Tal como informó ayer el Indec, la canasta básica alimentaria, que mide la evolución de los precios de productos alimenticios necesarios para la subsistencia, registró en diciembre una suba del 3,2%. Al mismo tiempo, la canasta total, que cubre el consumo básico de alimentos y bebidas junto con la indumentaria y el pago de servicios, aumentó 3,6%.
En la medición interanual, ambas canastas alcanzaron un incremento de 52,8%. Las variaciones se ubicaron por debajo de la suba general de precios minoristas, ya que según indicó el organismo hace una semana, el IPC alcanzó en diciembre un avance de 3,7% mensual y del 53,8% interanual.
De ese modo, en el último mes del año una familia de cuatro integrantes necesitó $38.960,33 para superar el costo de la canasta básica total y ubicarse sobre el umbral de pobreza, 52,8% más que en diciembre de 2018.
Por otra parte, se precisaron $15.584,14 para que la misma familia supere la línea de indigencia.
La última medición del Indec, dada a conocer en octubre sobre datos del primer semestre de 2019, registró que el 35,4% de los habitantes estaban por debajo de la línea de la pobreza, y, dentro de ellos, el 7,7% eran indigentes. Estos niveles superaron incluso los del segundo semestre del 2018, cuando el nivel de pobreza fue del 32% y el de indigencia se ubicó en 6,7%.
Con una población estimada en 45 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a 15,9 millones de argentinos, entre los cuales se encuentran 3,4 millones de personas en la indigencia.
Estos datos llevaron a que el Gobierno pusiese en marcha el Plan Argentina Contra el Hambre para atender a los sectores más vulnerables. Al mismo tiempo, cerrar el desfase evidente entre la suba de las canastas y la evolución de los ingresos de la población, requiere un descenso de la tasa de inflación significativo.
