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Con el virus afuera, Guzmán enfrenta el bono AF20 adentro

Las cotizaciones en el mundo se mueven al compás del coronavirus. El riesgo es cierto y muchos inversores buscan refugios. En medio de ese mal momento, el ministro Guzmán debe enfrentar el pago de un bono que implica gran riesgo para la inflación y para la renegociación de la deuda.

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10 febrero de 2020

Por Luis Varela 

Siguiendo minuto a minuto el alcance que va teniendo un cisne negro como el coronavirus, los inversores de todas partes y las cotizaciones de las materias primas, de las monedas, de los bonos y de las acciones están bailando en un ida y vuelta muy nervioso que genera mucha incertidumbre.

Calculadora en mano, leyendo las noticias de último momento y siguiendo al detalle las estadísticas de los últimos años, los especuladores quieren creer que la sangre no llegará al río, que habrá un susto inicial que permitirá “traidear” a los más valientes, pero que en definitiva las oscilaciones no terminarán destruyendo demasiado los valores.

Pero se escuchan algunas voces que ponen a todos en alerta. Dicen: si miramos para atrás un problema similar al actual, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, sigla en inglés), ocurrido entre noviembre de 2002 y julio de 2003, una enfermedad respiratoria parecida al actual virus chino, dejó 800 muertos en seis meses. Mientras que el coronavirus viene más rápido: ya tiene 36.000 infectados y 180 muertos en un mes y medio, número que hay que seguir atentamente.

Según van llegando los números de muertes y sobre todo el número de países por lo que se va extendiendo, el efecto de la enfermedad con los precios vinculados a la economía varían hacia un lado u otro. Por ejemplo, en la última semana de enero se temían que las cosas eran peores y todo era afectado, luego la amenaza amainó algo y las cotizaciones repuntaron, pero en las últimas horas el número de muertes volvió a crecer.

De la mano de esos vaivenes, además de las vidas humanas que se pierden (que por supuesto es lo más importante), la epidemia tiene efectos inmediatos en la economía y pega directamente en los mercados financieros, con un vuelo hacia la calidad (fly to quality), generando aversión al riesgo, por lo cual lo primero que sufre son las monedas y los títulos de los países emergentes, y por supuesto en este caso América Latina es una de las regiones muy afectadas.

China ya venía creciendo menos, y Standard & Poor's acaba de plantear que este año por el coronavirus crecerá al solamente 5%. Advirtiendo además que eso tendrá secuelas primero para el sudeste asiático y luego para la economía global.

Lo primero que se ve tocado es el comercio. Hay empresas que suspenden operaciones. Por eso, en enero hubo un primer bajón de los precios del petróleo, los granos y los metales, luego se vio algún repunte, pero en las últimas horas volvió a verse una nueva tendencia a la baja. Y, obviamente, las bolsas tuvieron un movimiento similar, aunque por el momento, como ocurrió con el SARS, los índices parecen sentir que el problema será superado, y febrero muestra a los mercados todavía en positivo. Pero, como reaseguro, los precios del oro y de las criptomonedas son utilizados como refugio y sus precios están brillando.

En medio de semejante baile, Argentina acaba de tener una mala negociación de Kicillof con el bono BP21, que terminó pagándose íntegramente. Y esta semana se presenta otro vencimiento, el bono nacional AF20, un papel diferente al de la provincia de Buenos Aires, porque evoluciona según el dólar, pero se paga en pesos, al tipo de cambio oficial, y está regido por ley local.

Este papel vence el jueves 13 y como pagarlo significa liberar en el mercado demasiados pesos, con riesgo de hacer que la inflación se multiplique o que el dólar de un salto, el ministro Guzmán intentó canjearlo el lunes pasado. Pero los acreedores no aceptaron: sólo el 10% dijo sí. Y de los US$ 1.637 millones que vencían, sólo hubo canje por US$ 164 millones, por lo que el jueves habrá que pagar US$ 1.473 millones, unos $ 92.870 millones.

Para no liberar semejante cantidad de dinero en el mercado, Guzmán no quiso pedirle emisión al BCRA y realiza hoy una licitación de tres bonos. Hoy, entre las 10 y las 15, licitará tres papeles, con la idea de recaudar ese dinero, y con lo obtenido pagar lo que resta del AF20 el jueves.

En el llamado de hoy podrán participar personas humanas o jurídicas. Y se ofrecerán los Bonos del Tesoro Nacional en Pesos con Ajuste por CER 1%; Bonos del Tesoro Nacional en Pesos Badlar Privada+100 puntos básicos y Bonos del Tesoro Nacional Vinculados al Dólar Estadounidense 4%.

La licitación se realizará por indicación de precio, el que deberá ser igual o superior al precio mínimo anunciado para cada uno de los bonos. El precio mínimo para los Bonos del Tesoro Nacional en Pesos con Ajuste por CER será de $ 980,67 por cada $ 1.000; para los Bonos Badlar Privada, $ 991,03 por cada $ 1.000 y para los Bonos en dólares, US$ 1.000,88 por cada US$ 1.000.

Para todos los instrumentos habrá un tramo competitivo y uno no competitivo, de acuerdo con la información oficial. La suscripción de los Bonos del Tesoro Nacional en Pesos con Ajuste por CER y de los Bonos del Tesoro Nacional en Pesos Badlar Privada, podrá realizarse únicamente en pesos. Y para el caso de los Bonos del Tesoro Nacional Vinculados al Dólar, la suscripción podrá realizarse únicamente en pesos, al tipo de cambio oficial.

El pago realizado por Axel Kicillof, el intento de canje del AF20 y este llamado a licitación le dieron muestra a los bonistas acreedores que los gobernantes argentinos tienen intención de pagar y de no ir a un nuevo default, el noveno de la Argentina en los últimos años. O sea, se plantea que habrá un intento de renegociación en buenos términos con los acreedores. Veremos cuál es la respuesta que el mercado le da hoy al ministro.

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