaceleración del número diario de nuevos contagiados. Al cierre de este artículo, el Gobierno chino informaba 74.545 casos (98,5% del total mundial). En el país oriental se registraban 12.017 personas (16%) que revestían carácter grave, habiéndose registrado además 16.142 personas recuperadas y un saldo acumulado de 2.114 muertos. En el resto del mundo, sobre 1.117 casos, más de la mitad (621) se encuentran en el crucero Diamond Princess. Fuera de China se confirmaron 6 fallecimientos: 2 en Hong Kong, uno en Japón, uno en Taiwán, uno en Francia y uno en Filipinas. Otros 2 casos sospechosos en Irán terminaron en fallecimientos, pero según voceros oficiales no habría sido el coronavirus el determinante de dichas muertes.

La transmisión pareciera controlarse fundamentalmente con las cuarentenas. Las investigaciones en curso parecen indicar que no habría evidencia de mutaciones rápidas, de modo que lograr una vacuna no sería imposible, pero no es claro para cuándo se contará con la misma. Según la Organización Mundial de la Salud para dentro de 6-8 meses, pero no son poco quienes sostienen que no habrá novedades concretas hasta dentro de un año y medio. Mientras tanto, la economía de China está sufriendo un muy duro impacto y de manera más visible, por ahora, los países desarrollados que han trasladado al país asiático el núcleo de sus cadenas productivas.

La ciudad de Wuhan es uno de los principales nudos de interconexión logística por vía terrestre, aérea y acuática para 9 provincias y algunos números indican el significado de esta ciudad y sus alrededores para la economía china. Es sede de tres zonas nacionales de desarrollo, cuatro parques de desarrollo científico y tecnológico, más de 300 institutos de investigación, más de 1.600 empresas de tecnología avanzada, y centenares de incubadoras de empresas y cuatro zonas industriales especiales: una para biotecnología, informática y electrónica, otra para fábricas automotrices, autopartistas y de aviación, otra de máquinas herramienta de alta tecnología, vehículos de energías no convencionales y procesamiento de alimentos, y una cuarta para petroquímica, siderurgia, servicios de logística y portuarios.

Siendo un país que representa casi un quinto del PIB mundial, si la epidemia no se controla antes del verano boreal (invierno nuestro), podría conducir a una caída de casi 1 punto en el crecimiento del PIB del globo, y complicar la potencial recuperación que muchos esperan para el segundo semestre.

La parálisis de esta urbe y de otras más por las cuarentenas sólo golpean a la cadena productiva y comercialización de empresas extranjeras con capital hundido en esta ciudad y en otra cercanas, pero también a las exportaciones de países que enfrentan la suspensión de pedidos por el cese de actividad de puertos y aeropuertos. Por caso, la industria de la carne de nuestro país está enfrentando una caída de envíos en torno del 40% desde diciembre, con la consecuente secuela de caída de la actividad, suspensiones de personal, y problemas para reubicar stocks de mercadería que no podrá colocar en China.

La mayoría de las estimaciones de bancos de inversión y consultoras del exterior coincide en recortar las proyecciones de crecimiento del PBI chino para 2020. El Gobierno está tratando de resucitar la demanda agregada con inyecciones monetarias y agresivas bajas de las tasas de interés, pero el efecto dependerá de la evolución de las cuarentenas. Si a diario se van sumando cada vez más ciudades y distritos a una situación de parálisis casi total de la circulación de personas, será insuficiente para revertir en el segundo trimestre la abrupta caída de este trimestre. Por ahora, tanto grandes como pequeñas empresas están sosteniendo a sus empleados pagándoles normalmente sus salarios en las zonas en cuarentena. Pero sin reversión de dichas medidas, no se recuperarán los ingresos por ventas y se agravará seriamente la situación de esas empresas, así como la de los trabajadores. Esto no es improbable y, de acuerdo a un reciente reporte de la consultora Dun & Bradstreet, en las provincias afectadas por las medidas sanitarias están prácticamente paralizadas 49.000 compañías que son sucursales o filiales de grupos extranjeros. Sobre este total 49% son firmas cuya casa central está en Hong Kong, 19% son de Estados Unidos, 12% de Japón y 5% de Alemania.

A su vez, la titular del FMI, Kristalina Georgieva, sostuvo ayer en una nota remitida a los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales de los países del G20 que el coronavirus es la mayor fuente de incertidumbre internacional, y que esta semana y la próxima son las decisivas para definir la continuidad o no de las cuarentenas en China, y la reestimación de su impacto sobre la economía mundial. Según la consultora Oxford Economics el crecimiento interanual del PBI chino caerá en este trimestre a 3,8%. No descarta una recuperación para el resto del año, pero su dinámica depende del grado de control de los contagios y del levantamiento o no de las cuarentenas. Los economistas Adam Slater y Neil Walker de dicha consultora han reducido su proyección de crecimiento anual de la meta del gobierno chino de 6% a 5,4%, pero otras estimaciones son más pesimistas. Según los analistas de Morgan Stanley el crecimiento del primer trimestre caerá a 3,5%

Standard and Poor's redujo su proyección 2020 a 5%, mientras que Nicholas Lardy, del Petersen Institute for International Economics, la recortó a menos aún: 4%. Todo condicionado a la rapidez para controlar el virus y poner fin a las cuarentenas que afectan directamente al comercio internacional, a los servicios turísticos y a la movilidad de las personas. En general las estimaciones sobre el daño inmediato de este shock negativo sobre la economía mundial (por este trimestre) oscilan en torno de U$S 45.000 millones. De todos modos, el impacto final estará atado a la persistencia de las cuarentenas, y el retraso en normalizar la actividad de empresas hoy paralizadas. Según el FMI, el PBI mundial crecerá 3,3% en 2020 (0,1 puntos menos que en su estimación de octubre), pero Oxford Economics sostiene que el crecimiento será todavía inferior: 2,3%, y asumiendo un efecto limitado del coronavirus en el resto del mundo.

Según la citada consultora, los efectos negativos serán mayores en caso de una pérdida de control de la pandemia a nivel mundial, estimando pérdidas en torno de U$S 1,1 billón, que recién se recuperarían en el segundo semestre. Por ahora, las medidas de control extremo están afectando de manera directa aproximadamente a la mitad de la fuerza laboral china. Siendo un país que representa casi un quinto del PIB mundial, si la epidemia no se controla antes del verano boreal (invierno nuestro), podría conducir a una caída de casi 1 punto en el crecimiento del PIB del globo, y complicar la potencial recuperación que muchos esperan para el segundo semestre.

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