Los sindicatos franceses se encuentran en las calles de París hoy, bloqueando el palacio presidencial y forzando el cierre de la Torre Eiffel como parte de una huelga nacional para protestar contra el plan del gobierno para reformar el sistema de jubilación del país.
Actualmente, las prestaciones de pensión se basan en los 25 años de mayor ingreso de un trabajador en el sector privado y los últimos seis meses en el sector público.
El presidente Emmanuel Macron dice que un sistema basado en puntos sería más justo y simple. También haría que la financiación de las pensiones fuera más sólida ante el escenario de una población que envejece.
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Pero los gremialistas esperan meter presión con la huelga nacional al presidente francés para que no siga con la reforma, que según estas organizaciones perturbará las redes de seguridad social del país, reducirá las pensiones y obligará a trabajar más horas.
Las huelgas se mantendrán hasta que Macron decline su plan que hasta ahora parece poco probable. Estiman que pueden seguir con las protestas hasta los últimos días de diciembre.
La huelga causó problemas de transporte con muchas de las estaciones de metro de París cerradas. Además, ya hay 800 estaciones de servicio sin combustible en todo el país. Los supermercados están desabastecidos después del "shopping" de pánico.
La autoridad de aviación civil de Francia anunció que el 20% de los vuelos estaban en tierra y que el 90% de los trenes en su red de alta velocidad fueron cancelados.
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Macron hizo que la racionalización de los 42 sistemas de jubilación del país fuera central para su campaña presidencial de 2017, y un funcionario dijo que Macron se mantiene "tranquilo y decidido" para promulgar la reforma.
El presidente dijo que los franceses van a tener que trabajar más tiempo, pero hasta ahora no habló de aumentar la edad de jubilación. Una idea es mantener el límite de 62 años, pero limitar los pagos para los que abandonan la población activa antes de los 64 años e incentivar a los que dejan de trabajar después.
Las encuestas muestran que los franceses están a favor del mantenimiento de la edad oficial de jubilación en 62 años, una de las más bajas de los países de la OCDE.
El gasto francés en pensiones públicas, que representa el 14% del PIB, es uno de los más elevados del mundo. Una comisión independiente dedicada a la cuestión de las pensiones prevé que el sistema registrará en 2025 un déficit de más de 17.000 millones de euros (US$ 18.740 millones de dólares), es decir, el 0,7% del PIB, si no se hace nada.
