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China avanza, boom artístico, las RCA, los números del 2020 y regresa el equilibrio energético

China le pisa los talones a Brasil como principal socio, surge un rubro inesperado, Cippec detecta las oportunidades, Elizondo detalla la importancia de lo intangible, estimaciones 2020 y el regreso del equilibrio energético.

Alejandro Radonjic 27 diciembre de 2019

Por Alejandro Radonjic

¿Nuevo socio principal? Las exportaciones de Argentina hacia China están creciendo a tasas altísimas. El último dato disponible es de noviembre y muestra que las ventas volaron 39,6%. Así, en el acumulado, ascienden hasta US$ 6.465 millones, 63,8% más que en igual periodo de 2018. “En noviembre, el comercio con China implicó 15,8% de las exportaciones totales y 18,6% de las importaciones totales”, informó el ICA del Indec. Así, el Gigante Asiático empieza a estar palo y palo con el Gigante Sudamericano. En el acumulado de 2019, Argentina exportó a Brasil por US$ 8.793 millones (-4,4%). Aún lidera el país vecino pero, si siguen las variaciones actuales, el principal socio comercial de Argentina en 2020 será China. A la hora de importar, ya hay empate virtual: hasta noviembre, Argentina compró US$ 8.826 millones a Brasil y US$ 8.651 millones a China.

Arte, arte, arte. En noviembre, las exportaciones de Argentina aumentaron 9,4% y uno de los productos “vedette” fueron?los “objeto de arte y antigüedades”. Así lo aseguró el Indec. En junio de 2018, se publicó la Ley 27.444, que simplifica la exportación de obras de arte, aunque recién en agosto pasado la AFIP reglamentó la normativa. Así, en el rubro “pinturas y dibujos hechos totalmente a mano”, hasta 2016 inclusive las exportaciones anuales no superaban los US$ 2,6 millones. En 2017 se duplicaron y casi llegan a US$ 6 millones. En 2018, pegan un salto a US$ 37 millones. Casi todo se dirigía a Estados Unidos y Reino Unido. Pero en agosto pasado, empieza el furor. Allí se registran exportaciones, en ese rubro, por US$ 22 millones; saltan a US$ 41 millones en septiembre; bajan en octubre y, en noviembre, vuelan a un total de US$ 416 millones. Estados Unidos y Luxemburgo explican el incremento, según el Indec. Sin embargo, el sistema de consultas del organismo informa que 86% de las ventas tienen destino “confidencial”. Así, las exportaciones de ese rubro, en dicho mes, fueron mayores que las exportaciones de harina de trigo, vinos, cueros y combustibles minerales sumados. Y también mayores a las exportaciones totales de carnes. O a las exportaciones de aceites vegetales.

Exportar casi US$ 30.000 millones más. Si los complejos exportadores argentinos lograran, contrariamente a lo que ocurrió en los últimos años, mantener las porciones que actualmente capturan del mercado mundial (su market share), el sólo crecimiento del comercio internacional permitiría que las exportaciones aumenten aproximadamente U$S 9.400 millones para 2023, dice un nuevo documento del Cippec. Poco, por cierto. El propio informe dice que se necesitan US$ 25.000 millones más para aquel año. “Un primer lugar natural donde buscar es entre las actuales ventajas comparativas reveladas de Argentina”, dice el trabajo, que identificó 451 productos (bienes) en los que el país tiene RCA, es decir, “una ventaja comparativa revelada”. Si ese conjunto de productos lograra recuperar la participación de mercado perdida, dice el Cippec, “nos permitiría obtener unos U$S 14.200 millones adicionales para 2023”. Otro impulso podría venir de bienes donde Argentina solía tener RCA, pero la perdió: podrían aportar unos US$ 1.900 millones más. “Entre ellos sobresalen muchos productos de la industria química, principalmente de la industria del plástico, y del sector autopartista”, dice el Cippec. Podrían ser US$ 1.000 millones más si se incluyen productos cercanos o con potencial de RCA. “Uniendo todas las piezas, lograr estas metas permitiría tener 615 productos con RCA (?) Es decir que nos permitiría diversificar aún más nuestra canasta exportadora y posicionarnos entre los países con una estructura productiva más diversificada en la región, y adicionar U$S 17.100 millones para 2023. Si además, sumamos los U$S 9.4000 millones que acompañan el crecimiento del comercio mundial, en total podríamos obtener U$S 26.500 millones”, dice el Cippec. La cifra puede acercarse hasta U$S 27.800 millones en el escenario de máxima.

La receta integral de Elizondo. “La esperada futura suba de exportaciones argentinas (para la inminente tercer década del siglo), por ende, dependerá de no pocos esfuerzos domésticos que deberán incluir una mejora en las condiciones productivas (macroeconómicas), un salto de calidad en las políticas vigentes (que permitan estabilidad, menor complejidad y una reducción de la aleatoriedad), una más calificada mesoeconomía. Todo en conjunto deberá alentar más inversión, calificación de la oferta, desarrollo de atributos competitivos y un salto en la competitividad de empresas. Además, deberá estar acompañado de esfuerzos más virtuosos en las acciones de acceso a mercados externos llevadas a adelante por autoridades públicas y por empresas”, dice Marcelo Elizondo, uno de los mayores expertos de Argentina en comercio exterior. “Un requisito adicional es comenzar a acompañar nuevas tendencias de los negocios internacionales, condiciones que en no pocos rubros están lejos de ser alcanzadas hoy por nuestras ventas externas. La presente etapa de la globalización, como lo muestran papers del McKinsey Global Institute, no se apoya en grandes saltos en ventas de bienes físicos sino en el incremento de valor económico transfronterizo generado a partir del aporte de intangibles que califican las prestaciones transadas (conocimiento, innovación, saber productivo o comercial organizativo, certificaciones, estándares, capital intelectual)”, agrega Elizondo. “Numerosos estudios dan cuenta de que el valor, hoy, es generado a partir de la activación de intangibles que califican esencialmente a los bienes que se comercializan y que esos intangibles explican el éxito comercial (flujo) y la mayor valuación (stock) de las empresas exitosas en esta etapa de la nueva globalización. Para esto es de valor llevar adelante procesos de 'innovación abierta' con la creación de alianzas virtuosas con terceros en ecosistemas en los que los productores de bienes logran, en arquitecturas vinculativas, el aporte del saber que se añade de modo intrínseco en la oferta de nuevo tipo. Para salir de resultados pobres, el comercio exterior argentino requerirá un proceso de apertura para su inserción en los nuevos flujos que motorizan los negocios globales (el conocimiento económico es global), lograr su ingreso en las cadenas de valor trasfronterizas que en esta instancia ya no son meros encadenamientos productivos de etapas de ensamblamiento físico sino que están movidas por el aporte de intangibles y que están apoyadas en la interacción de exportaciones e importaciones, de bienes y de servicios, participación en flujos de inversión (en la economía real y en el acceso a financiamiento) transnacionales, la acción sistémica en los movimientos de generación y aprovechamiento de saber productivo y la aparición de atributos relacionales de empresas”, sostiene.

Los primeros números de 2020. Según las proyecciones de Fernando Marull & Asociados, el saldo comercial será voluminoso en 2020, pero no por motivos virtuosos (más exportaciones) sino por los viciosos (menos importaciones). “El saldo comercial de bienes en 2020 será de U$S 17.000 millones, mayor de U$S 15.000 millones de 2019. Esto surge de que las exportaciones caerán 1%, hasta US$66.000 millones, y las importaciones bajarán 4%, hasta U$S 49.000 millones. Las exportaciones agrícolas caerán 6%, producto de la menor cosecha (por ahora asumidos bajas de 4% en cantidad y un precio de la soja estable de U$S 350 por tonelada). Pero parte será compensado con la mejora en las ventas externas no-agrícolas (autos, carnes y acero), que proyectamos suban 4%. Ese cálculo asume que Brasil, que es el destino del 16% de las exportaciones de Argentina, acelerará su crecimiento a 2,1% en 2020, desde 1% de 2019. Las exportaciones en general sufrirán la mayor presión tributaria, a un promedio de 13%, casi 10 puntos mayor que en 2015”, dice en su último reporte de proyecciones.

Energía empatada. “La balanza energética arrojó en noviembre un superávit de U$S 90 millones y en lo que va del año se registra un rojo de apenas U$S 195 millones, según informó el Indec. Si se mantiene la tendencia en diciembre, 2019 podría llegar a cerrar con un leve superávit por primera vez en nueve años”, asegura un informe de EconoJurnal. El superávit se perdió en 2010 y llegó a tener un rojo de casi U$S 7.500 millones en 2014. “Recién en 2019 el déficit quedará reducido a su mínima impresión o incluso podría ser revertido debido fundamentalmente a la caída de las importaciones. En los primeros once meses de 2019, las importaciones se redujeron 33,1% con respecto al mismo período de 2018 mientras que las exportaciones se mantuvieron prácticamente estables con una mejora de 2,1%”, complementa EconoJournal.

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