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El criterio frentista se afianzó con los cargos del Congreso

CFK ponderó el peso de los gobernadores en el Senado. Buena convivencia inicial en el Diputados. Señal para el Gabinete

29 noviembre de 2019

Se comentó mucho respecto de la impronta que Cristina Kirchner le dará al Senado como vicepresidenta electa y, por tanto, representante del Ejecutivo en la Cámara. Y, en general, también, respecto de la influencia en las decisiones del gobierno que integra, como figura clave de su construcción. Especulaciones que tenían (o tienen, todavía) mucho de suspicacias.

En los hechos, no obstante, la expresidenta mantiene inalterable la estrategia trazada a mediados de mayo, cuando cedió el lugar de la cabeza de fórmula presidencial en Alberto Fernández y generó las condiciones necesarias para la creación del Frente de Todos, en un contexto de oposición fragmentada, viejas heridas y muchos recelos. La designación de la senadora santiagueña Claudia Ledesma Abdala como presidenta provisional de la Cámara y tercera en la línea de sucesión, del misionero Maurice Closs como vicepresidente primero y del formoseño José Mayans como presidente del bloque unificado del Frente de Todos habla por sí solo decisión.

Con estas designaciones, Cristina intenta mostrar gestos renovados de generosidad política y consolida puentes con los gobernadores del peronismo y de los partidos aliados, que fueron los actores que mostraron mayores desdén, en su momento, para aceptar la posibilidad de que Cristina recupere la conducción del peronismo, más allá del liderazgo entre los propios.

Ledesma, gobernadora entre 2013 y 2017, comparte la dirección política del Frente Cívico por Santiago con su esposo, el gobernador de la provincia de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Closs, también gobernador en el pasado, es uno de los dirigentes del Frente Renovador de la Concordia Social, un espacio integrado por peronistas, radicales y partidos locales, que administra la provincia de Misiones desde 2003 y extendió su predominio con el electo Oscar Herrera-Ahuad. En tanto, Mayans es el hombre fuerte de Gildo Insfrán (gobernador de Formosa desde 1995).

“Los que dicen que el kirchnerismo domina la Cámara son los que querían terminar con la grieta”, defendió Luenzo.

Con esta apuesta integradora, el nuevo oficialismo tendrá mayoría en la Cámara Alta. El número de “propios” llega a 41. La salida del Sanado del cordobés Carlos Caserio facilitó las cosas. Caserio resistía el acuerdo entre el bloque Justicialista, que presidía, con el Frente para la Victoria. El presidente Fernández lo llamó y le ofreció un lugar en el organigrama del Estado: posiblemente, una secretaría o un ministerio; de Transporte, lo más probable.

“Lo que intentan es devaluar la unidad, los que dicen que el kirchnerismo domina la cámara alta son los que decían de terminar con la grieta, de fomentar el diálogo. Es propio de un relato que quieren instalar. Queremos trabajar desde la unidad en favor de la gente”, salió a defender el acuerdo Alfredo Luenzo, senador chubutense, refractario a la figura de Cristina hasta hace no tanto. Ayer, en una entrevista con radio Cooperativa.

En Diputados, la distribución de poder parece tener la misma lógica, con otros protagonistas y actores de reparto. Allí Sergio Massa, líder del Frente Renovador, será el nuevo presidente del cuerpo, como habían acordado previamente en el seno del Frente de Todos. Mientras que Máximo Kirchner, referente de La Cámpora, será el presidente del bloque unificado. El movimiento de piezas, en este caso, permitirá que Agustín Rossi, jefe de la bancada kirchnerista en dos oportunidades, pase al gabinete de Fernández como ministro de Defensa. En la distribución de comisiones, en tanto, se verá el trazo fino de esos acuerdos. Sin tensiones. O, por lo menos, sin las tensiones que les auguraban.

A su vez, Cristina parece tener mayor peso del que se esperaba en el armado del organigrama del Ejecutivo. No porque imponga nombres o vete otros, sino porque la dinámica con Alberto, de consulta y propuesta, sigue viento en popa. Por lo menos, eso es lo que dicen cerca del presidente electo. La aparición del nombre de Hernán Vanoli para conducir Anses, un lugar clave del Estado, por responsabilidades y recursos a administrar, por caso, habla de ello. Lo mismo el nombre de Mercedes Morcó del Pont en Afip. En los dos casos, dirigentes cercanos a Cristina y con roles importantes en buena parte de su mandato.

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