El Economista - 70 años
Versión digital

jue 18 Abr

BUE 19°C

Alberto no desmiente nada y los títulos argentinos bajan

19 noviembre de 2019

 Por Luis Varela

A tres semanas exactas de que Alberto Fernández asuma como presidente de Argentina, en una jornada para agarrar con la punta de los dedos por el feriado de Buenos Aires, los títulos argentinos siguieron perdiendo valor en los mercados del exterior y el riesgo país volvió a apuntar para arriba.

Con llamadas intensas en todas las direcciones, inversores y ahorristas siguieron consultando a sus asesores externos e internos para saber qué hacer con sus tenencias: llega un nuevo poder al país, y los rumores están diciendo de manera muy reiterada que se vienen nuevos impuestos para los que tienen bienes declarados, y eso sigue generando pesimismo y estupor.

Consternados, todos los que están en blanco no escuchan ni una sola palabra sobre los que están en negro o con dineros ocultos. Ni tampoco se habla de aplacar de algún modo el gasto del Estado. Sólo se habla de más impuestos a las exportaciones agropecuarias, a los bienes que tengan los argentinos en el exterior, a la herencia, a bienes personales, o a lo que sea.

Por supuesto, finalmente muchas de estas versiones no tendrán nada que ver con el planteo que realice Fernández a partir del 10 de diciembre, pero el temor sigue generando incertidumbre, desconfianza, salida de papeles argentinos y más caídas en los precios de los activos locales.

Ayer, mientras se registró una suave suba de hasta el 0,1% en los índices de la Bolsa de Nueva York, se anotó una baja del 0,2% en la Bolsa de San Pablo y una suba del 0,5% en la de México.

La Bolsa de Buenos Aires no operó, pero los ADR argentinos que cotizan en Nueva York tuvieron mayoría de bajas: hubo subas del 2% al 3% para Cresud, Edenor e Irsa I; y caídas del 1% al 5,5% para Globant, TGS, YPF, Macro, Irsa P, Bunge, Pampa E y Ternium.

Y los títulos públicos argentinos que se negocian en el exterior también tuvieron precios nuevamente deprimidos, por lo que el riesgo país argentino volvió a apuntar hacia arriba: creció 18 unidades y alcanzó los 2.463 puntos básicos.

Este plano inclinado viene acompañado con noticias en general muy negativas. El Frigorífico Quickfood anunció que también se retira de la Bolsa porteña. A su vez, por la caída del consumo, la empresa fabricante de Milka, Mantecol y Oreo presentó un procedimiento preventivo de crisis. Y la firma Iveco decidió parar cuatro meses su planta: no tiene ninguna esperanza de que a partir del 10 de diciembre Alberto cambie algo.

Va llegando el día del cambio de mando presidencial y todos miran con atención cuál será el poder real de Alberto. Se dice que tiene a todo su equipo plantado en una grilla, pero Cristina Kirchner, recién llegada de Cuba, parece ser la que dará el sí definitivo.

Al mismo tiempo, diferentes corrientes intentan marcarle la cancha al nuevo mandatario. Matías Kulfas junto a Máximo Kirchner dieron a conocer lo que sería para ellos un plan económico alternativo. Y en un claro mensaje de oposición, la Rural dijo taxativamente que rechaza una suba de retenciones.

Ayer, por ser feriado, no hubo movimientos del dólar: el viernes el mayorista cerró a $ 59,67, el oficial a $ 62,93, el blue a $ 66,75 y el contado con liquidación a $ 75,67. Al cierre de la semana pasada la brecha entre oficial y blue fue del 6% y la diferencia entre ccl y mayorista fue del 26,8%.

Estos valores cambiarios tranquilos son posibles por el restrictivo cepo cambiario, que -dicho sea de paso- está haciendo que el tipo de cambio argentino se esté valuando en términos reales, ya que en las últimas once semanas el dólar oficial subió apenas 1,4% y el blue creció 6%, cuando en ese mismo lapso al inflación acumuló al menos 12%.

Ayer, en línea con lo que estuvo pasando últimamente, el dólar estuvo firme en América Latina, pero débil en el resto del mundo. Se vio una suba del 0,7% para el dólar en México y alza del 0,2% en Brasil, pero precio hacia abajó del 0,2% contra el euro y el yen y merma del 0,5% contra la libra.

Pasan los días, los rumores son ciertamente malos para el sector privado y Fernández no abre la boca en ese sentido. Frente a eso, los bancos de inversión externos empiezan a dar un tratamiento diferente a los bonos argentinos, advirtiendo de alguna manera que, según parece, se vendría un reperfilamiento importante, con un año de gracia, sin ningun pago ni de amortizaciones ni de intereses.

A todo esto, el mundo sigue pendiente de la negociación entre chinos y norteamericanos. Un día se dice que avanzan, y al día siguiente se dice que está todo trabado. Ayer tocó algún avance, por lo que los mercados globales tuvieron un día tranquilo.

En commodities se observó una baja del 1,1% para el petróleo y el barril se cotizó a US$ 57,30. Los metales preciosos se vieron firmes: la onza de plata subió 0,4% y el oro mejoró 0,2%. Los metales básicos actuaron débiles: baja del 0,4% para el cobre, merma del 1,1% para el aluminio y descenso del 1,2% para el níquel. En Chicago hubo suba del 0,9% para el trigo, con baja del 0,9% para el maíz y la soja. Y lo más destacable fue una caída del 3,3% para el bitcoin, con desplome de hasta el 7% en el resto de las criptomonedas.

***

Se reunieron Trump y Powell

Sorpresivamente, luego de haberlo hecho blanco de furiosas críticas, Donald Trump invitó ayer Jay Powell a la Casa Blanca. La reunión, de la que participó también el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, fue calificada como “muy buena y cordial” por el Presidente y dijo que hablaron de todo “las tasas de interés, los intereses negativos, la baja inflación, la fortaleza del dólar y su impacto en la industria, el comercio con China y la UE, entre otros”. Es decir, la agenda de Trump completa con aquellos temas en los cuales viene manifestando sus críticas a la política de la Reserva Federal. Powell también dio su versión sobre la reunión en la que trató de resaltar la independencia de la Fed y sostuvo que sus comentarios al Presidente estuvieron en línea con lo que había dicho la semana pasada en el Congreso y que los eventuales cambios en la estrategia monetaria serán consecuencia de los indicadores económicos que se vayan conociendo. Trump y Powell se habían reunido por última vez en febrero y desde entonces sólo habían mantenido tres breves conversaciones telefónicas. La Fed bajó las tasas en tres oportunidades este año y dejó en claro que, por ahora, no habrá nuevos recortes. Esa posición es compartida por todos los integrantes de la entidad y por lo tanto seguir atacando a Powell no le traería ningún resultado al Presidente. Parece haberlo entendido, y como en tantos otros temas, decidió cambiar su discurso.

En esta nota

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés