Con más de 50 millones de cultivadores domésticos de cannabis en el mundo, y que cada vez se suman más debido a la legalización o despenalización, hay una necesidad de mayor sofisticación y recursos. A los productores les gusta colaborar y compartir resultados y experiencias pero, actualmente, se ven obligados a usar foros antiguos con herramientas obsoletas y difíciles de usar, fórmulas demasiado complicadas, hojas de Excel y gráficos. A este panorama se suma que muchas compañías de cannabis no comprenden a sus clientes o no encuentran una forma de contactarlos después de la venta para recibir comentarios.
Grow with Jane (app.growithjane.com/press/link/go_store) es una startup argentina de software dedicada a brindar innovaciones tecnológicas para el cultivo hogareño de Cannabis. La aplicación ya anda por los 30.000 usuarios activos en todo el mundo y más de 1000 descargas semanales.
Cuenta con una app tanto en Android como en IOS que se ocupa de la planificación y seguimiento de cultivo donde se puede tomar fotos, llevar registros, crear recordatorios de fertilización, etc. El resultado de hacer este seguimiento es el Growlog: una línea de tiempo donde se ve toda la vida y los datos de la planta.
Todo comenzó en 2017 con un equipo de 4 fundadores con distintos perfiles profesionales relacionados a la programación, el cine, el diseño y la administración de empresas, pero básicamente amigos y cultivadores desde hace mucho tiempo. En diálogo con El Economista, hablamos con Nicolas Botti,y Daniel Kim, CEO y CMO de Grow with Jane, respectivamente.
¿A qué público apuntan con la app, es especial para los cultivadores domésticos de cannabis?
Botti: Grow With Jane es una compañía ideal para cualquier persona que esté cultivando cannabis. Sirve para llevar registro de lo que hacés, documentar el proceso, aprender de lo que estás haciendo, viendo de dónde venís y hacia dónde vas. Planificar tu cultivo te permite no perder el tiempo pensando en qué tenías que hacer y cuándo, lo decidis al comienzo del cultivo y el resto es seguir el plan. Llevar registro permite ver tus resultados y a partir de ello mejorar, comparar con otros cultivadores, ver cómo les fue y aprender juntos. Tener todas esas capacidades en el teléfono celular te libera de tener que ir a la computadora a tomar registro de esto y poder cultivar usando la misma app en diferentes teléfonos con quien sea que cultives.
¿Cómo fue que entraron en contacto con las dificultades diarias que atraviesan las personas que están en la industria del cannabis?
Botti: Respecto al autocultivo es algo que comenzamos a hacer algunos años atrás, descubriendo las limitaciones que tenía. Fue muy extraño, hasta para los gastos de mis amigos y los míos lo gestionamos con una app, lo mismo para la mayoría de las cosas de mi vida y sin embargo, para el cultivo no había solución. En parte, por el estigma que tiene esta industria es que no hay soluciones modernas y prácticas. Quizás otra parte viene porque es una industria joven todavía entendiendo sus propias reglas.
Kim: Como cultivadores, nos dimos cuenta de que no encontrábamos una herramienta simple para el autocultivo de cannabis que entienda el proceso de cultivo y sus complejidades. Sumado a los incipientes cambios legales que sucedieron en Estados Unidos y la adopción masiva de los smartphones, apostamos a crear esta herramienta. Desde ese momento empezamos a descubrir las dificultades que tiene la industria, desde problemas puntuales como la imposibilidad de publicitar en las principales ad networks, por ejemplo en Google y Facebook no se puede publicitar nada relacionado al cannabis, aunque la empresa no toque la planta, hasta la de una startup argentina y la dificultad de hacer networking desde Argentina.
Los productores toman nota de todo lo que hacen en la app, mientras les da consejos y seguimientos sobre cómo están y qué deberían estar haciendo. ¿Pueden explicarnos en qué consiste este seguimiento?
Botti: El seguimiento consta de crear un ambiente y las plantas existentes para comenzar. Cuando creás tus plantas podés seleccionar la genética que posee tu semilla (en caso de conocerla) y a partir de allí es todo sobre el cultivo. Se indica cuándo regar y cuándo aplicar fertilizantes o pesticidas, entre otras tareas del cuidado. Esto genera automáticamente un reporte, al estilo línea de tiempo de Facebook, donde podés ver todo lo que sucedió en la planta desde la semilla hasta la cosecha, ya sea para tu análisis o para compartirlo con terceros y ayudarse. Esto que suena tan simple ayuda mucho al cultivador en el día a día. Al encontrar un problema en una hoja, se puede mirar las fotos que sacaste hace una semana y ver si el problema existía ese día también, ver qué hiciste en el ínterin y corregir cualquier problema. Nuestro foco es ayudar a las personas y que sea lo más simple posible.
En cuanto al contenido educativo que permite a los usuarios ampliar sus conocimientos deseados para mejorar los rendimientos y los resultados, de qué se trata?
Botti: Tenemos varias maneras de ayudar y educar a los cultivadores. En principio todo el diseño de Jane está pensado para que haya una curva de aprendizaje en base a la estructura. Es decir, si hacés un buen seguimiento vas a ver los resultados y entender más de la planta y qué necesita. A su vez, tenemos una mensajería con los cultivadores desde la app donde nos indican cualquier problema o duda que tengan y la evacuamos. Para mejorar este proceso estamos lanzando un nuevo sitio con artículos de cultivo dentro de nuestro blog y nos asociamos con Green Flower Media, ellos nos asisten con contenido educativo para cultivadores en forma de video que vamos a acercarle a nuestros usuarios muy pronto.
¿Es difícil construir este tipo de producto en un mercado como el argentino donde el cannabis está recién comenzando y aún con muchas trabas, o apuntan a otro tipo de espacios más consolidados como Uruguay, Canadá o EE.UU.?
Botti: Cada país es un mundo en esta industria, justamente los ejemplos que mencionás son parte de la estrategia de marketing por lo que significan dentro de la industria. Argentina es donde elegimos crear nuestra empresa, donde volvimos a apostar y donde vamos a apostar siempre, lo cual no quita que también hagamos foco en EE.UU., Uruguay, Francia, España, Alemania, etc. Queremos integrar estos cultivadores bajo un mismo techo y sin hacer distinciones. Creemos que el cultivador de Uruguay puede hablar con el de Barcelona y el de Nueva York y todos llevarse algo de ese intercambio. Queremos ser el estándar de cultivo de cannabis en todo el mundo.
¿Qué valor le dan a la comunidad que se genera alrededor del cannabis?
Botti: La comunidad es todo. El cultivador es una persona muy generosa, siempre intentan ayudarse entre cultivadores. Entienden el esfuerzo detrás del cuidado, la decepción de cuando las cosas salen mal y la euforia de cuando salen bien. Esto es lo que nos motiva a poder ser el canal de comunicación en esta comunidad, crear una conversación alrededor del esfuerzo que estos cultivadores pusieron en sus plantas de forma transparente, segura y sencilla. Me hace acordar a la comunidad startup, hay mucha unidad y generosidad sin importar las barreras de lenguaje u origen. Hoy en día la comunidad que es la industria del cannabis está definiendo sus propias reglas, entendiendo que es momento de madurar y dejar de ser esta cosa casera que sucedió casi de sorpresa y pasar a ser una industria más, con sus características y reglas, pero otra industria más.
Suele decirse que a pesar de que se conocen en los medios los casos de los emprendedores "exitosos", el emprendedurismo se construye en base a fracasos o proyectos fallidos. ¿Cual es su visión de ser emprendedores en Argentina?
Botti: Completamente de acuerdo. Estuvimos recientemente en una aceleradora de negocios llamada Canopy Boulder en EE.UU. y notamos una ventaja competitiva frente a otros emprendedores basada en las dificultades básicas de trabajar y crecer en Argentina. Creo que estamos más preparados para las dificultades y fracasos que personas de otros países, pero poco preparados para las oportunidades que ofrecen estas otras economías donde existen ecosistemas de inversión muy aceitados y que presentan grandes oportunidades a gente con ideas.
¿Fue importante el asesoramiento para encarar algo tan particular como Jane?
Botti: Es clave, llegamos a más de 28.000 usuarios activos pero no hubiésemos despegado sin el consejo y ayuda de terceros. No solo familia y amigos sino también nuestros usuarios, nos acompañan, ayudan y motivan a seguir creciendo, nos marcan el camino: solo hay que saber escucharlos y entenderlos. Adicionalmente sumamos consejeros en distintas áreas que nos sirven para buscar perspectiva y opinión externa. Al estar alejados del problema tienen una capacidad de transmitir claridad a cosas que inicialmente parecen super enredadas.
En cuanto a los números de la app, cuántos clientes tienen, de qué países, y si es posible saber que números manejan para los próximos años?
Botti: Actualmente tenemos más de 28.000 usuarios activos con gran parte de nuestra base de usuarios en Estados Unidos, Argentina y partes de Europa. Esperamos que pronto, con el lanzamiento de la app en más idiomas, podamos trabajar más fuerte en lugares como Francia, Alemania, Italia y Brasil. El objetivo es contar con más de 200.000 usuarios activos para agosto del año que viene.
En relación la aplicación y al software como oportunidad de inversión, cómo se están manejando actualmente?
Botti: Actualmente estamos manejando una nota convertible en Estados Unidos, nuestros inversores son de Estados Unidos y España. Estamos utilizando una red de contactos que nos acerca Canopy Boulder pero también estamos en charlas con potenciales inversores en Latinoamérica y posiblemente lanzar una campaña de CrowdFunding.
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