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Golf: Abel Gallegos, el pibe crack

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21 enero de 2020

Futbolero por mandato familiar y pichón de tenista retirado, el bonaerense Abel Gallegos acaba de coronar a sus 17 años en el torneo más importante reservado para golfistas jóvenes de Latinoamérica.

En abril próximo, Gallegos será uno más en el célebre masters de Augusta, que en 2019 ganó Tiger Woods y en 2009 el cordobés Ángel Cabrera.

De pulso firme y una templanza que los especialistas elogian sin retaceos, Gallegos ha devenido un motivo de orgullo de la población de 25 de Mayo y en la joya surgida en Las Mulitas Golf Club, la pequeña entidad de apenas 50 socios donde antes de haber cumplido cinco años consumó su bautismo en el deporte de los 18 hoyos.

Un poco de casualidad y un poco por intuición el profesor Raúl Bordato acercó al niño Gallegos un palo de golf y recién a los pocos días, con el consabido permiso de su madre, el hoy campeón del Latin American Amateur Championship descubrió el placer de impactar a la pelota blanca de 42,67 milímetros.

"Abelito", como lo llaman en el Centro de Alto Rendimiento de la Asociación Argentina de Golf, destacó mucho y rápido, pero sin embargo hasta los 11 años inclusive alternó con la práctica del tenis y del fútbol.

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Recién a los 11 años el hoy crack de 17, se volcó al golf de forma definitiva y desde los 14 vive en Pilar.

"Para nosotros es como un hijo", refiere Matías Anselmo, director del programa de Alto Rendimiento de la Asociación Argentina de Golf, a la vez que pinta el valor de la reciente conquista de Gallegos en club Camaleón de Mayakoba, México, con una metáfora que exime de agregados: "Fue la frutilla del postre".

Criado en un ambiente calmo y de costumbres sencillas, el hijo de Abel y Guillermina (comerciantes del rubro de los artículos de perfumería), hermano de Miguel y de Morena, Gallegos viajó a México con la expectativa de hacer un buen torneo y recién conforme avanzó se sintió más confiado en obtener lo que al cabo llamó "un sueño".

Entre otras notas relevantes fue el único de los 108 participantes en bajar el hándicap de la cancha y el primer argentino en ganar la copa por la que en esta edición también fueron los cordobeses Segundo Oliva Pinto, Andrés Schonbaum y Horacio Carbonetti, Mateo Fernández de Oliveira de San Isidro y Jesús Montenegro de Mar del Plata.

A decir de Anselmo, que lo conoce en detalle y ha seguido su derrotero en el día a día, Gallegos guarda similitud con el Pato Cabrera y no sólo por la corpulencia expresada por sus 192 centímetros y sus más de cien kilogramos, también por su técnica y por la naturalidad que afronta los momentos más complicados.

"Va para adelante sin miedo, no lo alteran las situaciones extremas y tiene una gran inteligencia intuitiva", dice Anselmo de Gallegos, cuya consabida alegría se vio multiplicada entre la noche del domingo y el lunes con un intercambio de mensajes con el mismísimo Cabrera.

En abril próximo, en Augusta, amén de campeón defensor el Pato de Villa Allende será una especie de mentor y protector del talentoso pibe Gallegos cuando se pruebe con los 50 mejores golfistas del planeta.

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