A raíz de la suba de las retenciones para los principales granos, efectuada por decreto a mediados de diciembre y la posibilidad de una ulterior de 3 puntos, tal como dispone la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, el campo se encuentra en estado de alerta. Si bien el Gobierno envió un mensaje de distensión al sector al dejar en suspenso los incrementos (lo que evitó un paro general) las asambleas continúan en las regiones agrarias y la preocupación continúa escalando.
Por tal motivo, productores se autoconvocaron a un tractorazo que se realizó hoy en Pergamino sin cortes de ruta, se estima que participaron 1.200 personas y 145 tractores, además de camionetas y camiones, no solo de la localidad sino también de zonas aledañas.
De ese modo, el campo continuó con la serie de protestas que se dieron previamente en Córdoba, Rosario y otras localidades de Buenos Aires, junto con ceses de comercialización de pocos días, pero que recuerdan imágenes, aún lejanas, del conflicto del 2008.
"Las razones por las cuales hicimos este tractorazo fue para hacerle ver al Gobierno nacional y a las entidades que tenemos un enojo por las retenciones", indicó a Télam uno de los productores organizadores de la protesta, Román Gutiérrez.
Gutiérrez expresó que con los niveles de derechos de exportación al 6% para el maíz y el trigo y del 27% para la soja que dejó al final de su mandato el ex presidente Mauricio Macri "venían trabajando con lo justo", y que la actualización realizada por el Gobierno nacional de 3 puntos porcentuales el 14 de diciembre de 2019 "los deja muy mal".
"El trigo y el maíz son inviables con estas retenciones. Haciendo los números con buenos rindes no tenemos margen. El 50% de la superficie de los campos de Pergamino es alquilada", agregó.
Entre los reclamos, contemplan el nuevo esquema que Axel Kicillof impulsa en la provincia de Buenos Aires, y que contiene una suba del impuesto Inmobiliario Rural que, en algunos casos, llega hasta 75%. “Se van calentando los motores”, dijo una productora de la región.
“Nos están volviendo locos con los impuestos. Todo estos aumentos hace que la gente esté muy enojada y busque maneras de expresarse. Las concentraciones del campo van a seguir, porque las perspectivas a futuro con esta presión impositiva son muy malas”, aseguró el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, ayer en declaraciones radiales.
Si bien los productores señalan que hay diálogo con el Gobierno Nacional, sostienen que no hay confianza. “La transferencia del campo al Estado se estima en alrededor de US$ 180.000 millones en los últimos dieciocho años. Es imprescindible que el Estado se comprometa a achicar los costos de la política y bajar el gasto público”, reclamaron los ruralistas el viernes por la noche en Río Cuarto. Allí se reunieron cerca de 550 productores junto a representantes nacionales y locales de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); Federación Agraria Argentina (FAA) y de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro).
En un documento redactado durante el encuentro, afirmaron que el sector agropecuario “estuvo siempre a la vanguardia de todo compromiso para ayudar a superar las distintas crisis que ha vivido nuestro país, pero no se puede seguir sacando del mismo bolsillo”. Agregaron: “Menos aún cuando la suba en los derechos de exportación se anuncia en plena campaña agrícola, de resultados inciertos por los factores climáticos, dejando a muchos productores con rentabilidad nula o negativa”.
En un comunicado, los productores del norte bonaerense dijeron: “Somos solidarios desde el año 2002, aportamos sin resultado alguno. La palabra pobre o hambre no tendría que existir, deberían arremangarse los políticos para salvar al país”.
