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Bastitta: “Argentina debe ir hacia una economía bimonetaria pura”

25 noviembre de 2019

Entrevista a Eduardo Bastitta Harriet Ceo de Plaza Logística Por Enrique Pizarro 

Ante el avance del e-commerce, uno de los negocios que se expanden y empiezan a proliferar al interior de las principales ciudades del mundo son los centros de distribución. Como último eslabón de la cadena de venta, al ser el punto previo a que los productos lleguen a las manos del consumidor, su ubicación dentro de las grandes urbes se torna fundamental.

El Economista dialogó con Eduardo Bastitta Harriet, Ceo y cofundador de Plaza Logística, una compañía local creada en 2009, que cuenta con seis parques logísticos (que cada uno aloja a varios centros de distribución) de más de 400.000 m² totales distribuidos entre la Ciudad y el Gran Buenos Aires y que planea para el próximo año expandirse hacia el interior del país y luego hacia las principales ciudades de la región. Para su cliente más importante, Mercado Libre, desarrollaron su nuevo fulfillment center, el primero de este tipo en el país.

¿Cuál es la lógica de operar en estos grandes parques?

Los parques en general van tomando un formato de comunidad de empresas. De a poco, a medida en que las empresas se van asentando en los parques, van de a poco compartiendo cada vez más servicios, infraestructuras y generando más sinergias operativas con sus vecinos. Hay parques que van tomando un formato tipo cluster, que es como un polo sectorial: viene una compañía de un sector y tras de ella viene otra del mismo sector, luego viene un proveedor de esas compañías... Esto es muy novedoso en el mundo.

La incertidumbre política actual ha frenado inversiones en distintas actividades durante los últimos meses. ¿Cómo enfrentan esto en sus planes de expansión?

En estos diez años, hemos invertido más de US$ 300 millones entre capital y deuda. Tenemos inversores de distintos lugares: Estados Unidos, Argentina y otros países. El ritmo de inversión que venimos haciendo es el orden de entre US$ 70 millones y US$ 80 millones por año. Obviamente, con el contexto actual se vuelve más desafiante mantener ese ritmo. Sin embargo, la compañía y nuestros inversores tratan de no guiarse por la coyuntura. Son inversiones de muy largo plazo, con períodos de repago que tienen décadas.

¿Qué medidas cree que deben implementarse en el país para lograr un crecimiento sostenido?

En primer lugar, hace falta una moneda. Los argentinos no confiamos en el peso y no queremos que sea el peso la moneda que nos lleve al crecimiento. Entonces, pienso que tenemos que buscar alguna alternativa en la que podamos usar otra moneda. Por lo menos, durante un tiempo hasta que pueda haber una confianza razonable en el peso, que nos ha hecho tanto daño durante tantas décadas.

¿Cuál sería esa alternativa?

Yo pienso que debemos darle curso legal al dólar. No eliminar el peso, sino darles a los argentinos la posibilidad de elegir. Que podamos hacer nuestras inversiones, transacciones y ahorros en la moneda que queramos. Sería ir hacia un esquema bimonetario. Implementarlo paulatinamente. Seguro que eso va a impulsar un crecimiento muy importante en la economía. La oportunidad de desarrollo que daría tener una moneda confiable es enorme. Porque con esto de obligar a la población a estar en pesos y estar estafándola permanente, es imposible crecer. Estamos postergando todo nuestro potencial mientras estamos cada vez peor.

¿Considera que sería suficiente?

No. En paralelo hay que hacer muchas otras cosas. Por ejemplo, hay que atacar la situación del gasto público con soluciones creativas que no impliquen impactos sociales que perjudiquen a las poblaciones débiles. Pero no puede ser que haya provincias con más de 60% de empleo público. Tenemos que lograr transicionar el empleo público al sector privado.

Muchos afirman que para generar empleo privado es necesaria una reforma laboral...

Yo creo que la reforma laboral viene después. Sí hace falta una reforma laboral, pero es muy difícil aplicarla en un período recesivo porque se puede dañar mucho el empleo. Yo creo que la prioridad es la reforma monetaria, luego la baja del gasto público y recién, en tercer lugar, encarar la reforma laboral. Me parece que en una situación tan delicada como en la que estamos, el tema de las etapas, es decir, definir qué paso va primero, es casi lo más importante.

¿Cómo ve la economía en el corto y mediano plazo?

Evidentemente, la situación es muy incierta y delicada. No se han resuelto los problemas de fondo, y se van agravando cada vez más, por lo cual vamos a continuar con crisis recurrentes. Hasta que no se le den las herramientas a la población para que pueda avanzar por sus propios medios, lo que termina ocurriendo es lo que viene pasando: cada vez es mayor la cantidad de personas que necesita del auxilio del Estado. Es una especie de círculo vicioso que se vuelve cada vez más difícil de resolver.

¿Ve pronta salida de esta situación?

Yo confío en que a mediano o largo plazos esta situación se va a terminar resolviendo, porque creo que ya tocamos fondo. Lamentablemente, la economía es un desastre. Pero hay cosas en el país que están mejor. En estos últimos años ha habido un avance bastante significativo en términos institucionales. También se han hecho obras muy importantes que ayudan mucho. Desde lo que me toca, hemos visto un avance importante desde la infraestructura logística. Creo que hay que aprender también a ver el vaso medio lleno, tratar de mirar un poco más el bosque y pensar en los aprendizajes que ojalá hayan quedado.

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