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El mercado asimiló el paquete: “Parecía que iba a ser peor”

La presentación de Guzmán impactó sobre el dólar blue y fue criticado por algunos economistas. Pero otros no lo vieron tan mal. En el proyecto se muestran detalles que plantean una negociación amigable de la deuda. Por eso los bonos subieron y el riesgo país bajo al menor nivel en 100 días.

18 diciembre de 2019

Por Luis Varela 

De menor a mayor, con la reacción del mercado local mostrando su peor cara hacia la mitad de la rueda, los operadores empezaron a mostrar hacia el final del día que los anuncios del Gobierno se van digiriendo con alguna asimilación y, en consecuencia, a pesar de aparecer otra vez un fortísimo ajuste para los argentinos privados, la rueda terminó con la sensación de que “todo iba a ser peor”.

En los mercados externos hubo temas importantes. Esencialmente se destacaron tres: el petróleo trepó de manera muy sostenida, la libra bajó por comentarios de Boris Johnson sobre el Brexit y las criptomonedas cayeron en picada por informes de bancos bajándole el pulgar. Pero por más que los movimientos foráneos fueron para tomar nota, todo estuvo centrado en la conferencia de prensa que brindó el ministro Martín Guzmán, y en el contenido del ajuste, que todavía deberá ser refrendado por el Congreso, posiblemente con algunos atrasos.

El punteo del ajuste no trajo sorpresas. Fue lo que se estuvo anticipando en las ruedas previas. Esencialmente suba de retenciones a la exportación de granos, suba del impuesto a los bienes personales, aplicación de un impuesto del 30% a la compra de dólares y a los gastos en el exterior y la suspensión de la movilidad para los jubilados docentes, científicos, judiciales y demás regímenes especiales, con un bono de $ 5.000 pesos por mes para diciembre y enero para las jubilaciones mínimas.

Por supuesto, toda esta iniciativa tiene que pasar por las dos cámaras. El PJ ya acordó con Lavagna, pero la UCR rechazó algunos puntos de la Ley de Solidaridad.

Con el impuesto del 30% a la compra de dólares (o de cualquier otra moneda, incluso en el cepo) llevaría a la divisa a un costo de unos $ 82 en la ventanilla bancaria, invitando a los ahorristas que compran 200 dólares por mes a comprar directamente en el mercado blue, hasta que las cifras de esa plaza se equilibren con el valor del oficial más el impuesto.

Pero ayer hubo tensión, pero no tanta. El dólar oficial cerró sin cambios a $ 63,09 y hubo un salto de $ 1,50 para el blue, hasta $ 74, con el dólar mayorista cerrando sin cambios a $ 59,82 y con el contado con liquidación subiendo $ 1,96, hasta $ 76,03. Con todos los precios bastante lejos de los $ 82 que daría el actual dólar oficial más 30%. Y debe decirse que el dólar oficial se mantuvo ahí, porque el Banco Central compró, y al final del día la autoridad monetaria ganó reservas por US$ 68 millones y ahora tiene US$ 44.291 millones.

En el exterior, debido a expresiones duras de parte del primer ministro inglés sobre el Brexit, el dólar saltó 1,6% contra la libra, y subió 0,2% en Brasil y 0,1% en México, pero no cambió contra el euro y el yen y bajó 0,7% en Chile. En consecuencia, medidos en pesos el euro subió 1 centavo hasta 66,59, el real bajó 4 centavos hasta 14,67 y la libra cayó 1,33 hasta 78,40.

La discusión, entonces, pasó a estar centrada en los efectos que tendrá el impuesto a la compra de dólares y el nivel del blue sobre los índices de inflación. De paso, debe decirse que ayer la brecha entre el dólar oficial y el blue llegó al 17,3%, con la diferencia más grande desde el gobierno de Cristina Fernández en diciembre de 2015, al tiempo que la brecha entre el ccl y el mayorista se estiró hasta el 27%.

Pero además de todo el ajuste mencionado hubo una señal que cayó muy bien en el mercado. El Gobierno anunció que piensa usar US$ 4.571 millones de las reservas de libre disponibilidad del Banco Central, afectándolos mediante la colocación de tres letras a 10 años de plazo, según un artículo que consta en el proyecto de ley de Emergencia.

Ese artículo, nominado 57, autoriza “al Gobierno Nacional a emitir letras denominadas en dólares estadounidenses por un monto de hasta US$ 4.571.000.000, a 10 años de plazo, con amortización íntegra al vencimiento, la que devengará una tasa de interés igual a la que devenguen las reservas internacionales del Banco Central, para el mismo período y hasta un máximo de la tasa Libor anual menos un punto porcentual. Los intereses se cancelarán semestralmente”.

La presencia de este artículo fue leída en el mercado como una ratificación de que Alberto Fernández y su ministro Guzmán no realizarán una renegociación de la deuda de manera confrontativa, ya que en el artículo 59 de la ley se dice que “los dólares autorizados a adquirir mediante esta norma solo podrán aplicarse al pago de obligaciones de deuda denominadas en moneda extranjera”.

Inmediatamente detrás de eso, se fortaleció la corriente compradora de bonos de los últimos días, aunque hubo algunos analistas que afirmaron que esta compra de títulos no es otra cosa que adquisición de oportunidad, ya que mediante esta operación se pueden conseguir dólares más baratos, comprándolos en el mercado local y vendiéndolos en el exterior.

La cuestión es que, mientras el Banco Central mantenía la tasa de las Leliq inalterada en el 63% anual, con los bancos bajando otra vez la tasa de los plazos fijos (pagaron 41% por plata chica y 43% por plata grande), los bonos argentinos volvieron a colocarse muy hacia arriba y, en consecuencia, el riesgo país bajó nada menos que 169 unidades, hasta 1.968 puntos básicos, el menor nivel desde el 26 de agosto pasado. El 80% de lo operado en bonos fue en cuatro papeles: AY24 56%, AA22X 14%, TJ20 7% y TJ20X 3%. Y, con buen volumen, los bonos argentinos anotaron interesantes subas en sus cotizaciones. Con salto del 27% para el bono DIY0 y subas del 9% al 14% para los bonos DIP0, PR15, BC22X, PBY22, PR13 DICAX, PBA25, TC21 y AY24C. Y baja del 5% para el bono PAA0 y descensos entre el 1% y el 2% para los bonos AM20, PMJ21, TN20 y A2E2C.

En lo que no hubo buena respuesta a los anuncios de Guzmán fue en la Bolsa de Buenos Aires. Mientras en el exterior se vio una suba del 0,1% en los índices de la Bolsa de Nueva York, las principales Bolsas latinoamericanas también estuvieron sostenidas, con suba del 0,6% en la de San Pablo y del 0,1% en la de México.

Pero en la Bolsa de Buenos Aires el clima fue completamente diferente: con $ 721 millones operados, bajó 1,9% con el 80% de lo negociado en acciones concentrado en diez papeles: G.F. Galicia se quedó con el 29%, YPF con el 11% y Pampa E con el 10%.

En los extremos se vieron subas del 2% al 6,7% para San Miguel, Carlos Casado, Mirgor, Morixe, Ledesma, Celulosa y Ferrum. Con caídas del 4% al 6,7% para Edenor, Grupo Clarín, Grimoldi, Central Costanera, Bodegas Esmeralda, Central Puerto, TGS, TGN, Carboclor y Capex. Mientras que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York estuvieron mixtos, con subas del 2% al 3% para Telecom y Ternium; y bajas entre el 1% y el 5,9% para Edenor, TGS, Pampa E, Globant, Irsa P y Cresud.

Finalmente, en commodities hubo variaciones importantes. Con otra suba del 1,2% para el petróleo, el barril se acerca a los US$ 61, con JP Morgan pronosticando mayores aumentos. Los metales preciosos estuvieron débiles: baja del 0,1% para el oro y descenso del 0,3% para la onza de plata. Los metales básicos también apuntaron para abajo, con merma del 0,1% para el cobre, descenso del 0,6% para el aluminio y caída del 1,5% para el níquel. En Chicago hubo suba del 1,2% para el trigo, avance del 0,7% para la soja y alza del 0,5% para el maíz. En Rosario, con gran preocupación por las retenciones y por la sequía, se operó de manera condicional, con una baja del 2,2% para el girasol. Y se anotó un desplome del 4,2% para el bitcoin con derrumbe de más del 12% para el ripple, con varios bancos sacando informes de advertencia para este sector.

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