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Otro gesto del Gobierno hacia Fernández: el BCRA dio un paso más hacia el desarme de las Leliq

30 octubre de 2019

El Banco Central (BCRA) anunció un giro importante en su política monetaria. La entidad que preside Guido Sandleris decidió que a partir del 1 de noviembre los bancos no podrán integrar con Leliq (Letras de liquidez) los encajes, es decir, la porción de los depósitos que las entidades bancarias deben mantener inmovilizada para garantizar la disponibilidad de dinero ante los retiros en efectivo por parte de los clientes. Por lo tanto, esa porción inmovilizada no será remunerada.

“Creo que esto apunta a ir aflojando esta sequía de pesos que tiene la economía. La decisión de empezar a desarmar las Leliq, en el corto plazo, va a flexibilizar el programa monetario, que era muy duro, y se da en consonancia con la fuerte restricción cambiaria”, señaló ante El Economista Martín Vauthier, director del estudio EcoGo. “En el corto plazo, el control cambiario permite ayudar a sostener la demanda nominal de dinero, que venía muy golpeada, especialmente después de las PASO, y esto podría dar un margen para desarmar Leliq”, explicó el especialista.

Vauthier comentó que durante las últimas semanas el BCRA estuvo desarmando el stock de Leliq: los pasivos remunerados cayeron $ 400.000 millones, aproximadamente, que gran parte fue contra pérdidas de reservas del Banco Central. “Creo que esta medida puede agregar algo más de desarme en el stock, de unos $ 100.000 millones, aproximadamente”, estimó.

“Esta medida tiene sentido en dos aspectos distintos: en lo político y en lo económico”, destacó el economista Matías Carugati. “A nivel político, puede leerse como otro gesto de buena voluntad por parte del Gobierno actual hacia el Presidente electo, Alberto Fernández. Sus asesores económicos venían mostrando preocupación por la 'bola de Leliq'. Y el cambio en la conformación de encajes para depósitos a la vista es un paso inicial para empezar a desarmar el stock de letras en poder de los bancos”, afirmó Carugati en diálogo con este medio.

Desde el punto de vista económico, para Carugati esta medida es “razonable” porque con el endurecimiento del cepo cambiario “no tiene sentido mantener tasas de interés exorbitantemente altas”. Según el especialista, el desarme gradual de las Leliq va a reducir las tasas de interés, lo que también atiende otro reclamo del equipo económico de Fernández, y sin riesgos de que ello presione el mercado cambiario oficial.

No obstante, si surgen presiones cambiarias, éstas van a materializarse en las cotizaciones alternativas del dólar (MEP, contado con liquidación y paralelo). “El regreso del cepo igual no debería llevarnos a pensar que todo puede darse de igual forma que en la etapa 2011-2015. Los argentinos posiblemente hayan aprendido formas de saltear las regulaciones (un 'learning by doing' racional en lo micro, pero pernicioso en lo macro). Además, la demanda de dinero es más inestable después de los sucesivos shocks nominales”, aseguró Carugati.

La medida del BCRA es interpretada como un paso inicial para ir “normalizando” el esquema de las Leliq. “Esto debe estar acompañado de un programa creíble que permita que aumentar la demanda de pesos para que esa mayor expansión monetaria mediante el desarme de Leliq no se traslade a inflación o a tipo de cambio paralelo o a brecha”, explicó Vauthier.

Tasas

El Central dejó ayer sin cambios la tasa de interés de las Leliq, al convalidar un valor promedio de 68,003%. Ante el nuevo escenario, el total adjudicado ayer de Leliq fue de $153.257 millones sobre vencimientos por $152.135 millones, y a partir de esta operatoria se generó una contracción de liquidez de $1.121 millones.

Por otra parte, la decisión de Sandleris afectará sólo a los depósitos a la vista y no a los plazos fijos. Sin embargo, la medida eventualmente podría impactar en las tasas de estos instrumentos, lo cual llevaría a desincentivar a los ahorristas a invertir en ellos, por los que hasta ayer ofrecían un interés de 57% a 30 días en el Banco Nación.

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El BCRA compró más reservas

Ayer, durante la segunda rueda tras el endurecimiento del cepo cambiario y tras la fuerte dolarización preelectoral que dejó al mercado sin pesos disponibles, la cotización del dólar paralelo cayó $ 7 y se ubicó en $ 67. Este movimiento hacia la baja le permitió el Banco Central comprar divisas. Según trascendió, la entidad monetaria adquirió durante la jornada de ayer US$ 100 millones, los cuales se suman a los US$ 60 millones que había comprado en la jornada del lunes. El dólar mayorista cerró ayer en $ 59,47, tres centavos debajo del cierre del lunes. En tanto, el minorista se mantuvo estable respecto al cierre del lunes en $ 63,5 en las pantallas del Banco Nación, luego de que retrocediera $ 1,5 en relación al viernes.

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