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Después del susto, se espera un lunes bastante picante

La inflación y la amenaza de default de Kicillof cortaron la recuperación del mercado local. No hubo bajas estrepitosas, pero definitivamente cambió el clima. El BCRA flexibilizó el cepo y permitió nuevos plazos fijos. Hoy hay vencimientos y una licitación clave en Letes.

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20 enero de 2020

Por Luis Varela

Tras el incendio provocado por el gobierno de Mauricio Macri y por el terror de la vuelta del peronismo kirchnerista, el primer mes con Alberto Fernández en la Casa Rosada se desarrolló con un muy buen resultado para el mercado financiero argentino, con cifras tan buenas que ciertamente sorprendieron a propios y a extraños.

Entre el 10 de diciembre y el 10 de enero, el precio del dólar evolucionó de una manera más o menos bajo control, las tasas de interés bajaron de manera sostenida y los precios de los papeles argentinos, tanto las acciones como los bonos, anotaron una recuperación inesperada, con una suba promedio del orden del 14% en dólares, tanto para los papeles públicos como para los privados.

Sin embargo, la semana pasada el clima de alivio desapareció. Hubo dos elementos que alteraron al avispero y la amenaza de efecto secundario fue tan grande que el Banco Central se asustó y terminó flexibilizando dos de las guías que vienen intentando apagar el fuego del mercado y salir del desastre: por un lado se flexibilizó el cepo cambiario y por otra parte se permitieron los plazos fijos atados a la inflación.

¿Cuáles fueron esos dos elementos que tanto alteraron al mercado local?

Uno, sin dudas, fue la primera medición de la inflación realizada por el hombre que puso Fernández en el Indec. Cuando todos y cada uno de los especialistas en precios esperaban que el costo de vida de diciembre fura del 4,2%, Marco Lavagna anunció que la medición fue del 3,7%, medio punto menos. Con eso le dio una inflación anual, de todo 2019, del 53,8%. Eso sí: aseguran que hay un arrastre de 3,2 puntos para la inflación de enero.

El otro de los dos golpes que recibió el mercado fue la amenaza de default o globo de ensayo que realizaron el ministro de Economía Martín Guzmán y el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof en lo atinente al vencimiento de capital e intereses del bono BP21. De la nada, sin necesidad, Guzmán salió a decir que la Nación no acudirá al salvataje de ese pago. Inmediatamente después Axel dijo que tiene voluntad de pagar, pero que primero necesita acordar con los acreedores. Cuando al mismo tiempo el senador bonaerense Gustavo Traverso dijo que “claramente la deuda no es prioridad”.

Esas dos estocadas cambiaron por completo la evolución del mercado argentino. Mientras en el mundo, con Donald Trump enfriando el conflicto con Irán y acordando con los chinos, y con el Brexit acercándose, el dólar estuvo mixto (en la semana el billete verde subió 1,6% en Brasil, 0,6% en Japón, 0,4% contra la libra y 0,3% contra el euro. Pero bajó 0,5% contra el franco suizo y descendió 0,9% contra el yuan). Pero en Argentina se despertó un movimiento cambiario diferente al que hubo en el primer mes de Fernández.

El dólar mayorista, el tipo de cambio minorista oficial y el dólar turista siguieron congelados, pero el dólar blue subió 1,6% en la semana, con el contado con liquidación avanzando 1% y, atención, con el dólar Mep, o dólar Bolsa, saltando nada menos que 2,5%. Y lo más llamativo del caso es que las subas de los dólares libres no fueron mayores porque el Banco Central se asustó y empezó a desgrabar una parte del cepo cambiario: Ni bien permitió un cambio con las empresas que se manejan en comercio exterior, el viernes el dólar Mep bajó de $ 80,03 a $ 79,62 y el ccl cedió de $ 81,81 a $ 80,44. Con esos precios, la brecha entre el dólar oficial y el blue se mantuvo en el 23,5% pero la distancia entre el ccl y el mayorista sigue volando en la zona del 34%.

El dato de la inflación hizo temblar las rodillas de los ahorristas e inversores. Se sabía que la inflación navegaba por arriba del 50%, pero al reconocerse 53,8% en diciembre y con un dato más bajo que el esperado, muchos analistas desconfiados empezaron a preguntarse si el gobierno de Fernández también romperá el termómetro del Indec, como hizo Cristina Kirchner cuando los números no le daban, en 2014 y 2015.

Hasta septiembre, con la inflación arriba del 50%, en el cuarto puesto del ranking de países con más inflación del mundo, en plazos fijos los bancos pagaban tasas de entre el 58% y el 62% anual. Con ese premio los plazos fijos se mantenían. Pero ahora, al conocerse el 53,8% de Lavagna, como hoy se pagan tasas del 35% anual por plata chica y 36% anual por plata grande, muchos tenedores de plazos fijos decidieron cancelar, e irse al dólar, de ahí que el blue, que venía aplastado, diera un salto en una semana de $ 76,50 a $ 77,75 y el dólar Bolsa trepó todavía más.

¿Qué cálculo hicieron esos ahorristas? Simple: con una tasa del 36% anual, los plazos fijos pagan hoy una tasa mensual del 2,5% o una tasa semanal del 0,65%. En ambos casos inferiores a los 3,6 puntos de arrastre que habría dejado la inflación de diciembre para el mes de enero. O sea, dejar pesos en un plazo fijo hoy significa que los ahorros se queman solos, sin ser disfrutados.

Fue por eso que el titular del Banco Central, Miguel Pesce, para evitar que la cancelación de plazos fijos fuera mayor, decidió permitir que los bancos capten plazos fijos ajustables por inflación. Pero claro, con una inflación que ahora nadie sabe si va a ser la cierta o la real, habrá que ver cuántos ahorristas deciden dejar sus pesos en el banco, o seguir huyendo del sistema, comprando dólares a través de cualquier canal posible.

Y como si eso fuera poco, está el sorprendente anuncio de Guzmán, diciendo que no saldrá a auxiliar a Kicillof para pagar el BP21. Este título deba pagar renta y amortización el domingo 26 de enero. Y Kicillof ya manifestó que no puede pagarlo, por lo que está convocando a los inversores que lo tienen para acordar pagar sólo la renta, y que el capital sea postergado al 1° de mayo.

La cláusula re renegociación que tiene ese bono requiere que el 75% de los tenedores de ese papel le den el “sí” al ministro (y tienen que ser los tenedores privados, ya que hay organismos públicos que tienen en sus arcas BP21, pero no tienen poder de voto en esta convocatoria). El gobernador tiene horas para conseguir el sí. Según se viene deslizando, lo conseguirá, por lo que todo el tema se parece más a un globo de ensayo que a una amenaza cierta de default.

La cuestión es que, además del BP21, hay otras provincias, sin fondos, que tienen que pagar bonos en estos días. El gobierno de Chubut anunció que enviará a la Legislatura un proyecto solicitando autorización para activar ese mecanismo con los acreedores del Bocade 2026 (7,75%) por US$ 650 millones, cuyos intereses por US$ 12,5 millones vencen este mes.

Este juego hizo que se detuviera la fuerte suba que venían experimentando los bonos. Del aumento del 14% que habían mostrado entre el 10 de diciembre y el 10 de enero, los bonos argentinos bajaron 0,6% promedio durante la última semana, con bajas pronunciadas de hasta el 8% en algunos bonos ley Argentina y sin precios perturbados para muchos ley Nueva York.

Donde también se vio que la inflación y la amenaza de default cambiaron el ritmo de los precios fue en la evolución de las acciones. Con los expertos del mundo advirtiendo que Wall Street está volando, con precios absurdos porque Donald Trump le da cebador a la economía norteamericana, sólo para ganar la reelección en noviembre, en el balance de la semana se vio que las Bolsas de Brasil y México subieron 2,6%, Wall Street saltó 2%, Madrid 1,1%, Tokio 0,8% y Frankfurt 0,3%. Y hubo solo dos bolsas para abajo: la de Buenos Aires, que perdió 0,9% medida en pesos, pero que cayó 2,5% medida en dólares, y la Chile, que cayó 2,3% en la semana, con la imagen de Sebastián Piñera por el piso.

Además de lo dicho, empezaron a entrar en la Bolsa los balances trimestrales a diciembre, con números de septiembre-diciembre y de todo el año. Ya hay números oficiales de ocho compañías y los resultados vienen con diferencias abismales. Cuatro empresas dieron resultados muy positivos y cuando compañías mostraron que se siguen hundiendo. Veremos lo que vaya apareciendo en los próximos días.

¿Puede venir un default? ¿Puede caerse todo nuevamente? Lo que ocurrió durante la semana pasada frenó la suba, y generó una baja, pero ciertamente no fue significativa. De hecho, la calificadora de riesgo Moody's no le bajó la nota a la Provincia de Buenos Aires pero dijo que estará atenta a la respuesta de sus acreedores. Desde septiembre Moody´s tiene a la provincia de Buenos Aires en revisión para una baja de su nota, que ya está en uno de los niveles más bajos de la categoría basura. Hay que estar atentos.

Además de todo eso, hoy aparecen dos situaciones que funcionarán como una especie de test. Por un lado se paga la renta de 2 bonos y la renta de 12 Obligaciones Negociables. En detalle, pagan renta los bonos de la provincia de Río Negro (RNA21) y de Provincia de Buenos Aires (PBE23). Y pagan Renta las ON de YPF (YCAIO y YCAHO, Telecom (TLC1O), IRSA (OIRX7), Genneia (GNCLO), Clisa, Banco Provincia de Buenos Aires (BOC9O, BOC8O, BOC5O y BOC4O), Banco BICE (BXC8O) y Banco de Galicia (BYC2O). Habrá que revisar qué hacen con la plata los que cobran estos valores.

Y además, un Gobierno como el actual, que criticó hasta el hartazgo al Ejecutivo anterior por endeudarse, anunció que hoy mismo realizará un canje de deuda en pesos para “brindar mayor previsibilidad a su ejecución y mejorar el perfil de vencimientos” a través de la colocación de dos nuevos títulos con plazos de vencimientos de 240 y 335 días. Por eso, invita a los tenedores de los instrumentos elegibles a presentar ofertas para canjearlos por cualquiera de los dos nuevos instrumentos, o por una combinación de ambos.

Todas las Letras del Tesoro, tanto las que ingresan como las que se ofrecen, son en pesos, y bajo jurisdicción argentina. En el caso de las Letras del Tesoro Capitalizables en pesos con vencimiento el 30 de agosto de 2019 (DI-2019-2APN-TGN#MHA), los tenedores podrán optar por Lecap a 240 días a un valor de $ 0,8255169 o a 365 días a $ 0,8253817 por cada $1 de valor nominal. Mientras que en el caso de las Letras con vencimiento 28 de febrero de 2020 (RESFC-2019-16APN-SECH#MHA) el canje puede hacerse a $ 1,1602564 o a $ 1,1600664. La convocatoria también incluye a títulos con vencimiento el 13 de septiembre de 2019? (RESFC-201945-APN-SECH#MHA) con un factor de canje de $ 0,7960786 y de $ 0,7959482. A estos se suman las Letras con vencimiento del 11 de octubre de 2019 (RESFC-2019-49APN-SECH#MHA), en este caso con un factor de canje de $ 0,7491467 y de $ 0,7490240. Y por último, en el caso de las Letras con vencimiento 15 de noviembre de 2019 (RESFC-2019-53-APN-SECH#MHA) el factor es de $ 1,0026845 y $ 1,0025202 en el caso de la Letra con vencimiento en 240 días y en 335 días, respectivamente.

Los dos nuevos títulos ofrecidos son Letras del Tesoro en Pesos con tasa Badlar Privada más 400 puntos básicos con vencimiento el 18 de septiembre 2020 y fecha de emisión el 22 de enero, lo cual significan para un título una tasa interna de retorno del 43,89%. Y el segundo otorgará Badlar privada más 550 puntos básicos, lo cual en principio significa una tasa interna de retorno del 43,29%. El canje será pos adhesión, las ofertas se reciben desde las 11 de hoy y finalizan también hoy mismo a las 15, lo cual plantea un lunes ciertamente picante.

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